Gastronomía

Ruta del queso manchego: las mejores queserías para vivir una experiencia auténtica

Este producto es uno de los emblemas gastronómicos de España, pero muy pocos conocen su proceso de elaboración o dónde probar las mejores variedades

Queso manchego
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Hablar de Castilla-La Mancha es hablar de queso manchego. Este producto con Denominación de Origen Protegida es uno de los emblemas gastronómicos de España, pero muy pocos conocen su historia, su proceso de elaboración o dónde probarlo en su versión más auténtica. Por ello, proponemos una ruta por algunas de las mejores queserías de la región donde no solo podrás saborear este exquisito manjar, sino vivir una experiencia única entre ovejas, pastores, bodegas y sabores con siglos de tradición.

¿Qué hace único al queso manchego?

El queso manchego es uno de los productos gastronómicos más emblemáticos de Castilla-La Mancha y un símbolo de la calidad artesanal española. Lo que lo hace tan especial no solo es su sabor único y textura inconfundible, sino también su proceso de elaboración tradicional y su origen protegido.

El queso manchego se elabora exclusivamente con leche de oveja de la raza manchega, una especie autóctona que se adapta perfectamente al clima y los pastos de la región. Este tipo de leche aporta al queso un sabor intenso, ligeramente ácido y con notas a frutos secos y hierbas, que lo diferencia de otros quesos españoles elaborados con leche de vaca o cabra.

Además, la DOP garantiza que se produce en un área geográfica delimitada bajo estrictos controles de calidad. El proceso de maduración, que puede variar entre 60 días y dos años, también influye en la diversidad de sabores y texturas que ofrece, desde un queso más tierno hasta uno curado y firme.

Otra diferencia clave es su corteza dura y prensada, con un patrón característico en forma de rejilla, resultado de los moldes tradicionales de esparto usados originalmente para su producción. Su sabor varía según el nivel de curación al que esté sometido: suave y cremoso si es semicurado; intenso, firme, en incluso ligeramente picante si es curado o viejo.

La ruta del queso manchego

  • Quesos Elvira García (Toledo): Una quesería familiar en Los Navalucillos que ha sido galardonada en los World Cheese Awards. Aquí no solo elaboran queso manchego, también trabajan con leche cruda para dar sabores más complejos y puros. Las visitas guiadas permiten ver el proceso completo y terminar con una cata maridada. Es imprescindible planificar la visita con tiempo, debido a que sólo se puede ir bajo reserva para poder probar su amplia variedad de quesos, pero fundamentalmente el manchego artesano curado en cueva.
  • Quesos Corcuera (La Puebla de Montalbán, Toledo). Fundada en los años 40, esta empresa familiar fue una de las primeras en comercializar queso manchego con Denominación de Origen. Hoy es un referente de calidad. Ofrecen visitas a su planta, con explicaciones claras y una zona de degustación. Es una visita ideal para realizar en familia y permite la posibilidad de maridaje con vinos de la tierra.
  • Quesos La Casota (La Solana, Ciudad Real). En este establecimiento se produce uno de los manchegos más premiados del país. Con instalaciones modernas pero que utiliza técnicas tradicionales, esta quesería es ideal para quienes buscan excelencia. Las visitas incluyen recorrido por las cámaras de curación, explicación del etiquetado D.O.P. y cata guiada. Imprescindible probar el manchego “Reserva” (más de 12 meses de curación).
  • Quesería Vega Mancha (Manzanares, Ciudad Real). Ubicada en plena zona quesera, esta empresa combina producción a gran escala con mimo por el detalle. Su museo del queso manchego permite entender la evolución de este producto a lo largo de los años. Como curiosidad, si se va a viajar con niños, es la posibilidad de poder ver rebaños de ovejas en temporada.
  • Quesos Don Apolonio (Tomelloso, Ciudad Real). Otra joya artesanal. Elaboran queso con leche cruda y fermentación natural, sin conservantes ni aditivos. Sus quesos obtienen cada año reconocimiento en certámenes nacionales e internacionales. Su especialidad es el queso curado en manteca, que se puede degustar en una cata maridada con aceite y vino

Cuáles son los mejores maridajes para cada tipo de queso

El queso comenzó a usarse combinado con el vino para tratar de ocultar o suavizar el sabor de los caldos antiguos, mucho más duros y fuertes de los que se elaboran en la actualidad. Hoy en día, han pasado de ser una manera de poder "pasar" el vino a un acmpañamiento perfecto. Así, lo ideal para tomar un semicurado es combinarlo con vino blanco joven de uva airén o una cerveza suave. El queso curado, marida bien con tinto joven, crianza o incluso con un vermú manchego. El queso viejo o en manteca potencia sus notas con un tempranillo de La Mancha o un vino de la D.O. Valdepeñas. Finalmente, para el queso fresco o tierno, lo mejor es combinarlo con alimentos dulces como la miel, la mermelada o el membrillo.