Economía

La pandemia, un filón para las grandes empresas de Castilla y León

Las industrias, especialmente del sector manufacturero y la Construcción, logran los mayores beneficios de toda su historia en el año de la covid, con casi 3.000 millones de euros

Obras de las viviendas 'Primero de mayo' de Simancas (Valladolid)
Obras de las viviendas 'Primero de mayo' de Simancas (Valladolid)JCYLJCYL

Las empresas de Castilla y León alcanzaron unos beneficios netos récord en el año de la pandemia, 2.942,3 millones de euros, que representan un aumento del 13 por ciento respecto a los datos históricos que llevan cosechando desde 2017, año tras año.

El sorprendente dato de la Comunidad en una año marcado por la parálisis económica y social, lo aporta la Agencia Tributaria en sus cifras de las cuentas no consolidadas del Impuesto de Sociedades, en el apartado de pérdidas y ganancias de las sociedades no financieras con domicilio fiscal en Castilla y León, recogidas por Ical.

Lo cierto es que ese resultado llegó de la mano de las grandes empresas, básicamente de la gran industria manufacturera, mientras que las actividades de reducida dimensión, la inmensa mayoría, vieron descender sus beneficios y algunos sectores sufrieron fuertes pérdidas, como el del ocio. En concreto, las empresas de grandes dimensiones, 900, analizadas, lograron unos resultados después de impuestos de 2.201,6 millones de euros, con un aumento del 52,6 por ciento en relación a 2019. El dato representa casi el 75 por ciento de los beneficios obtenidos por las 72.482 empresas que tributaron en el impuestos (grandes, pequeñas y cooperativas).

El comportamiento de la Comunidad nada tiene que ver con el del conjunto nacional, donde los beneficios netos se situaron en 77.112,7 millones, con un retroceso del 53 por ciento en comparación a 2019.

En cuanto a las de reducida dimensión (58.784 dentro de este epígrafe con una cifra de negocio inferior a diez millones), obtuvieron un resultado neto de 565,79 millones, que suponen una merma del 27 por ciento en comparación a 2019.

La producción de las empresas alcanzó los 64.235,8 millones de euros, con un descenso del 5,9 por ciento. Los consumos intermedios bajaron un 6,4 por ciento, con 48.852 millones; y los de personal, un dos por ciento, con 10.028. El resultado de explotación se contrajo un 18,6 por ciento, pero el financiero paso del dato negativo de 116,6 millones de 2019, a unos ingresos por 750,2 millones de euros.

Sectores

Por sectores, el comportamiento fue muy heterogéneo. El grueso de los beneficios llegó de la mano de la industria manufacturera, con 2.060,4 millones de euros, más del doble que en 2019 (107,2 por ciento). Asimismo, la construcción sumó algo más de 123 millones, con un aumento del 57,9 por ciento; y la agricultura, 142,8, un uno por ciento más que en 2019. El resto mermó sus resultados netos, y la actividad con un mayor impacto fue la de otros servicios personal es y ocio, con unas pérdidas declaradas de 106,93 millones, cuando en 2019 lograron beneficios por 54,2.

Los resultados netos mermaron un 74,1 por ciento en servicios a empresas (114,4 millones de euros); un 64,2 por ciento en servicios sociales (19,6 millones); un 36,9 por ciento en comercio (348,9); un 29,1 por ciento en industrias extractivas, energía y agua (78,8); un 9,4 por ciento en entidades financieras y aseguradoras (137,9); y un 0,1 por ciento en comunicación (23,1 millones).

Fuentes de CEOE Castilla y León atisbaron que las grandes empresas castellanas y leonesas, que acumulan los beneficios, supieron mantenerse y moverse para lograr esos resultados, saliendo a los mercado y protegiendo a sus empleados superando la fase COVID.

Por el contrario, las pequeñas actividades fueron las que sufrieron un mayor impacto en pandemia y “muchas se quedaron en el camino”. Asimismo, desde la patronal recordaron que la industria manufacturera tiene un peso mucho mayor en la Comunidad que en España, con una fuerte demanda ese ejercicio de sus productos agroalimentarios (la rama de mayor peso) y junto a la construcción, “prácticamente no pararon”.

Tasas

El estudio analiza los ratios económicos de las empresas y los financieros. En relación al comportamiento económico, la tasas de valor añadido, que sintetiza la capacidad de generación de rentas por unidad de producto, se situó en el 23,95 por ciento, frente al 23,43 del año anterior. Además, la tasa de gastos de personas fue del 65,19 por ciento, inferior al 69,83 de 2019.

En cuanto al margen bruto de explotación, alcanzó el 8,64 por ciento, frente al 7,34 por ciento del año precedente; la rentabilidad económica fue del 4,4 por ciento, por encima del 4,05 por ciento de 2019; y la financiera se situó en el 8,2, inferior al 8,74 del ejercicio anterior.

Por lo que se refiere a los ratios financieros, el de tesorería (mide las posibilidades de hacer frente a las obligaciones de pago a corto plazo), fue del 144,77 por ciento, muy superior al 128,62 de 2019.

El ratio del fondo de maniobra (montante de recursos financieros permanentes necesarios para poder llevar a cabo con normalidad las operaciones de naturaleza corriente), se situó en el 20,12 por ciento, cuando un año antes estaba en el 18,52. Por último, el de endeudamiento fue del 117,11 por ciento, lejos del 153,57 de 2019.