Más contundencia para hacer frente a la plaga de topillos

A vueltas con los topillos. El invierno «suave» que padece Castilla y León ha hecho, ha encendido las alarmas, más por las organizaciones agrarias que por la Junta, aunque el consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Jesús Julio Carnero, destacaba que el Gobierno regional se encuentra en un estado de «alerta» ante una posible plaga de topillos.

A la espera de como avanza la campaña y de conocer la última monitorización sobre la población de estos roedores, Jesús Julio Carnero avanzaba que se va a trabajar de la mano del resto de administraciones para mantener lo más posible controlada la situación y, fruto de ello, este lunes se suscribirá un protocolo de colaboración con las diputaciones de Burgos, León, Palencia y Valladolid, a la que también se sumará Zamora.

Para la organización regional Asaja, la situación es «muy preocupante», como destacaba su presidente regional, Donaciano Dujo, quien incidía en que la máxima población se halla en Tierra de Campos en Palencia y que si no se actúa con rapidez puede haber una expansión superior a la del pasado año. Por ello exigía la quema controlada en aquellos lugares donde proliferan y acusó a la Confederación Hidrográfica del Duero de «dejadez» en la limpieza de infraestructuras».

Mientras, Aurelio González de UPA-Coag, quien también apostaba por la quema, alertaba de los problemas sanitarios que conlleva este plaga, debido a los numerosos casos de tularemia producidos. Y Jesús Manuel González Palacín denunciaba que carecen de las herramientas necesarias para hacer frente a su expansión.

Un Consejo Regional Agrario celebrado en Valladolid y donde también se daba luz verde para iniciar el reconocimiento de las opas como entidades colaboradoras de la Administración regional y donde se hablaba de la «inestabilidad» en la que está inmerso el sector agrario, por diversos factores, como la escasa rentabilidad de determinados productos, la guerra de precios y márgenes comerciales o la propia negociación de la Política Agraria Común (PAC).

Carnero se mostraba partidario de buscar mecanismos para alcanzar un acuerdo con todos los participantes de la cadena alimentaria, para encontrar puntos de acuerdo y alianzas para que todos salgan ganando, en especial aquellos que cuenta con una explotación. Los representantes de las Opas manifestaba la «falta de rentabilidad» que vive por los bajos precios y el desmesurado incremento de los costes de producción.