Cómo salir de nuestra zona de confort para reinventarnos

La comodidad no siempre es positiva: a veces coarta el potencial de las personas. ¿Por qué nos cuesta tanto cortar con las relaciones estancadas, buscar un trabajo que nos permita realizarnos o sencillamente coger una línea de tren que nos lleve más rápido a casa?

La zona de confort se compone de aquellos espacios, relaciones, actitudes y actividades a los que estamos acostumbrados y con los que, por lo tanto, nos sentimos seguros. Esto no significa que la zona de confort sea sinónimo de bienestar, ya que puede acabar convirtiéndose en una excusa para no tomar la iniciativa e impedirnos llevar la vida que realmente deseamos.

¿Por qué nos acomodamos?

"Todos podemos salir de nuestra zona de confort", asegura la coach Rut Vilella, una de las fundadoras del centro terapéutico Espai Arrel, "es una cuestión de voluntad, actitud, ganas y, a menudo, supervivencia". Ahora bien, como lo que hay más allá de los límites de nuestra zona de confort es desconocido e incierto, hay que dar el paso "con valentía y coraje", abriéndonos a "la posibilidad de cualquier resultado".

Quedarse estancado en la zona de confort puede impedirnos conocer personas nuevas, cambiar de trabajo, viajar e incluso madurar. "Muchos optan por no cambiar nada en su vida aunque lo que están obteniendo no sea bueno para ellos, y quien se mantiene sin cambiar cede ante el miedo", explica Vilella.

¿Quién sucumbe a la zona de confort?

Cualquier persona puede quedarse atrapada en su zona de confort, ya que a veces el miedo puede ser muy convincente. Los coachs y terapeutas se encargan de ayudar a las personas a salir de esa cotidianidad que los asfixia, ayudándolos a descubrir sus habilidades para construir una vida que les satisfaga más y les haga más felices.

Según Vilella, "la dificultad en la aventura de vivir aparece cuando queremos o debemos salir de nuestra zona de confort". Por eso en Espai Arrel se encargan de "acompañar a las personas a salir de situaciones en las que se encuentran incómodas, comprender por qué aquello que había funcionado siempre de repente deja de hacerlo, entrar en un nuevo espacio desconocido..."para que puedan encontrar así el bienestar que anhelan.

¿Cómo podemos salir?

En primer lugar, es fundamental descubrir qué es aquello que nos da miedo para empezar a combatirlo y que los temores dejen de ser paralizantes. Solamente así es posible plantearnos qué es lo que queremos y por qué es positivo para nosotros para, finalmente, salir de la zona de confort y empezar a crear otra nueva que nos haga sentir mejor.

Vilella recomienda "tomar conciencia de cuántas veces hacemos microincursiones en nuevas zonas de confort de forma natural y no dolorosa: un cambio de residencia, empezar un curso de formación, tener un hijo, decir no a alguien, empezar una dieta, la entrada de un nuevo compañero de trabajo, coger una nueva línea de tren..."En todas estas situaciones nos exponemos a lo nuevo y lo desconocido, y también nos relacionamos con personas nuevas.