Prevención
«En la cuesta de enero hay que luchar contra el colesterol»
Ahora como presidente de la Fundación Española del Corazón, y desde hace años como jefe de Cardiología del Hospital Universitario Clínico San Carlos de Madrid, el abordaje de la patología cardiovascular es el eje sobre el que ha desarrollado su carrera, en la que ha visto importantes avances en las últimas décadas donde se ha reducido la mortalidad significativamente.
Ahora como presidente de la Fundación Española del Corazón, y desde hace años como jefe de Cardiología del Hospital Universitario Clínico San Carlos de Madrid, el abordaje de la patología cardiovascular es el eje sobre el que ha desarrollado su carrera
-Desde la Fundación Española del Corazón promueven muchas acciones en materia de prevención cardiovascular. La última atañe al colesterol. ¿Hasta qué punto es una asignatura pendiente de los españoles?
-El colesterol es una asignatura pendiente en todos los países desarrollados. No solamente en España, sino también en Europa. Se ha visto que casi la mitad de la población adulta tiene el colesterol por encima de los 200 mg/ml; ésa es la línea roja, el límite que no se puede traspasar. Tenemos por definición una cifras muy superiores, que en muchos casos son un 60%-70%, sobre todo en países vecinos.
-¿Por qué ahora la campaña?
-Esta acción llega en un momento propicio y adecuado, tras las fiestas navideñas, momento en el que se aprovecha para sensibilizar a la población de la importancia del colesterol. Porque sabemos que tras estas fechas, no sólo en Navidad, sino a lo largo del mes de diciembre, hay muchas comidas copiosas, frecuentes, que hay una trangresión no sólo alimenticia, sino también alcohólica y que, además, se disminuye la actividad física, se dan más niveles de sedentarismo. Entonces, tenemos todos los factores que confluyen en una subida de los niveles de colesterol.
-¿Qué podemos hacer para corregir esto antes de que derive en una patología importante?
-Hay que controlar la dieta e incluir de todo: fruta, verdura, legumbres, pescado azul, evitar las grasas saturadas, las «trans», tomar lácteos pero ricos en esteroles vegetales... Y a esto hay que sumarle un incremento de la actividad física, ir al gimnasio o simplemente a pasear más a menudo si el tiempo lo permite. Es otra cuesta de enero que hay que incorporar en nuestro estilo de vida para evitar que suban el 10%.
-¿Hasta qué punto son importantes los complementos vegetales?
-Todos los productos, que incluyen beta-glucanos, como la avena o la fibra que muchos toman para solucionar los problemas de intestino ayudan a reducir las grasas exógenas, que suponen un 15% de las que afectan al colesterol. Ya que el resto que corre por nuestra sangre es producida por nuestro hígado y eliminado por la vesícula biliare.
-Entonces, ¿es sobre ese porcentaje el que se puede y debe actuar?
-Claro. Sabemos que podemos modular lo con la dieta, ya que aunque uno no tome nada de grasa el hígado sintetiza grasa a partir de los hidratos de carbono, del pan, de la pasta, del arroz... que van a circular en la sangre. Las grasas externas son las que podemos modificar con los hábitos alimenticios, y entonces, ¿por qué hay que hacer ejercicio? Para quemar los hidratos de carbono y evitar su conversión a grasa, que se convierte en reserva energética del organismo. Cada gramo de grasa tiene el doble de calorías que el hidrato de carbono.
-¿Cómo evitamos esto?
-Pues hay que eliminar los hidratos simples, es decir, los azúcares que se absorben de forma rápida, porque si no se evitan o no se queman se transforman en grasa.
-Pero, hoy, ¿se le ha perdido el miedo a las consecuencias patológicas del exceso de colesterol por la existencia de tratamientos?
-La gente se despreocupa y el mensaje que se transmite es excesivamente optimista en torno a que todo lo podemos controlar con medicación, con las estatinas, que son excesivamente eficaces en la reducción del colesterol.
-¿Cómo se borra esa falsa creencia de que la medicación borra el colesterol?
-Hay que concienciar con la dieta y sobre todo con el aumento del ejercicio físico. Hay que quemar calorías mediante un aumento actividad, pero subrayamos que junto a la «quema» hay otros beneficios intrínsecos. También hay que evitar los mensajes de las publicidades de productos.
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