Consumo

«Al comer alimentos ‘eco’ se nota bienestar y más energía vital»

Entrevista a Juan Vila, Carlota Mateos e Isabel Llorens, fundadores de PlenEat, catering ecológico para comedores, empresas y «vending»

Juan Vila, Carlota Mateos e Isabel Llorens / Foto: Rubén Mondelo
Juan Vila, Carlota Mateos e Isabel Llorens / Foto: Rubén Mondelolarazon

Entrevista a Juan Vila, Carlota Mateos e Isabel Llorens, fundadores de PlenEat, catering ecológico para comedores, empresas y «vending»

- ¿Cuál es el reto de PlenEat?

-La filosofía es extender la comida «bio» certificada en la sociedad urbana, al entender que tiene muchos beneficios: mejora la salud y el bienestar de la persona que la consume, también revitaliza las zonas rurales, pues nuestro objetivo es fomentar la producción «bio» en nuestros pueblos a medida que crece la demanda, y hacemos algo por nuestro planeta, ya que la producción «bio» no contamina acuíferos y tierras, por lo que se trata de una manera sostenible de producir alimentos.

-¿Era necesario crear un proyecto de este tipo en nuestro país?

-Hay una creciente necesidad de cuidar lo que uno come, y en las grandes ciudades se come en el trabajo. La mejor manera de comer sano es tomar alimentos certificados «bio». Y cuidar la forma en que se cocina: nada de microondas, de teflón, de fritos, de productos refinados...

-¿Los españoles saben diferenciar entre «bio», ecológico, vegetariano...?

-A menudo se confunden esos términos... Comer ecológico significa tomar alimentos certificados «eco», es decir, que son producidos bajo estrictas normas y certificaciones que aseguran que los vegetales no han sido producidos con abonos químicos, pesticidas, herbicidas... Y la ganadería ha sido criada con piensos ecológicos, sin antibióticos y respetando los ciclos vitales de los animales. Con frecuencia se habla de productos saludables, naturales... pero para PlenEat únicamente puede decirse que un alimento es saludable si tiene la garantía de haber sido producido bajo los estrictos parámetros de la producción eco. Pero no hay que reducir lo «eco» a vegetariano. En producción «eco» o «bio» nos encontramos, aparte de verduras, pollo, embutidos, carne, pescado, vino, cerveza, licores, bollería... hasta chuches.

-¿Qué ventajas aportan a la salud estos alimentos?

-Cuando comemos «eco» evitamos ingerir esos productos de síntesis química y antibióticos que acaban por minar nuestra salud poco a poco. Por eso se nota gran mejoría, bienestar y energía vital cuando uno comienza a tomar esos productos.

-Sus menús y productos están pensados para llegar a lugares de trabajo y colectividades. ¿El proyecto está siendo bien recibido por las empresas?

-Tenemos una acogida excelente, porque cada vez hay más empresas concienciadas con la importancia de cuidar lo que comen sus empleados. Y también está la responsabilidad social corporativa. El proyecto PlenEat tiene un triple impacto en la salud, en la revitalización de las zonas rurales y en la sostenibilidad del planeta, y esto lo tienen también en cuenta las organizaciones que contratan nuestro servicio.

-¿Qué productos son los más demandados entre los clientes?

-La gente aprecia sobre todo la comida casera, saber que se está cuidando día a día, ya que les encanta saber que lo que comen hoy se cogió ayer en la huerta. También son muy apreciados los packs de «take away» para tomarlo en el exterior e incluso llevárselo a casa para la cena. Y así se evitan tener que cocinar.

-También entra en sus planes llegar a las máquinas de «vending», que tradicionalmente sólo incluyen productos, a priori, de escaso valor nutricional, como bollería, galletas, zumos envasados... ¿Es posible comprar comida de calidad en una máquina?

-Ése es el reto, que una máquina pueda suministrar comida saludable de verdad. Un cliente nos decía una vez que el «vending» era «el rincón del pecado». Ahora se trata de poner en ese escaparate comida que nos genere confianza, y nada mejor que tener productos «eco», frescos y bien etiquetados. El «vending» está destinado a crecer, cada vez hay mas ocasiones en las que tenemos que comer rápido, pero esto no debe estar reñido con la salud. Incluso hay productos «eco» que pueden sustituir a los tradicionales de «vending»: refrescos, dulces, snacks... pero todo «eco» certificado y muy sano.

-Cada vez tenemos más acceso a la información nutricional, pero los datos de obesidad en nuestro país son alarmantes. ¿Qué estamos haciendo mal?

-Lo que peor hacemos es no cuidar lo que comemos. Ha habido una tendencia a saciarse con cualquier cosa, y por esta moda hemos abusado de los alimentos más insanos: grasas saturadas, bollería industrial, productos repletos de refinados, aditivos de dudosa salubridad...

-¿Se puede revertir la situación?

-Pues tomando conciencia de que somos lo que comemos, y que nuestro cuerpo es muy sabio. Enseguida distingue lo que le sienta bien de lo que no. Hay que aprender a escucharlo, a sentirlo, a darle alimentos de calidad. El problema es que la comida basura es muy barata y la gente hasta ahora ha preferido ahorrar en alimentación para gastarlo en otras cosas. Por fortuna, ya vemos que la situación sí está cambiando.

-¿Los españoles damos cada vez más importancia a la comida ecológica y de calidad?

-Afortunadamente sí. Solo hay que ver las estadísticas de consumo «eco», pues está creciendo un 25% al año. España es el mayor productor «eco» de Europa, pero hasta ahora éramos uno de los países con menos consumo. La situación se está dando la vuelta.

A vuela pluma

Juan Vila, Carlota Mateos e Isabel Llorens son emprendedores de éxito muy concienciados con el entorno y la salud. Fruto de ello acaban de crear PlenEat, cuyo objetivo es permitir a más de 10.000 personas cada día alimentarse con productos «eco» y a un precio competitivo: el menú completo cuesta 9,50 euros, el medio menú tiene un precio de 7,5 euros y el desayuno de 2,5 euros. Ya está presente en comedores de empresas y su reto futuro es el de adentrarse en el mundo del «vending».