Cultura
El hotel de Ibiza que era el preferido de Freddy Mercury: su antigua habitación ahora es una pista de baile
Toni Pikes compró la finca, en ruinas, en los años 70 y la reconvirtió en un hotel boutique que desde ese momento ha ido cobrando cada vez más identidad en sintonía con la esencia hippie de la isla
Ubicado en una colina con vistas panorámicas a la campiña de Sant Antoni, en Ibiza, el Hotel Pikes es mucho más que un simple alojamiento.
Conocido por su ambiente hedonista, su historia irreverente y su estrecha relación con algunas de las mayores leyendas del rock y la cultura pop, el Pikes ha mantenido su estatus de lugar mítico desde los años 80. Pero si hay una figura que brilla con luz propia entre todas las celebridades que pasaron por allí, esa es sin duda Freddie Mercury.
Un hotel nacido del desenfreno y el encanto ibicenco
El Hotel Pikes fue fundado por Tony Pike, un británico aventurero que, tras recorrer medio mundo, llegó a Ibiza en la década de los 70. En 1978 compró una antigua finca del siglo XV en ruinas, y la convirtió con sus propias manos en un hotel boutique de estilo rústico y acogedor. El resultado fue un refugio bohemio que encarnaba a la perfección el espíritu libre y festivo de la isla.
Desde el principio, Pikes se convirtió en un imán para las estrellas. Su mezcla de lujo informal, privacidad y fiesta continua atrajo a músicos, actores, modelos y excéntricos de todo tipo. Figuras como Grace Jones, George Michael, Julio Iglesias, Naomi Campbell y Boy George lo convirtieron en su segundo hogar.
Freddie Mercury y el romance eterno con el Pikes
Pero de todos los nombres que figuran en el libro de visitas del hotel, el de Freddie Mercury es el que ha quedado grabado con más fuerza en su historia. El icónico vocalista de Queen descubrió el Hotel Pikes en los años 80 y se enamoró perdidamente de su atmósfera libertina y auténtica.
Mercury encontraba en el Pikes un oasis donde podía relajarse, expresarse libremente y celebrar la vida sin límites. Según quienes le conocieron en esa época, allí bajaba la guardia, lejos del escrutinio de la fama. Tony Pike, el carismático dueño, se convirtió en su amigo y cómplice en muchas de sus aventuras.
El momento cumbre de esta relación fue la famosa fiesta de cumpleaños número 41 de Freddie Mercury, celebrada el 5 de septiembre de 1987 en el Hotel Pikes. Se ha dicho que fue una de las fiestas más legendarias de la historia de Ibiza, con más de 500 invitados, 350 botellas de champán, disfraces extravagantes y actuaciones memorables. El evento fue tan impactante que aún hoy se recuerda como símbolo de la decadencia festiva de los años dorados de la isla.
Una herencia que sigue viva
Aunque Freddie Mercury falleció en 1991, su vínculo con el Pikes no se ha desvanecido. El hotel, actualmente gestionado por el grupo Ibiza Rocks, ha sabido conservar su esencia original. Las habitaciones conservan nombres de celebridades, y los murales, fotografías y objetos decorativos recuerdan constantemente el espíritu rebelde que lo define.
Cada año, el hotel celebra un homenaje a Mercury, rememorando su cumpleaños con una fiesta especial. No se trata solo de recordar al artista, sino de honrar una forma de vivir: sin miedo, con pasión y rodeado de música, arte y libertad.