Enfermedades
Breve guía sobre la artritis reumatoide: un diagnóstico precoz esencial
Las personas con artritis reumatoide (AR) pueden sentirse cansadas, presentar fiebre, o bien tener sus articulaciones hinchadas, hasta tal punto que no pueden moverse. Se trata de una enfermedad inflamatoria crónica de origen autoinmume que afecta a las articulaciones. Si se realiza un diagnóstico precoz sobre ella, se puede frenar su progresión, en muchos casos una situación incapacitante para el paciente.
En concreto, se ven afectadas sobre todo las muñecas, los nudillos y las rodillas, pudiendo presentar otras manifestaciones los órganos internos de nuestro cuerpo como los pulmones, el corazón, la piel, o los riñones; por lo que debe considerarse una enfermedad sistémica (afecta a todo el cuerpo), explica el jefe de servicio de Reumatología del Hospital Quirónsalud Córdoba, Manuel Romero
La Sociedad Española de Reumatología (SER) indica, por su parte, que esta inflamación de las articulaciones (artritis) se produce porque unas células del sistema inmunitario (linfocitos) atacan a la membrana sinovial (membrana que recubre las articulaciones).
Sobre la causa de esta enfermedad, señala que a día de hoy es desconocida, si bien afirma que existen algunos factores que predisponen a desarrollarla. “Uno de estos es el genético, pero esto no quiere decir que sea una enfermedad hereditaria (que pasa de padres a hijos), sino que existen ciertas variantes en algunos genes que predisponen a presentarla, y esto justifica que en algunas familias haya varios casos”, precisa.
Otros factores que aumentan el riesgo de padecer AR son el tabaco y las infecciones de la boca. Contrariamente a lo que se piense, el clima y la humedad no aumentan el riesgo de sufrir artritis reumatoide. Sin embargo, es cierto que algunos cambios climáticos, y en particular cuando el tiempo empeora, hacen que cualquier articulación dañada por ésta o por otra enfermedad sea más dolorosa.
“Esta enfermedad es consecuencia de modificaciones en el comportamiento del sistema inmune, que tienen lugar por la interacción entre cierta predisposición genética, los factores hormonales, y algunos factores ambientales como infecciones, tabaquismo, mala alimentación, así como alteración de la microbiota”, indica por su parte el jefe de servicio de Reumatología del Hospital Quirónsalud Córdoba.
Este especialista recuerda el estudio Episer 2016, realizado por la SER, que destaca que la artritis reumatoide afecta en España a alrededor de 300.000 personas, es decir, en torno a un 1% de la población adulta española tiene esta enfermedad. Además, dice que es más frecuente en mujeres de mediana edad (3 mujeres por cada hombre), entre los 40 y 50 años.
SÍNTOMAS
En cuanto a los síntomas, el doctor Romero subraya que la AR produce dolor, hinchazón, enrojecimiento, así como aumento de la temperatura de las articulaciones afectadas. “El dolor articular es el síntoma más frecuente, y la hinchazón articular puede ser más o menos visible por el paciente, siendo el reumatólogo el que lo detecte mediante la palpación de las articulaciones, o la utilización de ecografías o resonancias magnéticas”, apostilla el reumatólogo.
Asimismo, desde la SER precisan que no todas las articulaciones se afectan con la misma frecuencia. “Las que más frecuente se inflaman son las muñecas, los nudillos, las articulaciones de los dedos de las manos y de los pies, los codos, los hombros, las caderas, las rodillas, y los tobillos. El dolor del cuello puede también ser debido a la artritis reumatoide y debe ser comunicado al médico”, subraya la sociedad científica.
En este punto, el jefe de servicio de Reumatología del Hospital Quirónsalud Córdoba llama también la atención sobre el dolor y la hinchazón, ya que por las mañanas puede haber dificultad para el inicio de los movimientos, una especie de ‘rigidez matutina’ que dura más de media hora.
Aquí la Sociedad Española de Reumatología recuerda que la artritis reumatoide puede producir síntomas por su afectación fuera de las articulaciones, como por ejemplo: fiebre inexplicable (sin infección ni otra causa que la justifique), cansancio, hormigueos en manos o pies, ronquera mantenida sin tener catarro, sensación de falta de aire, tos continua, dolor en el pecho o los costados.
Si la inflamación se mantiene a lo largo del tiempo puede conducir a la destrucción articular y a la invalidez progresiva. “Esta enfermedad limita la capacidad física de los afectados y a su calidad de vida”, lamenta asimismo el doctor Romero.
En concreto, este experto reumatólogo destaca que se pueden controlar algunos factores que influyen en el desarrollo de la enfermedad, como mantener una correcta higiene bucal, ya que se ha relacionado la periodontitis crónica con el desarrollo de AR; evitar el tabaco; tener una dieta sana, así como cuidar nuestra flora intestinal mediante el uso de probióticos y prebióticos.
Sobre su tratamiento, resalta que en la actualidad no se dispone de curación total, si bien resalta que existen múltiples tratamientos farmacológicos, y en última instancia quirúrgicos, que consiguen frenar la evolución de la enfermedad, evitando así las secuelas de la inflamación persistente.
LA IMPORTANCIA DEL DIAGNÓSTICO PRECOZ
En este contexto, el doctor Romero valora que el diagnóstico precoz de la artritis reumatoide es fundamental para detener la progresión de esta enfermedad y reducir los daños articulares futuros.
“Lo más importante es el diagnóstico precoz de la enfermedad. El tratamiento precoz aumenta la probabilidad de controlar la inflamación de las articulaciones y evitar el daño de las mismas, e incluso de conseguir la remisión de la enfermedad”, aprecia este especialista del Hospital Quirónsalud Córdoba.
Por tanto, ante la aparición de síntomas como dolor articular que generalmente se inicia en las manos, o bien la inflamación de alguna articulación, se debe derivar al paciente a las unidades de Reumatología, considera Romero.
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