
Cultura
Las cinco palabras utilizadas en Cantabria que nadie entiende en el resto de España
Más allá de las expresiones cántabras más conocidas como pueden ser "tierruca", "pindio" o "churrar" hay otras muchas que los de fuera de la región nunca podrían adivinar su significado

Cantabria es un lugar único en España por muchos motivos. La comida, la belleza de sus paisajes, sus espectaculares playas y cómo no, el arte rupestre de la cueva de Altamira, mundialmente conocido. Pero esta región del norte de España también destaca por su particular forma de comunicarse. Es cierto que en todo el país se habla el castellano, pero la influencia de otras lenguas, los acentos e incluso las profesiones, hacen que en cada parte del país se hable un castellano distinto y particular... Y todas tienen sus peculiaridades y su encanto. Cantabria es un claro ejemplo de ello. El cántabro o montañés es una variedad lingüística romance que ha evolucionado del latín, con influencias posteriores de regiones cercanas y comparten características con el asturleonés, que incluye el mirandés, asturiano y leonés. Se utiliza en algunas áreas rurales de Cantabria, pero algunas palabras se han extendido por toda la región y ya forman parte del vocabulario de todos los cántabros. Así, es habitual escuchar de forma habitual palabras como "tierruca" (tierra natal), "pindio" (cuando hay mucha pendiente o inclinación) o "churrar" (orinar).
Estas son las cinco palabras de Cantabria que no se entienden en el resto de España
Una de las palabras con más formas para hablar de ellas en el territorio nacional son las zapatillas. Las ´mas extendidas son "bambas", "playeros/as", "tenis", "deportivas" y otras más particulares como "zapas" (Madrid) o "alpargatones" (Navarra). Pero una de las más extrañas para muchos es la utilizada en Cantabria porque no tiene relación ninguna con las zapatillas: "espais".
Otro ejemplo es la forma de referirse a las calles empinadas o con gran inclinación, que no suelen tener muchas acepciones en el resto del país más allá de algunas particulares como "costanilla". Sin embargo, en Cantabria cuando se prefieren a una calle o carretera con mucha inclinación se refieren a ella como "pindia": Esta calle, senda o carretera está "pindia", refieren.
Lo mismo ocurre con expresiones como "raquero", que son incomprensibles para las personas que no tengan conocimientos o tengan relación con el mar. La palabra "raquero" tiene su origen en la tradición marítima. Se refiere a las personas que trabajan en los barcos, especialmente en actividades relacionadas con la pesca y el transporte marítimo. La raíz de la término está vinculada a la palabra "raque", que en algunos dialectos antiguos hacía referencia a la embarcación o a la acción de navegar. Con el tiempo, "raquero" pasó a ser un término coloquial para describir a todos los que desempeñaban oficios relacionados con el mar en Cantabria. Otra versión indica que designaba a los niños humildes que, en la Bahía de Santander, se lanzaban al agua para recoger monedas arrojadas por los pasajeros de los barcos. Pero como ocurre con muchas palabras, acaban siendo utilizadas con connotaciones peyorativas y, en este caso se utiliza como sinónimo de "maleante" o persona de una clase social baja, en referencia a la situación económica y social que se vivió en la región
Una de las definiciones más particulares de los cántabros y que define muy bien su carácter y persistencia es "dar la trisca" o lo que es lo mismo insistir una y otra vez en los temas propios como el equipo de fútbol del Racing de Santander -que ha estado a punto de regresar a Primera División-, las anchoas, los sobaos y, cómo no, su cocido montañés. En Cantabria es habitual que "den la trisca" con estos temas.
Tampoco podía faltar una expresión relacionada con el amor, aunque a los de fuera no les suene muy romántica. Las más habituales son "salir a ligar", "flirtear", "tontear", "galantear", "cortejar", "conquistar" o "palear, como se dice en Cantabria. La expresión "salir a palear" simboliza el esfuerzo y la lucha que implica conquistar a alguien, como si fuera un trabajo arduo que requiere trabajo, sudor y determinación. Este término refleja la perseverancia y la fuerza de voluntad que caracterizan a los cántabros, además de su particular forma de entender las relaciones sociales.
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