Economía
Unicaja prevé un crecimiento este año de entre el 4 y el 6,4 por ciento
Un informe de la entidad financiera estima también que el empleo podría crecer un máximo del 1,1 por ciento y dejar la tasa de paro en Castilla y León en el 13,6 por ciento
La crisis sanitaria del coronavirus mantiene en vilo a las economías de todo el mundo por la incertidumbre existente ante un virus que parece no tener fin aunque se supone que tiene los días contados debido a las vacunas que ya se están poniendo.
Si bien, desde Unicaja Banco se atreven a hacer una previsión de lo que puede ocurrir en este 2021 recién comenzado en la economía española, en general, y en la castellano y leonesa, en particular, y en el caso de nuestra Comunidad la entidad financiera prevé un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) de entre el 4 por ciento en el escenario menos favorable y el 6,4 por ciento en el más positivo. Lo que supondría también un aumento del empleo de hasta un 1,1 por ciento siendo optimistas que dejará la tasa de paro en Castilla y León en el 13,6 por ciento.
Al menos así se desprende del informe trimestral número 24 de la entidad “Previsiones Económicas de Castilla y León”, que, como en ediciones anteriores, ha sido elaborado por Analistas Económicos de Andalucía, sociedad de estudios del Grupo Unicaja Banco.
Según se recoge en el estudio, las estimaciones realizadas por Analistas Económicos de Andalucía apuntan que el pasado año recién terminado, el Producto Interior Bruto (PIB) de Castilla y León podría haber registrado una caída comprendida entre el 10,7 y el 11,1 por ciento. Por su parte, se estima una caída del empleo superior al tres por ciento, en el promedio del año, situándose la tasa de paro entre el 12,6 y el 12,9 por ciento.
En lo que respecta al empleo, se estima que, en el promedio de 2020, el número de ocupados disminuya un 3,0 por ciento, situándose en torno a 961.000, lo que supone alrededor de 29.500 ocupados menos que en 2019, situándose la tasa de paro en el 12,6 por ciento. No obstante, el empleo podría disminuir un 3,5 por ciento y la tasa de paro ascender hasta el 12,9, en un escenario menos favorable.
Según los últimos datos de la Contabilidad Regional Trimestral de Castilla y León, publicados por la Dirección General de Presupuestos y Estadística de la Junta de Castilla y León, en el tercer trimestre de 2020 el PIB ha crecido un 15,8 por ciento, tras registrar una caída algo superior al quince en el segundo trimestre. En términos interanuales, el PIB ha registrado un descenso del 5,5 por ciento (-18,8 en el trimestre anterior).
De acuerdo con dicha fuente, la demanda interna ha restado 6,4 puntos porcentuales (p.p.) al crecimiento, con un aumento trimestral del consumo de los hogares y la inversión superior al 15 por ciento. No obstante, en términos interanuales, el consumo de los hogares ha disminuido un 6,8 por ciento y la inversión un 13,6. Por su parte, la contribución del saldo exterior ha pasado a ser positiva (0,8 p.p.), debido al menor descenso de las exportaciones de bienes y servicios que de las importaciones (-6,1 y -6,5 por ciento, respectivamente).
Desde la perspectiva de la oferta, en el tercer trimestre de 2020 se produjo un crecimiento intertrimestral generalizado del Valor Añadido Bruto generado por los sectores, con mayores aumentos, en términos relativos, en la construcción (23,4 por ciento), la industria (17,4) y los servicios (15,6).
No obstante, en términos interanuales, el sector agrario registra un incremento de la producción, junto con las ramas energéticas y los servicios de no mercado, frente al descenso superior al ocho por ciento en la construcción y los servicios de mercado, según los datos de la Junta.
En lo que se refiere al mercado de trabajo, según los últimos datos publicados por la Encuesta de Población Activa (EPA), el empleo ha registrado una mejora en el tercer trimestre de 2020, recuperándose en torno a la mitad del empleo destruido en la primera mitad del año.
El número de ocupados en Castilla y León se situó en 970.800, lo que representa un aumento cercano a los 44.000 ocupados con relación al segundo trimestre. Hay que recordar que esta cifra de ocupados incluye a los afectados por ERTE con suspensión de empleo. La tasa de paro ha aumentado hasta situarse en el 12,5 por ciento (16,3 en España).
Sin embargo, en términos interanuales, el número de ocupados ha disminuido un 3,4 por ciento (-3,5 en España), destacando el descenso en el número de asalariados con contrato temporal (-16,3).
Por ramas de actividad, en términos relativos, destaca el descenso en la industria (-6,0 por ciento), en tanto que en términos absolutos, la pérdida de empleo en los servicios (22.800 ocupados menos que un año antes). La construcción es el único sector donde ha aumentado el empleo (2,5 por ciento).
Las cifras de trabajadores afiliados a la Seguridad Social reflejan también la pérdida de empleo respecto al año 2019, aunque el descenso de la afiliación se ha moderado en la segunda mitad de 2020. La hostelería, la industria y las actividades artísticas y recreativas son las que muestran un mayor descenso de la afiliación en términos interanuales, mientras las actividades sanitarias, la educación, las actividades de información y comunicaciones, las inmobiliarias y el transporte registraban ya en noviembre un número de trabajadores superior al del mismo mes de 2019.
Incertidumbre mundial y española
Los avances en la generación y distribución de vacunas frente al Covid-19, así como el comienzo del proceso de vacunación, se han traducido en una mejora de las expectativas económicas a escala global. No obstante, la OCDE señala que los primeros compases de 2021 vendrán marcados por la existencia de restricciones a la actividad, dadas las medidas de confinamiento adoptadas, el mantenimiento del distanciamiento social y el cierre parcial de fronteras.
Para el conjunto de 2021, este organismo prevé un que la economía mundial registre un crecimiento del 4,2%, tras presentar en 2020 en caída de magnitud similar, si bien dichas previsiones están sujetas a un alto grado de incertidumbre.
Aun cuando el impacto económico de la pandemia ha sido generalizado, existen diferencias significativas entre países, motivadas, entre otros factores, por la propagación del virus, las medidas puestas en marcha para su contención y la propia estructura sectorial. En este sentido, la economía española, con un mayor peso del sector turístico y de las actividades sujetas a un mayor grado de interacción social, será una de las economías europeas que registre en 2020 una mayor caída de la producción.
Según el avance de la Contabilidad Nacional Trimestral de España, publicado por el Instituto Nacional de Estadística, en el tercer trimestre de 2020, el PIB creció con respecto al trimestre anterior un 16,7 por ciento, registrándose una caída del 8,7 por ciento en términos interanuales (-4,3 el conjunto de la Eurozona).
El consumo de los hogares y la inversión han aumentado en torno a un 20% en el trimestre, si bien, en términos interanuales, han registrado una caída superior al diez por ciento, al igual que las exportaciones, alcanzando el -74,3 por ciento en lo que respecta al componente turístico.
Desde el punto de vista de la oferta, y pese a la mejora mostrada en el tercer trimestre, la caída en términos interanuales ha sido generalizada, excepto en el sector agrario y dentro del sector servicios, en las ramas de administración pública y actividades financieras.
Para el conjunto de 2020, el Banco de España apunta a una caída del PIB comprendida entre el 10,7 y el 11,6 por ciento seguida de una recuperación relativamente intensa en los dos años posteriores, con crecimientos estimados para 2021 entre el 4,2 y el 8,6 por ciento. Esta recuperación vendrá determinada, entre otros factores, por la evolución epidemiológica y el alcance del programa de recuperación europeo (NGEU).
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