Economía

David Escudero: "La Inteligencia Artificial son matemáticas, ciencia y algoritmos, pero parece magia, y eso crea un campo de cultivo ideal para el engaño y el miedo"

El director del Centro IA de la Universidad de Valladolid destaca el "interés" de las factorías locales de automoción para procesos "mucho más eficientes" y "anticiparse a posibles errores en las cadenas de fabricación"

El director del Centro IA de la Universidad de Valladolid, David Escudero
El director del Centro IA de la Universidad de Valladolid, David EscuderoEduardo MargaretoIcal

Como una chistera a la que le pides un conejo y, voilà, ahí está. Eso podría ser la inteligencia artificial, pero no lo es, pues tras las infinitas oportunidades esconde riesgos y por eso es necesario cuidarse de ella. "La IA ofrece muchas oportunidades, pero también ofrece riesgos. Cuando hay una revolución tecnológica importante siempre hay cambios en la sociedad y esos cambios son oportunidades y son también riesgos". El director del Centro de IA de la Universidad de Valladolid (UvaIA), David Escudero, profundiza en esta entrevista a Ical en los pormenores de todo el océano que ya supone en nuestras vidas esta disrupción que, aunque ha explotado en los últimos años, se trabaja desde hace décadas. Aclara que con la IA se pueden obtener procesos productivos "mucho más eficientes", pero también genera riesgos como la acumulación de poder, el mal uso de los modelos de lenguaje o los ciberataques.

Si la IA existe desde hace décadas, ¿porqué se ha hecho tan presente en los últimos tiempos?

Es algo que ha explotado ahora, precisamente porque se lleva trabajando mucho tiempo. La primera publicación en la Universidad de Valladolid tiene 36 años y en ella estuvo presente el actual director de Cartif, José Ramón Perán. Se trata de un trabajo sobre visión artificial para control de stocks, publicada en el IEQO, un congreso que celebra el Instituto mundial de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE), ni más ni menos. A partir de ahí ha habido grupos en Industriales, en la Facultad de Ciencias, Informática y Telecomunicaciones, que fueron posteriores, pero que también tenían investigación en este ámbito.

Casi 150 investigadores de áreas multifuncionales han mostrado interés en la IA, ¿cuáles son aquellas con más avances?

Realmente la inteligencia artificial ha sido el campo de batalla en investigación de muchos departamentos. Desde Teleco a Informática, pasando por Industriales o Ciencias, que la han utilizado para probar y proponer nuevos algoritmos y las actividades de clasificación, reconocimiento de patrones y etiquetado han sido actividades clásicas en las cuales los investigadores han estado trabajando durante mucho tiempo. Y no nos ha ido mal. De las 70 personas que somos miembros ahora del Centro de Inteligencia Aficial de la UVa, el 40 por ciento son catedráticos, lo cual implica que ha habido un nivel de investigación y un rendimiento muy alto. En la Universidad han manifestado interés 144 agentes que quieren explorar, pero los 70 aceptados son investigadores que tienen una trayectoria y una experiencia. Actualmente, en la UVa hay más de 100 proyectos vivos relacionados con la IA, una cifra importante. Tenemos un peso específico importante.

Cada vez se extienden más dudas de cómo complementar las oportunidades y los riesgos de la IA...

La inteligencia artificial ofrece muchas oportunidades, pero también riesgos. Cuando hay una revolución tecnológica importante siempre hay cambios en la sociedad y esos cambios son oportunidades y son también riesgos. De los riesgos que se hablan, por ejemplo, están los cambios en el empleo, donde surgirán nuevas oportunidades de trabajo, pero también otros trabajadores encontrarán que su puesto laboral ha sido no solamente completado por la IA, sino en muchas ocasiones, sustituido. Hay más riesgos, como la acumulación de poder o las máquinas con las cuales entrenan los modelos de lenguaje, que están en manos de muy pocas multinacionales. Incluso en Europa, actualmente no tendríamos esos ordenadores capaces de entrenar modelos de lenguaje parecidos a Chat-GPT. Una amenaza latente es que esta tecnología caiga en manos de personas con malas intenciones o diseños de sistemas inteligentes para planificar ciberataques o uso para crear armamento especialmente peligroso y creación de moléculas que generen pandemias, por ejemplo. De momento están en la ciencia ficción, pero no sería descabellado pensar que en un futuro vamos a tener que enfrentarnos a ellas. Por contra, entre las oportunidades más relevantes es que las herramientas se han demostrado muy útiles para mejorar la eficiencia en el trabajo. Ahora podemos ser más productivos, hacer cosas en menos tiempo y de forma más barata de como las hacíamos antes.

Hablar de mercado laboral en Castilla y León es hacerlo de automoción, ¿de qué manera se puede beneficiar este sector de la IA?

Mi sensación cuando he hablado con los responsables de las factorías locales es que están muy interesados en trabajar con la IA porque ven oportunidades para hacer procesos mucho más eficientes. Ellos vienen de la industria 4.0, donde las empresas están fuertemente digitalizadas, tienen muchísima información, muchos datos, y ven en la IA una oportunidad para ser más eficientes, poder monitorizar donde pueden estar los puntos de mejora y aplicarlos con la IA. Una de las aplicaciones típicas es el mantenimiento predictivo, ser capaz de anticiparse a posibles errores que tengan las cadenas de fabricación antes de que ocurran. Eso es una gran oportunidad en un contexto en el que competimos con Asia, que está avanzando también muy fuerte en estas cuestiones.

Y, ¿en agroalimentación, otros de los sectores punteros de la Comunidad? ¿Veremos impresores que elaboren carne artificial?

El hecho de que eso sea más o menos productivo estará por ver, lo que sí que es verdad es que hay investigaciones para la generación de moléculas sintéticas y el uso de IA para crear semillas y nuevos productos. De nuevo también hay oportunidades en la optimización de procesos, la planificación de rutas para acudir a centros de explotación agraria, que es una de las aplicaciones que existe ya y que está en el mercado; así como la optimización del uso del agua se puede beneficiar también de la IA. Más allá de la automoción o el sector agrario, es necesario que la sociedad conozca que quien tenga un negocio tiene un caso de uso de IA, porque en cualquier aspecto de la actividad humana se puede optimizar y es muy útil.

¿En qué momento puede llegar la IA a desarrollarse a nivel usuario desde nuestras propias casas?

La tendencia actual es a la generación de lo que se va a llamar ‘agentes’, que es utilizar el conocimiento que te puedan dar herramientas que ya estamos viendo que funcionan,C como puede ser el Chat-GPT o generación, en un contexto más genérico, para que apoyen la toma de decisiones y para que asistan el trabajo diario de cualquier persona que tenga un problema determinado. En la construcción de esos agentes basados en IA habrá de nuevo bastante empleo y ahí podremos aportar como Comunidad Autónoma y universidad.

Es un hecho que la Inteligencia Artificial va a influir en nuestras vidas, ¿podría hacerlo incluso en las relaciones personales?

La IA ya influye muchísimo en nuestras vidas. Te voy a poner dos ejemplos, porque Chat-GPT ha sido la ‘patita’, pero llevamos utilizando técnicas de IA mucho tiempo. Un caso es la publicidad en el móvil, que es muy eficiente porque realmente capta lo que estás pensando. Se basa en redes neuronales, en la misma tecnología que Chat-GPT. Otro ejemplo son las recomendaciones que te hacen de películas aplicaciones como Netflix, que tiene cierto valor de efectividad. También las compras que hacemos por internet, donde Amazon es un caso de éxito claro de IA. El navegador de Google se basa también en esta misma tecnología. ¿Ha cambiado eso nuestra forma de entender el mundo? Sí. Las redes sociales ponen la siguiente noticia que saben que te van a enganchar. Eso se hace con un algoritmo de IA, de nuevo con redes neuronales. Y eso ha cambiado nuestra forma de vivir, eso se ha comido el tiempo de nuestros adolescentes.

¿Qué son las redes neuronales?

Las redes neuronales son un paradigma de computación que imita el sistema nervioso biológico de cualquier ser vivo. Y este sistema funciona ante determinados estímulos, lo convierte en señales eléctricas que se traducen en información y que permiten al cerebro reaccionar, de nuevo activando redes neuronales para activar la musculación. En este caso, esos estímulos serían los datos, que pueden ser imágenes, pueden ser texto, pueden ser señales; y la reacción que debe tener esa red es clasificar, dar un patrón o predecir lo siguiente que deba surgir. Por ejemplo, en Chat-GPT el estímulo sería el texto que escribimos y la salida de la red neuronal sería la siguiente palabra más probable. Esa predicción es el mecanismo que utilizan estas redes. Lo puedes entrenar con texto e imágenes o con otras señales, y la salida puede ser la que en una aplicación concreta para ti sea más conveniente. Esas redes neuronales funcionan ahora mejor, pero no son un paradigma nuevo, sino que data de mediados del siglo pasado y que estuvo a punto de abandonarse. Pero apareció una aplicación, ‘Deep Learning’, que toma redes neuronales muy grandes, con muchísimos nodos y perceptrones, que son unidades de cómputo, y se entrenan con mucha información. Esa ha sido la clave del éxito de que ahora hablemos de rendimientos por encima del 95 por ciento frente al 80 de hace unos años. Más datos, más unidades de proceso y mejora de resultados. Esa ha sido la receta.

¿Sería necesario entrenar a la sociedad para el uso y la aplicación de la IA?

Sí, hace falta un trabajo de divulgación muy fuerte porque las redes neuronales, la inteligencia artificial, es todo lo contrario de la magia, son matemáticas, algoritmos, informática y ciencia, pero funciona tan bien que parece magia. Entonces se crea un campo de cultivo ideal para el engaño y el miedo a esta tecnología. Y divulgar y aportar conocimiento y luz es algo absolutamente imprescindible. En eso la universidad debe cumplir una labor social que todo el mundo espera.

¿Qué puede aportar a la sociedad la IA generativa, que ya aplican muchas grandes empresas?

La IA generativa tiene como función crear elementos nuevos a partir de información preexistente. De una petición concreta es capaz de generar elementos que no existían. Las aplicaciones clásicas de IA no generativa favorecían la clasificación, reconocimiento de patrones, una cámara que reconoce tu cara, etiquetado, pero eso no es generativa. En cambio, la generativa hace algo nuevo. En este punto veremos aplicaciones tremendas. Quizá la más potente en los próximos años son los ‘mellizos digitales’ de seres humanos, utilizados para experimentación médica, por ejemplo, para probar cómo vas a reaccionar a un medicamento antes. Eso ya se está experimentando en España. Hay mucho espacio de trabajo y veremos cosas realmente muy asombrosas.

¿En qué momento nos encontramos a nivel de regulación?

Ya está aprobada una Directiva Europea. Ahora está en manos del Gobierno desarrollar, trasponer esa legislación a nivel nacional. Se ha hecho una legislación que básicamente clasifica las aplicaciones de IA en términos de riesgo: las de mayor amenaza directamente están prohibidas, como son algunas que pueden influir en las decisiones de los seres humanos en términos políticos; otras son de alto riesgo, como las de identificación biométrica, y otras se desligan de ese escenario, como pueden ser las aplicaciones utilizadas en videojuegos. Esta directiva europea surge porque hay ciudadanos que se sienten amenazados y la Europa de las Libertades lo considera absolutamente imprescindible. Ha habido bastante negociación porque el riesgo de legislar a nivel europeo es importante, ya que otras regiones internacionales no lo van a hacer, como China o Estados Unidos. Entonces, desde un punto de vista de I+D corremos el riesgo de convertirnos en consumidores y no en productores de esta tecnología. Podría llegar el caso de que juguemos en desventaja. La Ley establece salvaguarda y permite investigar en estos temas. Pero saber hasta qué punto va a tener éxito esa legislación y no va a ser un brindis al sol está por ver, porque hay aplicaciones que están directamente prohibidas en España, pero es fácil acceder a ellas con el teléfono móvil, poniendo un VPN de Estados Unidos. Todo el mundo sabe que es muy difícil poner cortapisas en este ámbito, pero surgía por una demanda social; la UE lo ha hecho y vamos a ver qué recorrido tiene.