Protestas

El campo clama contra las importaciones masivas de cereal y la especulación: "Nos vamos a la ruina"

Cientos de agricultores cerealistas se concentra en Valladolid para pedir soluciones ante la baja rentabilidad que sufren que les está abocando al cierre de la explotación

Dujo, Rivera y González durante la protesta a la que asistieron también el presidente de la Diputación de Valladolid, Conrado Íscar, y la senadora popular, Mercedes Cantalapiedra
Dujo, Rivera y González durante la protesta a la que asistieron también el presidente de la Diputación de Valladolid, Conrado Íscar, y la senadora popular, Mercedes CantalapiedraMiriam ChacónIcal

El campo vuelve a salir a la calle, de momento para dar un nuevo toque de atención por los precios del cereal, pero amenaza con tomar nuevamente las ciudades si no se da respuesta a los graves problemas que acucian al sector agrario, sobre todo el cerealista.

Y es que más de medio millar de profesionales del campo de la Comunidad se han concentrado este viernes frente a la sede de la Delegación del Gobierno de España en Valladolid convocados por las organizaciones agrarias Asaja y la Alianza Upa-Coag para advertir de la situación de ruina que soporta el sector cerealista de esa autonomía, cuando es el granero de España.

"Costes, importaciones y especulación arruinan nuestra producción", era uno de los lemas que podían leerse en las pancartas que portaban los agricultores, encabezados por Donaciano Dujo, de Asaja, y Lorenzo Rivera, de Coag.

"El trigo está por el suelo y un saco de abono vale más que lo que nos pagan por tres de trigo", advertía Dujo, mientras cogía varios sacos de trigo y los derramaba por el suelo junto a Rivera entre aplausos de los manifestantes.

Las organizaciones agrarias aseguran que los cerealistas llevan ya más de tres campañas en números rojos, primero por la sequía, luego por los costes de producción y ahora por el hundimiento de los precios derivados de la guerra de Ucrania, o por una combinación de todas ellas.

"O se para esto o nos vamos a la ruina", decía un manifestante, visiblemente enfadado y crítico con lo que está ocurriendo puesto que no ve nada claro tampoco que el cereal pueda tener futuro de seguir así.

En este sentido, cabe señalar que la superficie de siembra histórica en Castilla y León alcanzaba los dos millones de hectáreas, mientras que hoy apenas llegan a 1,6 millones de hectáreas.

Además, el precio del cereal hace dos años fue de 360 euros y apenas llega a doscientos, mientras que antes de la guerra en Ucrania los costes de producción eran de 500 euros/ha, y ahora superan los 700/ha", añadía Dujo.

El presidente de Asaja cifraba en 500 millones de euros los que los agricultores de Castilla y León han dejado de percibir por los altos costes de producción y precios del cereal hundidos, y se preguntaba dónde se aplica la Ley de la Cadena Alimentaria, a lo que contestaba que en el cereal seguro que no y que alguien se tiene que estar beneficiando y no son los cerealistas.

“Pedimos que el Gobierno central presente una queja formal ante la Unión Europea, porque esta situación solamente se vive en España", denunciaba, por su parte, Lorenzo Rivera, de Coag, quien advertía también de que España es el país de la UE que más importaciones de terceros recibe. “Todo para fabricar pienso, cuyo precio no ha bajado el 30 por ciento que sí lo hicieron los cereales”, criticaba.

Aun así, detallaba que a los 14 millones de toneladas que han entrado hay que añadirle “otros diez que han venido entre el comercio intracomunitario, lo que se traduce que España ha importado hasta junio 24 millones de toneladas. Una cifra "récord e inadmisible”, porque ahora se tiene el cereal en los almacenes sin vender, porque venderlo a 200 euros por tonelada es arruinar a un sector por completo.

Por ello, exigía que haya esa “preferencia comunitaria” con el fin de que el producto local se respete por encima de todo lo que viene de fuera.

Igualmente, piden que todos los productos que entren en la UE procedentes de terceros países deben equipararse a los estándares de producción comunitarios, y que se paralice inmediatamente cualquier negociación para la apertura comercial en materia agroalimentaria.

Asimismo reclaman la puesta en marcha de un Observatorio sobre las importaciones que permita hacer un seguimiento y control sobre las cantidades, los precios y la temporalidad de las mismas y que los consumidores dispongan de la información sobre el verdadero origen de los productos y tengan la garantía de que todos los productos que se comercializan en sus territorios cumplen con las mismas normas exigidas en la UE.

"No todo vale, ni en tiempos de guerra, no se puede sacrificar al campo español. Y si no, que España dé un paso adelante, como ha hecho Polonia, y compense la pérdida que están soportando los agricultores por los efectos indeseados de estos acuerdos", finalizaba el líder de Asaja en Castilla y León

Todos estos puntos, junto a otras reivindicaciones, se recogen en una Tabla Reivindicativa que las organizaciones agrarias convocantes han depositado hoy en el Registro de la Delegación del Gobierno.