Haciendo balance de nuestro sistema

Si hacemos balance de la evolución de nuestro sistema sanitario en los últimos años, en verdad, existen dos realidades diferentes en función de la titularidad del que dependa el mismo

Si hacemos balance de la evolución de nuestro sistema sanitario en los últimos años, en verdad, existen dos realidades diferentes en función de la titularidad del que dependa el mismo. Así, por un lado, no se puede decir que haya habido muchos cambios o reformas que ayuden a que los defectos crónicos que caracterizan al Sistema Sanitario Público hayan mejorado. Desde hace años se habla de una falta de adaptación de la oferta sanitaria a las necesidades de la demanda de los ciudadanos – en especial por la cronificación de las enfermedades y el incremento de los problemas socio-sanitarios -, de una falta de equidad en el acceso a la innovación diagnóstica y terapéutica y de todos los inconvenientes que supone tener 17 sistemas sanitarios diferentes que, cada uno, en contra del principio de igualdad en el acceso y las prestaciones, campa por sus anchas, sin que exista posibilidad real de que desde el Ministerio se ejerza una mínima autoridad para poner orden. Además, en mi opinión, la cuestión más determinante en la definición de un sistema sanitario, la transparencia y la publicación de resultados sanitarios, piedra angular y fin último que debería de ordenar nuestros recursos, apenas se ha avanzado manteniéndose un velo de oscurantismo a los ojos de los ciudadanos y dejando con ello que sólo imperen los intereses políticos en la planificación y organización del sistema.

Por el contrario, en los últimos años y desde el sector sanitario privado, no sólo se ha avanzado en la dotación tecnológica de los centros, apostando por la innovación y la investigación, haciendo que los hospitales de titularidad privada compitan de tú a tú con los centros públicos, si no que se avanza, a través del Instituto de Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS), en estrategias conjuntas relacionadas con la existencia de una historia clínica única o la receta electrónica para todo el sector privado y aunque queda mucho por detallar, se muestran desde años resultados acumulados de múltiples indicadores de calidad asistencial y eficiencia en los procesos del sector. Esto encuentra como respuesta, el hecho de que de manera imparable sigue incrementándose el número de usuarios que, si pueden, deciden contratar un seguro sanitario suplementario a la cobertura pública, superando en el momento actual (incluyendo más del 80% de funcionarios que tienen la opción de elegir de manera alternativa entre provisión pública y privada) los 10 millones de ciudadanos con cobertura privada.

Nuestro Sistema Sanitario adolece de una vertebración homogénea para dar una cobertura a la población, tanto en la oferta de recursos, como en la exposición de unos resultados que garanticen un mínimo de transparencia y seguridad a los ciudadanos. Si fuera posible y hubiera voluntad política para que predominara el interés del paciente sobre cualquier otra cosa, lo deseable sería el realizar un replanteamiento de la oferta sanitaria global (pública y privada) que permitiera estructurar nuestro sistema de asistencia sanitaria partiendo de los principios de acceso en condiciones de igualdad, sin diferenciar el lugar de residencia, transparencia, regulando el sector y obligando a la publicación de resultados sanitarios por servicios, y gratuidad para aquellos servicios de primera necesidad sin diferenciar el tipo de proceso sanitario o socio-sanitario, ni la edad o la condición previa del usuario, como ocurre en las situaciones de discapacidad y dependencia. Todo lo demás es seguir igual, sacar al paciente del centro del esquema y aumentar la desigualdad y la injusticia social.

Por último, no me quiero despedir sin agradecer a LA RAZÓN, y en especial a A TU SALUD, por su labor en estos 15 años y por haber ejercido de verdadero termómetro de la actualidad sanitaria y ser una publicación de referencia para el sector. Desde HM Hospitales os deseamos muchos años más.