«El Gobierno está haciendo su propio plan con los fondos europeos y no se cuenta con nosotros»

Son muchos los frentes que tiene abiertos este año la Consejería de Fomento y Medio Ambiente. Y más, en un año marcado por la pandemia, sin saber aún cuándo va a remitir. No obstante, el consejero Juan Carlos Suárez-Quiñones, considera que este año, el 2021, es clave y primordial para muchos de los proyectos que tiene en marcha este departamento. En un encuentro con LA RAZÓN desgrana los principales ejes de esta Consejería.

- Ha sido un año 2020 bastante complicado. Brevemente, ¿Cuál es su balance?

- Un año para olvidar. Hemos tenido que cambiar la gestión por la pandemia y se ha paliado, creo que de manera exitosa con el teletrabajo. Pero eso no ha evitado que se hayan paralizado tramos administrativos, contratos de obras públicas, nos ha distraído del caldo de cultivo que estábamos logrando por la concienciación del cambio climático. Pero en el aspecto positivo, se ha relanzado la transformación digital.

- Se afronta este 2021, esperemos que el de la recuperación, con un mayor presupuesto en su Consejería.

- Este 2021 va a tener dos partes. La primera muy mala. La tercera ola de la pandemia que estamos sufriendo y que está reduciendo las actividades económicas. Pero la positiva está en la vacunación, que abre un horizonte muy esperanzador. Y se van a ejecutar en los presupuestos. Y a ello se suman los fondos que llegarán desde Europa, que pueden ser una gran oportunidad, aunque estamos recelosos con su distribución. Ya lo hemos visto con los React-UE, donde hemos sido los grandes perjudicados.

- ¿Se sienten cansados de luchar y encontrarse contra ese muro que es el Gobierno?

- Lo que veo es una falta de transparencia y de colaboración. No se cuenta con las autonomías y hay que dar importancia a las Regiones. Están haciendo su propio plan y no nos tienen que sentar para darnos las cosas hechas sino para preparar lo que se tiene que hacer. Tenemos las competencias básicas y el Gobierno debe cambiar el paso.

- La pandemia y la digitalización pueden abrir un halo de esperanza al medio rural.

- Efectivamente. La sociedad caminaba hacia una deriva de globalización un poco enfermiza, donde parecía que lo cercano carece de importancia. Ha hecho que valoremos más lo nuestro y que exista más concienciación. Y si a ello sumamos la digitalización y que cualquier persona pueda trabajar desde cualquier punto de la Comunidad, es un privilegio.

- ¿Y cómo está la cobertura digital en estos momentos y qué pasos se van a dar?

- Mejorando y caminando con paso firme. Se están movilizando más de 130 millones para llevar ese internet a todos. El objetivo es que en el año 2023 Castilla y León pueda tener un internet de 30 megas en todos los sitios y que llegue a 100 megas en 2025. Estamos caminando rápido y un ejemplo son las escuelas conectadas, 1.400 centros educativos.

- Un programa de éxito es el de las ayudas al alquiler. ¿Se va a llegar a todas las solicitudes este año, por los efectos de la pandemia?

- Vamos a intentar llegar a todos. Los 15 millones del pasado año no llegaron y tuvimos que hacer dos repescas. Y este año partimos con 20,2 millones. Nuestra voluntad es que todos los que la solicitan y cumplan los requisitos se beneficien de ellas. Y con una discriminación positiva para los más jóvenes medio rural.

- El transporte va a dar un giro fundamental esta legislatura. Se necesitaba ya.

- Va a sufrir una transformación universal radical. Más modernos, más equipados, un Bono rural casi gratuito para determinadas capas de población, mejores estaciones. Y hay que aprobar el mapa de la ordenación del sector que debe hacerse por consenso con el fin de no condicionar a futuros gobiernos.

- Imagino que el lobo, les seguirá trayendo de cabeza

- Lo que nos trae de cabeza es la actitud del Ministerio. El lobo vive en equilibrio inestable con la ganadería extensiva. Comparten el hábitat. Y el Gobierno asume la «importante» misión de defender los intereses generales de una asociación en contra de los ganaderos de Castilla y León. Vamos a batallar donde haga falta. Si no se da marcha atrás es una herida de muerte para la ganadería extensiva y una puñalada de muerte en la lucha contra la despoblación.