Prevención
Tratamiento pionero que actúa sobre el apetito
Llega a España un fármaco que se administra una vez al día por vía subcutánea y que aumenta la sensación de saciedad y ralentiza el vaciado del estómago
Llega a España un fármaco que se administra una vez al día por vía subcutánea y que aumenta la sensación de saciedad y ralentiza el vaciado del estómago
En la pérdida de peso, luchar contra el hambre es una de las batallas más difíciles de lidiar. Pero esta realidad tiene los días contados gracias a la llegada a España de liraglutida, un tratamiento por vía subcutánea que se administra una vez al día y que interviene directamente en los mecanismos de control del apetito, aumentando la sensación de saciedad, ralentizando el vaciado del estómago, y por tanto, reduciendo el hambre. La doctora Susana Monereo, jefa del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Gregorio Marañón de Madrid y secretaria general de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad, (Seedo), explica que «liraglutida es una herramienta terapéutica de primer nivel para tratar la obesidad, ya que actúa sobre los puntos críticos del tratamiento de la obesidad que están en torno al hambre y la saciedad».
Liraglutida es un análogo del GLP-1 que tiene una similitud de un 97 por ciento con el GLP-1 humano natural que es una hormona natural del organismo que se secreta en el intestino delgado en respuesta a la ingesta de alimentos y que aumenta la sensación de plenitud y saciedad regulando por tanto el apetito. Para conocer su mecanismo de acción, el doctor Javier Salvador, director del departamento de Endocrinología y Nutrición de la Clínica Universidad de Navarra, explica que «el GLP-1 desaparece en la sangre a gran velocidad, motivo por el que se ha desarrollado el agonista liraglutida, que con mínimas modificaciones estructurales permite una vida media en la sangre más prolongada, y por tanto, mantener la sensación de saciedad también por más tiempo».
Aval científico
«Con la administración de 3 miligramos diarios de liraglutida obtenemos una respuesta satisfactoria en términos de mejoría del comportamiento alimentario, de reducción de peso y, en definitiva, de mejora de la calidad y de las expectativas de vida», añade Salvador. Y es que los estudios así lo avalan porque según los ensayos clínicos acompañar este tratamiento con dieta y ejercicio ha dado como resultado que nueve de cada diez personas con obesidad consiguen adelgazar.
Los efectos de liraglutida van más allá de la pérdida de peso y los pacientes, según los estudios, también presentaron una mejoría en los factores de riesgo cardiometabólico. En concreto, el 69 por ciento de las personas con obesidad y valores elevados de glucosa en sangre volvieron a una situación de normoglucemia. Asimismo, el tratamiento redujo significativamente la presión arterial y mejoró significativamente la salud física general gracias a la mejoría del funcionamiento físico. Los principales efectos adversos, explica Salvador «son las náuseas y vómitos, los cuales suelen desaparecer casi en su totalidad a las cuatro semanas de tratamiento, una vez que la dosis se estabilice».
Los expertos recuerdan que el tratamiento y control de la obesidad se basa en un cambio en el estilo de vida, sustentado sobre cuatro pilares: una dieta equilibrada, ejercicio físico, una motivación psicológica y, en última instancia, tratamiento farmacológico. Sólo de esta forma se revertirán los últimos datos recogidos por la Encuesta Europea de Salud que revela que el 36 por ciento de los españoles tiene sobrepeso y el 17 por ciento, obesidad.
Cambio de hábitos
«Hay que conseguir que la persona cambie su pauta alimentaria hacia una dieta equilibrada y con un balance calórico negativo, combinándola con de ejercicio físico, si bien sabemos que no suele resultar sencillo». Y añade que «la experiencia de años tratando la obesidad nos muestra que el fracaso es la norma general a largo plazo, por lo que los clínicos habituados a tratar la obesidad aplaudimos la llegada de fármacos como liraglutida, ya que consideramos que va a tener una repercusión en el control de estos pacientes».
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