Pacientes

Virus modificados y combinaciones de fármacos para borrar los tumores

Las terapias oncológicas han supuesto una cuarta parte de las aprobaciones de la Agencia Europea del Medicamento. Además, la mitad de ellas corresponde a compuestos con nuevas sustancias activas

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Las terapias oncológicas han supuesto una cuarta parte de las aprobaciones de la Agencia Europea del Medicamento. Además, la mitad de ellas corresponde a compuestos con nuevas sustancias activas

Tras muchos años de investigación, de pruebas de ensayo y error, de efectos secundarios, hoy la Oncología puede presumir de contar con un botiquín bien cargado de nuevas moléculas. Aunque todavía quedan muchos tumores complicados huérfanos de terapia, lo cierto es que haber reducido las cifras de mortalidad en los últimos años sólo ha sido posible gracias a la aparición de cada vez mejores tratamientos, más eficaces, muy seguros y con menos toxicidad que hace una década. Sólo hay que ver las cifras: en la EMA (Agencia Europea del Medicamento) 24 de las 93 nuevas aprobaciones que se han otorgado en 2017 correspondieron a terapias contra el cáncer, y la mitad de las mismas son de sustancias activas novedosas 100%, y dos de ellas para tumores de baja incidencia que no contaban con ninguna opción terapéutica.

Melanoma

La llegada hace cinco años de las primeras inmunoterapias modernas, como explica Jesús Soberino, de la unidad de Oncología del Instituto Oncológico (IOB) en el Hospital de El Pilar de Barcelona, «hoy se han consolidado y han marcado un antes y un después en tumores tan agresivos y con terribles pronósticos como el melanoma y el cáncer de pulmón». En este sentido coincide con Pablo Ortiz, jefe de Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Doce de Octubre de Madrid, que explica que «debemos destacar que por primera vez en Medicina se ha producido un hecho inaudito: la combinación de dos fármacos aumenta la efectividad de los mismos pero se dan menos efectos secundarios. Esto es importante, ya que la suma de dabrafenif y trametinib, que se está observando en ensayos clínicos, tiene unos buenos resultados en melanoma». Otros avances en este tumor cutáneo de halla en las terapias que se dirigen contra la vía molecular del BRAF. Soberino explica «que con ello se aborda la mitad de los melanomas que se diagnostican». Además, como apunta Ortiz, «resulta prometedor ver cómo el empleo de virus T-VEC se inyectan en el seno de las metástasis –en el pie o la pierna, por ejemplo– y éstas desaparecen. Tiene un efecto sistémico».

Mama

Cierto es que el tumor de senos es el que más impacto tiene en la sociedad, y quizás por ello cuenta con un amplio arsenal terapéutico, aunque no impide la llegada de nuevas terapias. Javier Cortés, jefe del programa de cáncer de mama del Instituto Oncológico (IOB), Madrid y Barcelona y jefe de sección de tumores ginecológicos y de cáncer de mama del Hospital Universitario Ramón y Cajal, explica que «en primer lugar destacaría los logros conseguidos gracias al mejor conocimiento de la biología molecular, que ha permitido el desarrollo de nuevos fármacos contra los distintos mecanismos que tienen las células para hacerse resistentes a los tratamientos actuales. Entre ellos, hay un vía importante, llamada vía de las ciclinas, cuyo bloqueo optimiza la eficacia que la hormonoterapia ofrece a los tumores de mama hormonales».

Por otro lado, «en los tumores triple negativos, es en el campo de la inmunoterapia donde veremos los mayores avances, si bien es verdad que por primera vez tenemos fármacos específicos para pacientes con cánceres de mama hereditarios. Y, en los HER2, nuevos fármacos de quimioterapia unidos a anticuerpos están revolucionando la investigación de estos tumores y hoy podemos decir que la mayoría de nuestras pacientes se curará si se diagnostican con este subtipo tumoral», manifiesta Cortés.

Pulmón

El cáncer en los órganos respiratorios también tiene noticias positivas. José Miguel Sánchez Torres, oncólogo del Hospital Universitario de La Princesa de Madrid, cuenta que «la combinación de agentes inumoterápicos y quimioterapia estimulan al organismo a luchar contra el virus y probablemente sea en cáncer de pulmón donde primero se estén encontrando beneficios; en concreto en el no microcítico de célula pequeña. Pero tenemos resultados ya del microcítico en el que también se ha visto que resulta positivo». Uno de los retos para los neumólogos, como apunta Javier Aspa Marco, neumólogo del Hospital Universitario de La Princesa es el diagnóstico precoz «para que los pacientes lleguen a las terapias en fases más precoces y con mejor pronóstico».

Vejiga y renal

Los tumores genitourinarios están viviendo una auténtica revolución en cuanto a las nuevas estrategias terapéuticas que empiezan a estar disponibles para los pacientes que sufren estas neoplasias. Teresa Alonso Gordoa, de la Unidad de Tumores Genitourinarios y Endocrinos, Instituto Oncológico (IOB) explica que «tras más de una década donde no se habían conseguido avances terapéuticos en el abordaje del cáncer de vejiga, recientemente han irrumpido en el tratamiento de este tumor una serie de fármacos que modifican su reconocimiento inmunológico. En este sentido, los datos tan prometedores obtenidos de los ensayos clínicos con inmunoterapia han permitido que estas moléculas lleguen a los pacientes gracias a su capacidad para modificar significativamente el pronóstico de aquellos que responden a este tratamiento con un muy buen perfil de seguridad. Además, nuevas dianas terapéuticas son evaluadas frente a determinadas alteraciones moleculares que favorecen el crecimiento y la supervivencia del tumor, para poder acercarnos a lo que conocemos como medicina de precisión, todo ello gracias a los avances en el conocimiento de la biología molecular y la investigación clínica».

En el cáncer renal, las buenas nuevas se producen de un aumento en el conocimiento de la biología molecular que ha permitido el desarrollo de numerosos fármacos que actúan en este sentido y que han modificado la historia natural. «De forma más reciente, están irrumpiendo en el panorama terapéutico, por un lado, fármacos antiangiogénicos que actúan frente a mecanismos de resistencia que desarrolla el tumor y que, por tanto, ofrecen nuevas oportunidades de control del tumor y, por otro lado, fármacos de inmunoterapia que también han conseguido demostrar un beneficio en la supervivencia de los pacientes. La investigación quiere ahora probar si la combinación de estas dos estrategias terapéuticas mejora todavía más los resultados obtenidos hasta el momento», concluye Alonso Gordoa.