Entrevista

Marta Robles: "Es tan excitante entrevistar a un rey como a un fontanero"

La autora, que ingresa en el "Hall of Fame" de La Rinconada por su trayectoria creativa, asegura que sigue siendo una "curiosa impertinente"

La escritora y periodista, Marta Robles
La escritora y periodista, Marta RoblesLa Razón

Desde hoy una escultura inmortaliza a Marta Robles en el «Sendero de la Creación», en el parque Dehesa Boyal donde se distinguen a los ganadores del Premio Factoría Creativa de las Letras. Un espacio de luz donde el pueblo de La Rinconada (Sevilla) rinde homenaje a los nombres propios de la cultura y que ha distinguido a autores como Rosa Montero, Eva Díaz Pérez, Eliacer Cansino, Mauricio Wiesenthal, Antonio Muñoz Molina, Irene Vallejo, Espido Freire o Juan Eslava Galán. Este año el premio es para esta periodista y escritora con una dilatada trayectoria profesional.

Desde hoy ya formarás parte del «Hall of Fame» de La Rinconada (Sevilla), de su «Sendero de la Creación».

Me llama la atención, y me produce orgullo, satisfacción. Y es así porque desde la «Factoría de la Creación», en La Rinconada, hacen un trabajo extraordinario. Construyen un universo diferente por su buen gusto a la hora de hacer las cosas y para que la cultura llegue a todo el mundo.

¿Qué queda hoy de la Marta Robles que empezó en la Revista Tiempo?

Casi todo. Sigo siendo una curiosa impertinente. Descubrir es mi forma de vida. Escucho y empatizo para poder llegar a crear. Y si eso formaba parte de mí cuando de pequeña soñaba en ser escritora, hoy que ya lo soy pues con mayor motivo.

Has trabajado con Iñaki Gabilondo, biógrafa de Pedro J. Ramírez, «Chica Hermida», pilar fundamental del Grupo Planeta. No es poca cosa.

He estado siempre al lado de los grandes y los pequeños. Para mí es tan excitante entrevistar a un rey como a un fontanero, al Papa que a un carpintero. He afilado siempre la capacidad de asombro y de amar por los sentimientos que me provoca cada una de las personas, no solo por sus valores tangibles. Cada uno tiene una historia única que contar.

Los 20 años del Suplemento «A Tu Salud» de LA RAZÓN también ha sido una gran estrella en tu camino.

Me ha hecho un poquito más sabia y, sobre todo, más prudente. Hablar permanentemente con los médicos te hace estar en permanente estado de zozobra. Son tan creadores como los propios artistas. Los valoro muchísimo porque su mundo es tan complicado, por eso siempre me tienen a su lado.

Una carrera de éxito en los medios, pero siempre con la literatura en la mente.

Hice Periodismo pero desde mucho antes pensaba en la literatura. Me presentaba en la infancia y adolescencia a infinitos concursos, por cierto, con bastante éxito. Pero no quería acometer la ficción hasta estar suficientemente preparada. Llegó el momento y con «Luisa y los espejos» gané el «Fernando Lara», uno de los mayores y mejores premios de la literatura española. Han venido y vendrán otros reconocimientos, pero ya he cumplido el sueño de niña.

En tu tormenta creativa, ¿quién gana, la ficción o la realidad?

Estuve una década publicando literatura periodística hasta que llegó mi momento para la ficción. Una ficción que forma parte de mis ensayos también. La necesito para mi desarrollo literario.

De ahí su última obra «Lo que la Primavera hace con los cerezos», una mezcla de ambos géneros.

Así es. Es un ensayo porque yo establezco un punto de vista, un criterio, una teoría. Pero no ofrezco una serie de biografías concatenadas. Cuento la relación entre la pérdida y la creación a través de las historias de los propios creadores. La influencia incontestable del amor y el desamor en su propia obra.

Últimamente ha relatado las historias de pasión de Reyes y artistas. ¿Piensa cerrar la trilogía?

No, son obras distintas. En «Pasiones carnales» quería demostrar que las grandes decisiones de Estado no se toman en los campos de batalla ni en los despachos sino en las distancias cortas. En el caso de «Lo que la primavera hace con los cerezos» metía más en el mundo sentimental y en su relación directa con la creación. Quería demostrar que el amor es el eje de todas las cosas, siempre nuestro punto de partida.

Se hace camino al andar. Que siga por «El Sendero de la Creación».