El empleo del futuro

Por Joaquín Danvila

La irrupción de la tecnología y los nuevos modelos de negocio, han generado numerosas teorías sobre el empleo. Sobre el empleo del futuro y también sobre las necesidades de formación para tener asegurado un desarrollo profesional consistente. Los hay que aseguran que el empleo del futuro será propiedad de los tecnólogos. Vemos aparecer nuevos Negocios en internet, comercialización creciente de todo tipo de productos a través de Redes Sociales, aplicaciones móviles que adoptamos en nuestro día a día...

Sin duda son necesarios los ingenieros, los desarrolladores informáticos o los conocedores de los secretos del BigData, para seguir proporcionando avances tecnológicos, pero la realidad es que nadie está libre de formarse en este área, que ya no es exclusiva de los perfiles tecnológicos.

Nadie debe formarse ni trabajar al margen, los abogados deben dominar el ciberderecho, los vendedores deben conocer los secretos de la venta online, los ejecutivos y las marcas deben mostrarse con habilidad en las Redes Sociales, los Recursos Humanos deben conocer estas habilidades para seleccionar talento digital y a la vez hacer uso de redes y portales de formación y reclutamiento, los periodistas deben conocer los secretos del SEO de buscadores para posicionar su contenido y, por supuesto, utilizar con soltura los nuevos canales de comunicación, periódicos online, audios y vídeos en streaming, etc., etc.

Pese a todo ello, los conocimientos y habilidades digitales hoy en día ya son un mínimo en el entorno laboral, porque luego la realidad nos dice que son habitualmente las HABILIDADES, las que acaban convirtiendo, a los profesionales con conocimientos, en los elegidos para ocupar posiciones atractivas en el mercado. Y es que mientras sigamos conviviendo entre humanos, aunque los robots vayan cogiendo posicione, el éxito profesional continúa construyéndose en habilidades mucho más blandas.

Habilidades que hay que reforzar e incluso adquirir en los Programas de formación, universitaria, de postgrado, o en nuestra formación y evolución continua dentro de

nuestro trabajo profesional. Las relaciones personales presenciales, la habilidad en el networking, la resiliencia, las habilidades comunicativas, el trabajo en equipo, el enfoque laboral colaborativo o la empatía con compañeros y clientes, sigue siendo muchísimo más importante...aunque hagamos luego uso de la tecnología para llevarlas a la práctica.

Y es que en plena digitalización, las empresas siguen demandando profesionales con habilidades, cada vez más humanas.