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Estuvo a la altura de España

Estuvo a la altura de España
Estuvo a la altura de Españalarazon

En la vida todo llega, todo pasa y todo cambia. El relevo en el Gobierno de España forma parte de ese ciclo natural, aunque atendiendo a lo estrictamente político se produjo de forma acelerada e injusta, muy injusta. Atropellada en los tiempos porque los egos desmesurados de Pedro Sánchez y Albert Rivera así lo imponían e inconveniente para el país si atendemos a los logros que el Ejecutivo que presidía Mariano Rajoy ha conseguido.

Nuestro todavía presidente nacional del PP ha destacado en el ejercicio del poder por su mesura, equilibrio y fortaleza de convicciones frente a aquellos que han intentado desestabilizarlo de formas retorcidas. Recogió una herencia aterradora con el país al borde del rescate financiero y lo ha dejado en la senda del crecimiento y la creación de empleo.

Son las personas las que se han beneficiado de su firmeza y hemos recuperado la credibilidad internacional. A Rajoy solo cabe darle las gracias por su trabajo, dedicación y dignidad. Puedo decir con orgullo que ha sido un presidente que estuvo a la altura de España, un gran país, que necesita dirigentes de la capacidad que ha exhibido Mariano Rajoy que ha servido a sus compatriotas de la mejor forma.

Su anuncio de dejar la primera línea de la política es, sin duda, una noticia triste pero la forma elegante en la que lo ha abordado y la transición que ha diseñado es un ejemplo para quienes integramos el Partido Popular. Vamos a remar todos en la misma dirección porque este partido cuando trabaja unido es una garantía.

El tiempo que se abre en el PP con un liderazgo nuevo que saldrá a través de un congreso exige que ofrezcamos lo mejor de nosotros mismos y servirá para mantener una unidad básica para la estabilidad del país. Rajoy ha dejado en nuestras manos la elección de quiénes deben conducirnos en esta etapa y estoy convencida de que será un impulso, como ha pasado ya en Autonomías como la murciana o la valenciana, donde esa situación se ha producido con anterioridad.

La renovación nos va a permitir demostrar que aquellos que dan por amortizado al PP se equivocan. El proyecto político del centro derecha que defendemos sin complejos está muy vigente porque se cimenta en la unidad de España, la libertad en todos los ámbitos, la igualdad, la solidaridad, las políticas sociales o el derecho a la propiedad. El PP siempre ha dejado su sello con una mezcla de dirigentes con nuevas perspectivas, otros de gran experiencia y una gestión eficaz que genera oportunidades para las personas.

Y al tiempo que trabajamos para estar preparados ante cualquier convocatoria electoral la llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa va a desenmascarar a dirigentes de alianzas contra el PP incapaces de gestionar las instituciones. El Gobierno autonómico valenciano es un ejemplo de ello y se le acaban las excusas.

Antes culpaban a Rajoy de todos sus males –cuando en realidad ha hecho mucho más por los valencianos que el tripartito en tres años de infructuosa gestión– pero ahora no tienen asidero político. La incapacidad para transformar la sociedad por parte de Ximo Puig y sus socios es manifiesta así que tendrán que trabajar mucho para demostrar que son capaces de hacer algo productivo para los valencianos.

En el horizonte asoman las elecciones municipales, autonómicas y europeas de 2019 pero van a estar condicionadas en buena medida por la actuación del Ejecutivo que preside Pedro Sánchez, ya que depende de un delicado equilibrio de apoyos de fuerzas dispares y, muchas de ellas, contrarias al proyecto de España.

Los valencianos vamos a estar atentos a que se sigan defendiendo nuestros intereses, tal y como hizo el Gobierno de Mariano Rajoy, y desde el PP lo haremos con lealtad pero con firmeza. Acabar con cuestiones como la imposición lingüística en las escuelas que están sufriendo las familias es prioritario y espero que Pedro Sánchez defienda la Constitución sin complejos.

A esta tarea debería contribuir el nuevo ministro de Cultura, Máxim Huerta, nacido en Utiel –una zona de Valencia de predominio castellanohablante– pero que convive en armonía con la otra lengua oficial: el valenciano. Esa realidad debería situarle en las antípodas de la política lingüística de Puig y hacerlo más sensible a las reivindicaciones de los padres de poder elegir en libertad la lengua vehicular para sus hijos.

Deja dudas algún nombramiento como el de Carmen Montón que ha tenido una trayectoria como consejera de Sanidad en la Comunidad Valenciana plagada de varapalos judiciales, críticas por prácticas de enchufismo, acentuación de las listas de espera y un ataque permanente a los conciertos sanitarios pese a que estuvieran funcionando a satisfacción de los usuarios. Esperemos que no siga esa senda como ministra.

Abordamos un tramo final de la legislatura, tanto autonómica como nacional, que promete ser convulso y lleno de obstáculos. Y para ofrecer a los españoles una alternativa real a los gobiernos que ahora rigen sus destinos el PP –único defensor del centro derecha en España– va a salir fortalecido y será una garantía de políticas efectivas para que los ciudadanos puedan seguir progresando.