Rutas invernales
Tierras del Burgo: ni te lo imaginas
Naturaleza, castillos, gastronomía, casas medievales y yacimientos arqueológicos conforman el carácter de una comarca especial de la provincia de Soria
Dentro de la inmensidad de Castilla y León, uno de los territorios más extensos de Europa, se encuentra una zona de la provincia de Soria con mucha historia a sus espaldas.
Una comarca con un patrimonio monumental sin igual repleto de iglesias románicas, castillos, fortalezas y atalayas, una espectacular naturaleza con el Parque Natural del Cañón del Río Lobos, La Fuentona y el Sabinar de Calatañazor como protagonistas formando un triangulo natural de gran diversidad biológica -casi nada- , y una gastronomía con un gran sabor especial que el viajero no debe perderse y ha de conocer alguna vez en su vida durante sus caminos.
Son las Tierras del Burgo, situadas al oeste de la provincia de Soria y de las que forman parte más de una treintena de municipios con la Villa Episcopal de El Burgo de Osma al frente que no dejarán indiferente a nadie que se acerque a ellos.
Se puede comenzar el recorrido por El Burgo de Osma, ciudad y villa declarada Conjunto Histórico desde 1993, donde se puede disfrutar de un legado cultural espectacular en el que destaca sobremanera su catedral de Nuestra Señora dela Asunción, románica, gótica, barroca y neoclásica al mismo tiempo capaz de parar el reloj. Los ríos Abión y Ucero riegan este lugar histórico y eclesiástico donde se asentó la primigenia ciudad de Osma, que hoy conserva un bello recinto fortificado y una importante nómina de edificaciones que se pueden disfrutar caminando.
En El Burgo de Osma se encuentra Uxama, una Importante ciudad celtibero-romana que ocupa el amplio cerro de Castro, que protege a la actual Osma, y se identifica en el paisaje por la atalaya islámica que se yergue en el extremo rocoso del cerro. Con la romanización, en el siglo I, el municipio creció, y de esta expansión es ejemplo su red de abastecimiento de aguas. Fue en este momento cuando se le dotó de edificios públicos, se convirtió en uno de los principales núcleos urbanos de la provincia en época romana.
Y a todo esto, desde finales de otoño y hasta marzo se celebran todos los fines de semana en El Burgo de Osma lastradicionales jornadas dela matanza del cerdo de la mano del Virrey Palafox, donde se pueden disfrutar de más de una veintena de platos con el cerdo, del que se aprovecha todo, hasta los andares, como protagonista.
El siguiente destino del camino nos puede llevar a Calatañazor, un pueblo medieval con mucha historia, incluso visigoda, a sus espaldas. Situado en zona de pinares, aparte de su pasado islámico -se dice que allí Abu Amir Muhammad ben Abi Amir al-Maafirí, llamado al-Manūr, «el Victorioso», más conocido como Almanzor, perdió su tambor, que es tanto como decir que perdió su talismán de imbatible y que resultó derrotado. Una expresión que, según cuenta la leyenda, hace referencia a la derrota que sufrió a manos del rey de León Bermudo II y del conde García Fernández de Castilla a finales del siglo X y principios del XI, en una batalla que no está del todo claro que se produjera, pero que los cristianos elevaron a gesta.
Calatañazor deslumbra por sus calles empedradas con canto rodado, algunas casas blasonadas y las otras de arquitectura tradicional, con entramado de madera de sabina y cubiertas de teja árabe.
Es conjunto histórico artístico desde hace sesenta años, en 1962, y si algo caracteriza a Calatañazor es lo singular de su arquitectura popular y su “Skyline” rural con más encanto de España, debido a sus bellas chimeneas cónicas.
Son dignas de ver las tradicionales casas pinariegas, una construcción rústica y sencilla, generalmente de planta baja y bajocubierta en la que se utilizaba la piedra, la mampostería o el sillarejo, o con dos plantas.
Y en el entorno mas cercano, el viajero puede después disfrutar del Sabinar de Calatañazor, del Monumento natural de La Fuentona, donde nace el río Abión, considerada uno de los parajes más bellos de la provincia, este estanque natural no es sino uno de tantos manantiales en red que circulan bajo la tierra, y que decidió ver la luz para hacerse alberca y después río.
La iglesia de Nuestra Señora del Castillo, la Ermita de la Soledad o elespectacular Rollo del siglo XV en la plaza, donde se impartía justicia a los reos de la época, son otros lugares que el viajero debe conocer en Calatañazor.
Ucero, Muriel de la Fuente o Rioseco de Soria son visitas obligadas de parada y fonda para el viajero que recorra las Tierras del Burgo.
En Ucero, destaca el imponente castillo al que la tradición le atribuye origen templario, ofrece unas vistas estupendas desde un mirador excelente para contemplar la misma villa de Ucero así como parte del Parque natural del Cañón del Río Lobos. Las ruinas de la ermita románica de San Juan de Otero o la Virgen de la Villavieja; la iglesia parroquial de San Juan Bautista o la Cueva de la zorra en la que se recorre un tramo del canal de abastecimiento de agua construido por los romanos, son otros lugares de interñes.
Muriel de la Fuente es un precioso municipio que limita por el norte con Cabrejas del Pinar, por el sur con Avioncillo, por el este con Calatañazor y por el oeste con Muriel Viejo; tiene una altitud de 1012 metros, aunque hay alguna excepción, como el “Pico Peñota”, que supera dicha cifra, y alcanza los 1257metros. Y es una zona de gran variedad micológica, y como ejemplos se pueden encontrar varias clases de boletus (migueles), nícalos (rebollones), nansarones (perros chicos), seta de cardo, seta de caballero, senderillas, colmenillas o rebozuelo. Los bosques de sabina albar cubren la zona de páramo formada por rocas calizas en cuyo subsuelo se asienta el acuífero del que surge el manantial de La Fuentona. Se accede desde la capital por la N-122 y 2 kilómetros de Calatañazor, en dirección a Muriel de la Fuente se llega al Sabinar de Calatañazor.
Finalmente, Rioseco de Soria es un pueblo agrícola y ganadero pero también muy turístico gracias también al golf en la Cerrada, un campo de golf rústico que consta de nueve hoyos situados en praderas naturales.
Destaca su Molino como centro de interpretación no solo de la molienda sino también de la Villa Romana de Los Quintanares que se podrá visitar, a través de unas gafas de realidad virtual, desde el propio centro de interpretación.
La localidad cuenta también con la iglesia románica de San Juan Bautista, la ermita de la Virgen del Barrio y un rollo jurisdiccional, erigido en la plaza mayor a principios del siglo XIX, y construido sobre columnas de mármol de la villa romana de Los Quintanares.
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