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Un buen nivel de cobre ayudar a regular las grasas

Un estudio de la Universidad de California demuestra que este elemento de la dieta cumple un papel esencial en el control de la obesidad

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Un estudio de la Universidad de California demuestra que este elemento de la dieta cumple un papel esencial en el control de la obesidad

Aunque el cobre es un elemento que pasa desapercibido en la mesa, cumple un papel esencial en la dieta, ya que se trata de un micronutriente fundamental para el crecimiento infantil, el fortalecimiento de los huesos, la maduración de los glóbulos blancos y rojos, el transporte de hierro, el metabolismo de la glucosa y el colesterol, la contracción del músculo cardíaco y el desarrollo cerebral. Pero eso no es todo, ya que la última evidencia científica pasa por demostrar que mantener unos niveles adecuados de cobre ayuda a regular bien las grasas, pues facilita el movimiento de los adipocitos hasta el torrente sanguíneo para transformarlo en energía, evitando su acumulación en la sangre. Así lo han publicado investigadores de la Universidad de California, en Berkeley, y del Instituto Médico Howard Hughes, en la revista «Nature Chemical Biology», lo que apunta un nuevo papel del cobre en el metabolismo, «ya que este elemento es una señal que activa las células grasas», confirma Christopher Chang, profesor de química y biología molecular y celular de la universidad norteamericana.

Sin embargo, este estudio no debe malinterpretarse, pues no significa que abusar del cobre adelgace. «En niveles apropiados es esencial para el buen funcionamiento del organismo, entre otras funciones tiene un efecto antioxidante, pero en dosis fisiológicas ajustadas a las ingestas diarias recomendadas. El hecho de aumentar la cantidad de alimentos ricos en cobre en personas sanas no ofrece ningún beneficio ni va a potenciar el efecto antioxidante del mismo. De hecho, puede ser tóxico en cantidades excesivas», advierte Juan José López, miembro del comité gestor del Área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).

La Organización Mundial de la Salud señala que una dieta equilibrada debe incluir como mínimo 1 miligramo de cobre al día para evitar problemas de salud asociados a una deficiencia del mismo, mientras que «la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), recomienda una ingesta diaria de 0,4 a 1,3 mg de cobre para los niños, en función de su edad, de 1,3 mg para los adultos y de 1,5 mg para las mujeres embarazadas o en lactancia, ya que el déficit en estas últimas etapas se asocia con alteraciones como anomalías óseas, problemas de crecimiento e infecciones respiratorias recurrentes en los bebés», recuerda Nuño Díaz, director de proyectos del Instituto Europeo del Cobre, quien añade que, «a pesar de ello, diversos estudios recientes sugieren que muchas personas siguen dietas que apenas alcanzan la ingesta recomendada de este nutriente indispensable, mientras que otras dietas ni siquiera proporcionan esta cantidad, lo que provoca riesgo de sufrir una deficiencia de cobre, por ejemplo en mujeres posmenopáusicas». En este sentido, el portavoz de la SEEN apunta que «el déficit de cobre es más frecuente que el exceso. Habría que tener cuidado en dietas vegetarianas y se observa en enfermedades con grandes pérdidas intestinales (diarreas) o déficit en la absorción de nutrientes». Además, tal y como explica Díaz, «se están realizando estudios sobre la deficiencia de cobre en casos tan específicos como, por ejemplo, los pacientes obesos sometidos a cirugía intestinal, que ven reducida su capacidad de absorción de cobre a través de la dieta. Los autores de este estudio señalan que, en muchos casos, esta deficiencia de cobre no se trata al no ser identificada por los pacientes ni los doctores, lo que puede llegar a provocar, en el largo plazo, daños permanentes en músculos y nervios».

Según los expertos, el cobre necesario puede obtenerse a través de una dieta variada y equilibrada, en la que se incluyan frutos secos, cereales, frutas, legumbres, verduras, carnes y pescados.