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Tragedia

Así es el padre de los niños encerrados en Oviedo: cazatalentos y seguidor de "Star Wars"

Obsesionado con que sus hijos estaban gravemente enfermos y que el contacto con el exterior era peligroso, toda su vida la pasaba frente al ordenador

El buscador de Google en la pantalla de un MacBook. La RazónCortesía de Firmbee.com / Unsplash

Todo el mundo se pregunta lo mismo, ¿cómo pudo ocurrir, cómo podía haber en un chalé de Oviedo tres niños que llevaban encerrados en su casa con sus padres cuatro años sin ver ni siquiera la luz del sol?

Los pequeños vivían entre basura, usaban pañales pese a tener 8 años los dos gemelos y 10 años el hermano mayor. Además, llevaban tres mascarillas cada uno de ellos, no estaban escolarizados. Fue una vecina la que dio la voz de alarma a las autoridades, y la Policía Local de Oviedo llevo a cabo un registro de las casa, encontrándose un panorama desolador.

Persianas siempre bajadas

Niños en la oscuridad total, durmiendo en cunas, abrazados a una madre y atemorizados con la presencia de gente extraña; niños que no salían al patio y que llevaban desde 2021, año en que los padres llegaron a Asturias procedentes de Alemania, sin salir a fuera, sin tener más vida que la que había dentro de aquellas paredes negras, con unos padres empeñados en mantenerles en una especia de burbuja para protegerse de supuestas enfermedades o peligros. Una casa que siempre estaba blindada y en la que nunca se levantaban las persianas.

Compraba medicación en internet para sus hijos

Pero en todo este dramático asunto, el padre ha tomado más protagonismo. Era él quien salía a recoger la compra que les llegaba a domicilio, era él quien compraba por internet medicamentos para tratar el Trastorno por Déficit de Atención para, según apuntan los datos, "calmar" a sus hijos. De hecho, fue su mujer la que contó la verdad a los agentes cuando estos accedieron a la vivienda el lunes.

Pero, ¿quién es el padre? Se trata de un doctor en Filosofía que teletrabaja como cazatalentos y asesor de recursos humanos y supuestamente, lo hacía desde su domicilio de Oviedo. De 53 años de edad y alemán, alquiló la vivienda que posteriormente convirtió en una cárcel para su familia, en octubre de 2021. Nadie se explica qué puede llevar a un padre a encerrar a su hijos durante cuatro años sin ver la luz y en condiciones totalmente insalubres, fueron los propios agentes que accedieron al chalé los que apuntaron que la basura estaba por todas partes, e incluso había un gato muy enfermo que convivía con lo niños y entre excrementos del animal.

El progenitor asegura en sus redes sociales que se dedica a ser "cazatalentos", aunque antes había desempeñado trabajos en la industria farmacéutica. es además seguir de la saga de "Star Wars" y de "El señor de los anillos" y escucha "Oasis". Detrás de este perfil de apariencia normal, se esconde la personalidad de un hombre que podría haberse dedicado a dar clases de Filosofía en su país, pero que por algún motivo que no ha trascendido, prefirió una vida trabajando "on line" y en donde su día lo pasaba frente a la pantalla de un ordenador.

Solo él se empadronó en Oviedo, ni rastro de su mujer e hijos

A la ya conocida como "La Casa de los Horrores", la comida llegaba por mensajería, al igual que la medicación para los menores de la que se desconoce si la necesitaban o no. Fue él, el padre de familia, el único que se empadronó en Oviedo, pero ni rastro de su mujer ni de sus tres hijos.

Tanto él como su mujer están en prisión desde el miércoles, tras considerar el juez que hay riesgo de fuga. Los pequeños, que han sido sometidos a una exploración médica en el hospital, han sido trasladados a un centro dependiente de la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar, que ahora velará porque lleven una vida lo más normalizada posible y acorde a sus edades.

Al parece los progenitores estaban convencidos de que el mundo exterior suponía un peligro para sus hijos, a los cuales consideran que están "gravemente enfermos", pero todo apunta a que esas enfermedades que apuntan los padres no son reales, sino que responden a una obsesión de los propios progenitores.

La investigación sigue abierta, mientras que los esfuerzos se centran ahora en que los pequeños puedan recuperarse de los años en los que han estado viviendo encerrados, entre basura y sin ningún contacto con el exterior.