Primavera Árabe

De la Primaveras Árabe al frío invierno

De la Primaveras Árabe al frío invierno
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Por Luis Lorente

La Primavera Árabe fue una serie de manifestaciones populares en clamor de la democracia y los derechos sociales organizadas por determinados grupos sociales, en especial los jóvenes, que afectó de forma transversal aunque con distinto impacto al conjunto de los países de la región. Una característica importante es que estas protestas tuvieron un impacto en los gobiernos panarabistas como demuestran la caída de Ben Alí en Túnez, Mubarak en Egipto, Gadafi en Libia, o Saleh en Yemen. En Siria el Assad resiste en el poder, y en Bahrein los Al Jalifa aguantan gracias a Arabia Saudí. Aunque la idea era la caída de las dictaduras, la falta de un plan consistente, ha propiciado vacíos de poder, que han sido aprovechados por grupos yihadistas, que han ganado poder en cinco de los seis países que protagonizaron las protestas.

En Túnez, se ha promulgado una nueva constitución que limita los poderes presidenciales, se han celebrado elecciones parlamentarias y fuerzas políticas y ejército participan del juego democrático. Aunque tiene dificultades económicas y sufre ataques terroristas. Y hasta aquí las buenas noticias.

En Egipto, ganaron los hermanos musulmanes de Mursi con el 51%. En 2014, el general Al Sisi dio un golpe de estado, y Egipto según Aministía Internacional tiene una represión actualmente superior que con Mubarak. Además se enfrentan a la amenaza del Daesh en el Sinaí. En Libia, se produjo una Guerra Civil que ganaron los sublevados gracias al apoyo de la OTAN. Pero el país está dividido tribalmente con dos gobiernos, ambos con apoyo internacional, con milicianos imponiendo el orden por la fuerza, con una producción de petróleo a la mitad frente a 2011, y con miles de refugiados. Daesh ha ganado terreno en el país. Libia puede ser considerado un Estado fallido.

En Yemen, Saleh fue derrocado por un plebiscito. Aunque posteriormente con apoyo de militares y de los Hutíes (Chiíes) han dado un golpe, que ha hecho refugiarse al presidente en Arabia Saudí, que desde 2015 bombardea con frecuencia Yemen para evitar que los chiíes ganen poder por la rivalidad de Arabia Saudí (suníes) con Irán (chiíes). En Bahrein, Al Jalifa, suní, aguanta en el trono gracias a Arabia Saudí. Aunque la mayoría de la población en la isla es chií y se producen manifestaciones semanales. La respuesta ha sido la represión militar y el encarcelamiento de dirigentes de la oposición. Y por supuesto, Siria, que ha sufrido una dura Guerra Civil. Hay 7,5 millones de desplazados y 4,5 millones de refugiados, así como más de 200.000 muertos. A pesar del alto el fuego parcial de septiembre de 2016, se siguen produciendo combates con participación rusa en apoyo al gobierno sirio.

Como conclusión, parece que la intentona democrática ha sido fallida. Esos países seguirán con dictaduras militares, pero con grupos islamistas fortalecidos. Y occidente está dispuesto a apoyar a regímenes militares a cambio de su apoyo en la lucha contra el terrorismo global de corte islamista.

¿Primavera democrática?. Frío invierno militar.