Sociedad

Alberto, el niño de 4 años de la eterna sonrisa que pide a los Reyes Magos un trasplante de médula

El tiempo juega en contra del menor que padece un linfoma de Burkkit mientras la familia advierte de que tienen conocimiento de que hay donantes que se han inscrito hace dos semanas y aún no han recibido nada ni les han citado

Alberto, el pequeño de 4 años que lucha por su vida en el Hospital de Salamanca
Alberto, el pequeño de 4 años que lucha por su vida en el Hospital de SalamancaLa RazónLa Razón

El pasado 8 de julio, en pleno verano, la familia de Alberto, un niño alegre y dicharachero de apenas cuatro años, recibía la peor noticia: que su hijo tiene el linfoma de Burkitt, un cáncer del tejido linfático de rápido crecimiento y agresivo, que afecta a personas adultas, pero que también se da en los niños.

Una enfermedad poco frecuente que se inicia en los linfocitos B, que son los que normalmente elaboran los anticuerpos y son parte del sistema inmunitario al formarse a partir de las células madre en la médula ósea.

“En ese momento se me cayó el mundo encima; fue el mayor palo de mi vida”, señala a LA RAZÓN Luis, el padre del menor, mientras recuerda que el 30 de junio llevaron a su vástago al médico porque tenía un dolor intestinal y como ocho días más tarde le diagnosticaban la enfermedad, tras extirparle un trozo de intestino, y comenzaba el tratamiento en ciclos de quimioterapia para eliminar las células cancerígenas que pudiera haber.

Alberto daba inicio a un viaje con subidas y bajadas -ya que al principio respondió bien al tratamiento y el niño mejoró, hasta que el pasado 14 de noviembre, hace mes y medio, Alberto sufría una recaída por la que tuvo que ser ingresado en el Complejo Asistencial de Salamanca, después de que le detectaran que tenía metástasis en varias partes del cuerpo, incluida la médula. Y desde entonces, el pequeño sigue luchando con fuerza por su vida, siempre con una sonrisa en la boca.

Y es que Alberto es un niño alegre y muy activo, y con un corazón que no le cabe en el pecho de lo grande que es. “Ahora mismo está hinchando globos de un saco que tiene para dárselos a los niños de urgencia y siempre sin perder la sonrisa de la cara”, cuenta el padre, quien explica que su hijo es consciente de que está malo, aunque no sabe realmente la enfermedad que tiene porque es muy pequeño aún. Si bien, dice que está tranquilo, que juega casi todo el día en el hospital y no se queja, y siempre en compañía de su madre o su padre que hacen turnos y no se separan de él durante todo el día.

Alberto, el pequeño de 4 años que lucha por su vida en el Hospital de Salamanca
Alberto, el pequeño de 4 años que lucha por su vida en el Hospital de SalamancaLa RazónLa Razón

Y es que Alberto necesita de forma urgente un donante de médula cien por cien compatible. Su vida depende de ello, algo que es muy complicado. Tanto que, según cuenta el progenitor, tiene las mismas posibilidades de que con un décimo a uno le toque la lotería.

Por desgracia, ninguno de los tres familiares directos de Alberto, sus padres y un hermano de mayor de 11 años, son compatibles con él.

Si bien, este posible trasplante es en estos momentos la tercera de las opciones que los médicos maneja, según confirmaba Luis a este periódico. “Ya no hay tiempo material para buscar un donante; entonces, lo que van a hacer es extraerle sus células madre, ver si tienen la enfermedad o no y si son suficientes para volver a hacer un autotrasplante”, apunta.

Si no cumpliera alguna de estas condiciones entonces la siguiente opción es extraer células madre de la médula de su madre o del padre, y si hay rechazo la siguiente y última opción sería la del donante.

”El niño tiene las defensas muy bajas después de haber pasado dos ciclos de quimioterapia muy fuertes y agresivos y, además, no hay tiempo para esperar al donante porque hay que actuar rápido”, afirma Luis, mientras insiste en que solo se descarta por urgencia y porque una vez terminada la quimioterapia si quedara alguna célula cancerígena no pueden dejarla que se multiplique. “El tiempo va en nuestra contra y al no haber encontrado un donante nos han dicho que hay que actuar de esta manera”, explica.

Así que de momento, la primera opción que van a intentar los médicos que la atienden es extraer las propias células madre de la médula ósea de Alberto y ver si son suficientes para poder llevar a cabo un autotrasplante. “Es lo mejor ahora mismo”, dice su padre, aunque advierte de que tampoco es tan fácil esta cuestión.

“Las células suyas sería lo mejor pero tienen que analizar que tenga capacidad suficiente para poder realizar el autotrasplante y que no estén contaminadas con el linfoma, porque si no le están metiendo otra vez el cáncer en su cuerpo”, señala, visiblemente emocionado y preocupado por lo que está viviendo.

Alberto, el pequeño de 4 años que lucha por su vida en el Hospital de Salamanca, nunca deja de sonreír
Alberto, el pequeño de 4 años que lucha por su vida en el Hospital de Salamanca, nunca deja de sonreírLa RazónLa Razón

El tiempo juega en contra del pequeño, mientras la familia advierte también de que tienen conocimiento de que hay donantes que se han inscrito hace dos semanas en el Banco Nacional y que pasado este tempo aún no han recibido nada ni les han citado.

Campaña de concienciación

De hecho, reconoce que cuando se lo dijeron se llevó un batacazo porque pensaba que esto iba a ser un poco más tarde y resulta que es de urgencia. “Seguimos buscando por si acaso”, destaca Luis, optimista, que no pierde la esperanza de que su hijo pueda encontrar a ese donante “milagroso” y que este pueda llegar en Navidad, como si fuera un cuento.

“Se lo pedimos a Papa Noel pusimos en la carta que le enviamos pero no llegó, y lo hemos vuelto a intentar con los Reyes Magos a ver si hay más suerte”, dice el padre, que ha iniciado una campaña de concienciación junto a la Fundación de Enfermedades Poco Frecuentes ((Indepf), quetiene como objetivo conseguir donantes. “Donaciones que si no le sirven a Alberto, al menos puedan ayudar a otros niños que lo puedan necesitar”, señala.

En este sentido, Luis lamenta que no haya suficientes donantes y por eso llama a sensibilizar a la sociedad de que donar no es algo grave. “Ni te hacen daño ni sufres y, además, tienes la satisfacción de poder salvar una vida”, afirma.

La donación la pueden hacer personas entre 18 y 40 años y desde cualquier punto de España, mientras que la compatibilidad se sabe con un análisis de sangre o saliva.