Fiestas

Ciudad Rodrigo estalla de júbilo y alegría

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, pregona el Carnaval en la localidad salmantina homenajeando al toro “que todo lo empapa en estas fiestas”

Marcos Iglesias, Almeida, Mañueco y Javier Iglesias tras el pregón del alcalde de Madrid en Ciudad Rodrigo
Marcos Iglesias, Almeida, Mañueco y Javier Iglesias tras el pregón del alcalde de Madrid en Ciudad RodrigoVicenteAgencia ICAL

Tras un año de parón por la pandemia, la localidad salmantina de Ciudad Rodrigo celebra nuevamente sus fiestas grande, que no son otras que el Carnaval del Toro, declarado de Interés Turístico Nacional, con su plaza peculiar, su buen ambiente en las calles y todo ello pese a que el virus sigue ahí y el frío.

Pero esta tarde, con el tradicional ‘Campanazo’, Miróbriga ha dado el pistoletazo de salida a cinco intensos días con el toro y los disfraces como protagonistas. Como en ediciones anteriores, con quedada previa y pasacalles hasta la plaza Mayor, que además solo contó con acceso por una de las calles para controlar el ingreso de personas hasta el aforo máximo permitido por las autoridades.

A pesar de las restricciones de aforo en el coso improvisado del ágora mirobrigense, miles de vecinos y visitantes se dieron cita en las calles para recibir con entusiasmo los festejos tras un año de ausencia por la pandemia.

De este modo, ‘farinatos’ y forasteros dieron tienda suelta a la diversión con la habitual suelta de globos y el lanzamiento de confeti que llenó de colorido una cita que marca el arranque de cinco días de júbilo y desenfreno por las calles de Miróbriga.

Después, se ha llevado a cabo el tradicional encierro y desencierro de estas fiestas con los bueyes de Luis Cebrián como protagonistas de unas carreras en las que no se han registrado incidentes salvo un par de intervenciones por parte de Cruz Roja sin gravedad.

Encierro de mansos
Encierro de mansosVicenteAgencia ICAL

Posteriormente se ha celebrado el pregón a cargo del alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, quien ha disfrutado del momento tras una semana complicada para su partido y también para su persona, por cuanto ha dimitido como portavoz del PP, tras lo ocurrido en el partido que ha provocado la caída también de Teodoro García Egea y de Pablo Casado por su guerra con Ayuso.

“Cierto es que todos los carnavales son iguales y distintos, pero solo existe uno que sea único con mayúsculas. Solo uno que brilla con luz propia, con luz española en todo el mundo: el de vuestra recia, de vuestra antigua, de vuestra hermosa ciudad”, dijo entre el júbilo en forma de ovación desde el patio de butacas.

Miles de personas celebran el comienzo del Carnaval del Toro con el tradicional 'El Campanazo' en Ciudad Rodrigo (Salamanca)
Miles de personas celebran el comienzo del Carnaval del Toro con el tradicional 'El Campanazo' en Ciudad Rodrigo (Salamanca)Jose VicenteAgencia ICAL

El acto, celebrado ante un repleto Teatro Nuevo Fernando Arrabal, contó con la presencia del presidente en funciones de la Junta de Castilla y León, el salmantino Alfonso Fernández Mañueco, quien también acompañó al pregonero mayor tanto en la recepción institucional en el salón de plenos como en su desenfadado saludo posterior desde el balcón municipal. El regidor madrileño también pudo contar con la compañía del presidente de la Diputación de Salamanca, el mirobrigense Javier Iglesias.

Una vez cumplió con la tradición de elogiar a la corte de honor, encabezada por la reina de las fiestas, Paloma Alaejos, quien entró de su brazo en el teatro, para lo que utilizó unos versos del célebre literato mirobrigense Feliciano da Silva, Martínez-Almeida agradeció a su homólogo en Ciudad Rodrigo, Marcos Iglesias Caridad, la oportunidad de viajar hasta este “incomparable relicario de piedra de nuestra historia”, como definió al municipio, antes de destacar, en nombre de los madrileños, su “admiración” por la localidad occidental y resumir los lazos que les unen entre sí, informa Ical.

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, pronuncia el pregón del Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo (Salamanca).
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, pronuncia el pregón del Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo (Salamanca).VicenteAgencia ICAL

De hecho, el regidor capitalino sostuvo que Miróbriga “está en el corazón de Madrid”, matizando que no se trataba de una metáfora, sino de la constatación de un hecho. “Tres calles con nombres de ciudad parten de nuestra Plaza Mayor: Toledo, Zaragoza y precisamente Ciudad Rodrigo”, recordó. Un evento que justificó en gratitud “al valor demostrado los mirobrigenses contra el francés durante la Guerra de la Independencia”.

La parte final de su discurso versó sobre las singularidades del festejo, en sí para el que tampoco escatimó en adjetivos. “El Carnaval de Miróbriga es distinto porque su protagonista es el icono admirable del toro de lidia corriendo por las calles medievales de una ciudad de ensueño, llena de palacios y casonas nobiliarias, en encierros y desencierros que son seguidos con asombrosa pasión desde hace siglos por el pueblo”, describió ó el regidor capitalino, acabando su retahíla a voz en grito con ‘vivas’ al Carnaval, a Ciudad Rodrigo y a España.

Almeida, Iglesias y Mañueco por las calles de Ciudad Rodrigo antes del pregón
Almeida, Iglesias y Mañueco por las calles de Ciudad Rodrigo antes del pregónVicenteAgencia ICAL

Antes de culminar con el pregón su visita a Ciudad Rodrigo, Martínez-Almeida se dio un paseo por las calles de la localidad salmantina, donde convivió con los ‘farinatos’ y visitantes que le hicieron llegar un cariño que solo se vio interrumpido por un puñado de silbidos durante el saludo desde el balcón del Ayuntamiento. “Tenía muy claro que ser el alcalde de Madrid era el camino más corto para ser pregonero de Ciudad Rodrigo.

El alcalde entendió el mensaje”, bromeó, destacando ante su homólogo, a quien hacía referencia, lo especial de esta edición por la ausencia de la anterior. “Tenéis una responsabilidad, que es disfrutar por este año y por el pasado”, invitó a los ciudadanos congregados en la plaza que le devolvieron sus jaleos más fervientes.