Pacientes
Braquiterapia para tumores ginecológicos y de próstata
Muchos de los cánceres que surgen en la actualidad, especialmente los ginecológicos y los de próstata, son tratados con la braquiterapia, un tratamiento de radioterapia interna que destaca por mejorar los resultados y por acortar los tiempos en el tratamiento
Muchos de los cánceres que surgen en la actualidad, especialmente los ginecológicos y los de próstata, son tratados con la braquiterapia, un tratamiento de radioterapia interna que destaca por mejorar los resultados y por acortar los tiempos en el tratamiento. Esta técnica aporta múltiples beneficios para el paciente: permite dar una dosis muy alta de radiación en una región muy limitada sin que el tejido sano resulte dañado. Desde el Hospital La Milagrosa, Ignacio Azinovic, director médico de GenesisCare, que presta el servicio de oncología en el hospital, explica que «es muy importante para el tratamiento del cáncer de próstata y fundamental en el caso del cáncer ginecológico puesto que los resultados mejoran notablemente». Además, «mientras otras técnicas de tratamiento para el cáncer se realizan en un mes aproximadamente, la braquiterapia puede realizarse en pocos días debido a la concentración de la dosis que se administra». Según el tumor, su ubicación y tras un estudio pormenorizado por parte del especialista, se administran entre una y 10 sesiones. La denominada radioterapia interna, ya que su aplicación consiste en la inserción de un implante radioactivo directamente en el órgano afectado, en su proximidad o bien en el lecho quirúrgico. En la mayoría de casos se usa sedación o anestesia local, para la colocación del implante (la vehiculización por donde va a ir la radioterapia de alta tasa) y se lleva a cabo un control radiográfico para confirmar que todo está bien situado; después, con un TAC o ecografía se hace el cálculo dosimétrico para conocer las dosis justas. El principal avance de la braquiterapia de alta tasa es que la administración terapéutica se puede realizar a través de vectores (aplicadores, tubos de plástico o metálicos) de escaso calibre, por lo que se puede colocar casi en cualquier parte del cuerpo ya que, según explica Azinovic, «este tratamiento funciona muy bien en otro tipo de tumores como son los de mama, los cutáneos y los carcinomas de pulmón y de bronquios entre otros». Una vez finalizado, se retira el implante y el paciente permanece un tiempo en observación. Transcurrido este, puede volver a casa ya que la braquiterapia es un tratamiento ambulatorio.
La braquiterapia puede ser un tratamiento único o bien combinarse con otros tratamientos, como puede ser la quimioterapia o la cirugía, siempre con el objetivo de mejorar las tasas de curación de una patología en continuo ascenso como es el cáncer.
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