Sociedad

Detectan la presencia del castor en la cuenca del Guadalquivir

En España, la especie fue detectada en 2003, tras la suelta no autorizada de 18 ejemplares en el río Ebro

Un ejemplar de castor/Per Harald Olsen-Wikipedia
Un ejemplar de castor/Per Harald Olsen-WikipedialarazonPer Harald Olsen-Wikipedia

Investigadores del WildLife-Lab, Asociación Centro de Estudios Faunísticos y Ambientales, la EBD-CSIC y la Universidad de Huelva han constatado la presencia del castor por primera vez en la Cuenca del Guadalquivir, en la provincia de Jaén, a la espera de identificar aún si se trata de la especie europea o la americana.

De ello dan cuenta en un artículo publicado en Galemys, el Boletín informativo de la Sociedad Española para la conservación y estudio de los mamíferos, en el que precisan que dicha presencia puede ser debida a una introducción irregular, como ha ocurrido en otras zonas de España.

Señalan en el artículo que el castor europeo fue abundante y estuvo ampliamente distribuida por la península ibérica y resto de Europa, si bien la persecución directa por su piel, glándulas y carne lo llevó casi a su extinción en el continente, y a que a finales del siglo XIX tan solo quedaran unos 1.200 ejemplares repartidos en ocho poblaciones siendo la del Bajo Ródano, en Francia, la más cercana a la Península.

La recuperación de la especie en Europa se inició en 1922 tras su reintroducción en Suecia, y desde entonces ha sido reintroducido en más de veinte países, en ocasiones de forma irregular.

En España, la especie fue detectada en 2003, tras la suelta no autorizada de 18 ejemplares en el río Ebro; además, recientemente se ha descrito su presencia en el río Tormes, un afluente del Duero (Parque Natural Arribes del Duero y Parque Natural do Douro Internacional).

En junio de 2023 los investigadores recibieron información de posibles indicios de castor encontrados en el río Guadalquivir, concretamente en la zona en Villatorres y Torreblascopedro, en la provincia de Jaén, por lo que procedieron a realizar una prospección confirmándose su presencia.

Se encontraron huellas muy recientes y roeduras en troncos de la orilla, algunas de las cuales llevan a los investigadores a pensar que la especie pueda estar presente en la zona desde hace meses, por su aspecto envejecido.

La gran distancia que separa esta zona del área de distribución conocida en la Península (365 kilómetros) sugiere que su llegada al Guadalquivir es consecuencia de otra introducción irregular.

Como no es posible saber si los rastros son de castor europeo -lo más probable- o de castor americano, los investigadores entienden que es necesaria su identificación específica, máxime cuando la primera es una especie protegida en España y la segunda una especie exótica.

También destacan la importancia de poner en marcha lo antes posible un protocolo de seguimiento para evaluar la magnitud y evolución de la población.