
Patrimonio
Sevilla tendrá un centro de interpretación de sus antiguas murallas y puertas
De la veintena de puertas con las que contó la ciudad amurallada sólo permanecen tres

El Arco del Postigo, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) y uno de los antiguos accesos a la ciudad de Sevilla por la antigua muralla, ha sido adquirido por la Fundación Casa Ducal de Medinaceli, que lo convertirá en un centro de interpretación del valor patrimonial de las antiguas murallas y puertas de Sevilla.
Entre la Catedral y las antiguas Atarazanas o astilleros medievales de la ciudad, en pleno casco histórico de la capital andaluza, el Arco del Postigo es uno de los lugares más pintorescos de Sevilla y su imagen es muy reproducida durante la Semana Santa, ya que numerosas cofradías pasan bajo él en procesión.
En el edificio interior del arco pervivía una vivienda que es la que ya ha sido adquirida, según ha explicado a EFE el director de la Fundación Casa Ducal de Medinaceli, Juan Manuel Albendea Solís, quien ha matizado que la iniciativa de transformar el uso del Arco "es más una idea que un proyecto".
La idea, según Albendea Solís, es mostrar en el propio edificio "la evolución fisionómica de las antiguas Puertas de la ciudad, sus usos y su evolución y por qué en algunas de sus torres hubo viviendas".
La casa de Medinaceli está vinculada al Alguacilazgo Mayor de la ciudad desde finales del siglo XVI, en un periodo histórico en el que las puertas y murallas que quedaban en la ciudad más que uso defensivo lo tenían para el orden público, y así fue hasta las reformas que en el siglo XVIII experimentó la ciudad.
El espacio del edifico interior del Arco es pequeño para pensar en un museo, sólo 120 metros distribuidos en varias alturas, por lo que la Fundación ha pensado en un discurso más virtual que físico.
"La realidad virtual permite además un discurso a distinto nivel", ha señalado el director de la Fundación, quien no descarta que los contenidos que se muestren estén apoyados en los propios fondos documentales del Archivo de Medinaceli y de la Casa de Alcalá, que poseyó edificios tan emblemáticos de Sevilla como el Palacio de las Dueñas, el Hospital de las Cinco llagas, actual sede del Parlamento andaluz, y el Panteón del Monasterio de la Cartuja.
También de la Casa de Pilatos, palacio renacentista que es la actual sede sevillana de la Fundación y uno de los edificios más visitados de Sevilla junto al Alcázar y la Catedral, también relacionada con el Vía Crucis hasta la Cruz del Campo.
La Fundación, ha recordado Albendea Solís, ha adquirido este inmueble histórico por la vinculación con la casa ducal, ya que el hijo del XV duque de Medinaceli lo vendió a un particular que a su vez lo vendió al abuelo de los actuales propietarios, familia que lo ha habitado durante el siglo XX.
De la veintena de puertas con las que contó la Sevilla amurallada sólo permanecen tres, esta de Arco del Postigo, la de la Macarena y, muy próxima a esta última, la de Córdoba, única que conserva su forma original.
Entre los sevillanos perdura la costumbre de denominar algunas zonas de la ciudad con el nombre de sus antiguas puertas, así Osario, Real, Carmona, Carne, de las que no permanece vestigio alguno
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