Escapada
Escapada veraniega por el Valladolid más literario
La antigua capital del Reino ofrece al amante de las letras muchos y singulares lugares en los que empaparse de los grandes escritores que ha dado y sigue dando esta ciudad
El verano ya está aquí en todo su esplendor y con temperaturas de escándalo, que invitan al remojo en el mar, en el río o en la piscina.
España es un país de turismo de sol y playa en época estival, pero cada vez más se está apostando por las escapadas culturales a ciudades y pueblos del interior del país para conocer su cultura, su historia y su patrimonio, además de saborerar la excelente gastronomía de la que presume toda España, vayas donde vayas.
En verano, la gente que vive en las capitales de provincia, sobre todo del interior del país, suele salir de ellas en busca del sol y la playa, por lo que es un buen momento también para pasear y disfrutar de lo mucho y bueno que ofrece el centro de estas ciudades.
Een estas líneas turísticas de los viernes en LA RAZÓN, queremos acercar al lector una de las capitales de provincia más importantes de España y que llegó a ser la capital del Reino en el siglo XVII, concretamene entre 1601 y 606, con Felipe II: Valladolid.
Un periodo donde la ciudad logró un gran desarrollo y ganó una repercusión espectacular en todo el mundo, lo que provocó que por sus calles y plazas se pasearon los más célebres autores de la Corte, como Luis de Góngora, Francisco de Quevedo o el universal Miguel de Cervantes Cervantes.
De hecho, el autor de "El Quijote" vivió junto a sus dos hermanas durante su estancia en la ciudad en una casa ubicada en la calle Rastro. Es la única vivienda en la que residió, que además e conserva muy bien tal y como fue concebida en su día y se puede visitar
La casa se abrió al público en 1916 como Biblioteca Cervantina Popular, pero en 1947 se renovaron sus instalaciones, que se inauguraron en 1948.
Desde el portal, por una escalera, se accede al estudio del escritor, el comedor, la cocina o el dormitorio, todos ellos con objetos de la época. Las habitaciones se han decorado utilizando la dote de la mujer y de la hija de Cervantes.
De hecho, en este lugar Cervantes gestionó la publicación de la primera parte de la novela sobre el ingenioso hidalgo, redactó su prólogo y empezó a escribir la segunda parte de las andanzas del caballero de la triste figura.
También se cree que en ella escribió algunas de sus doce Novelas Ejemplares, dadas las numerosas referencias de la ciudad que aparecen como en El Casamiento Engañoso, donde se hace referencia a la Puerta del Campo, hoy conocida como Campo Grande.
La Casa de Cervantes se puede visitar de martes a sábado de 9:30 a 15:00 horas, y los domingos y festivos de 10:00 a 15:00 horas.
Y es que en Valladolid se encuentran los escenarios de alguna de sus novelas, como Hospital de la Resurrección -hoy en día se conoce como Casa Mantilla-, que aparece en El coloquio de los perros.
Antes incluso, en el siglo XIII, la ciudad vallisoletana fue centro cultural de Castilla y experimentó un rápido desarrollo y crecimiento gracias al empuje que supuso su incorporación en el año 1208 a la corte de Alfonso VIII, pero también favorecida por los privilegios comerciales otorgados por Fernando III, Alfonso X y la reina regenta María de Molina.
También se estableció en la ciudad el Tribunal de Chancillería y la Inquisición llegó a Valladolid, dando lugar a la celebración de famosos autos de Fe en ágora vallisoletano que se mencionan en la universal novela "El Hereje", de Miguel Delibes.
Ya en el siglo XIX, Valladolid, es la época de otro vallisoletano ilustre, José Zorrilla, autor de "Don Juan Tenorio", su obra más emblemática y que escribió completamente en verso en apenas ocho días, que llegó a los escenarios en 1844, y que es la obra más representada del teatro español.
Y, para má sinri, Valladolid es considerada la cuna de los Derechos Humanos gracias a la famosa Controversia de Valladolid, el inédito debate que se produjo en el siglo XVI sobre los derechos y la dignidad del hombre en aquella época.
Pus todo esto y mucho más se encuentra al alcance de la mano para cualquier turista que quiera empaparse de la historia de la antigua capital del Reino.
Una ciudad que presume de contar con varias zonas literarias que se pueden recorrer tranquilamente en un día en un viaje al pasado para descubrir la magia que desprende cada rincón de la ciudad en el que dejaron sus huellas poetas y escritores.
Así, por ejemplo, el turista podría comenzar su recorrido por la Santa Catedral de Valladolid para seguir la huella de Cervantes.
Primero a través de la escultura que lo recuerda en la Plaza de la Universidad, junto al templo. Un ágora en el que hay una especie de señal en forma de escultura que hace referencia a la presencia de Valladolid en el recorrido del Camino de la Lengua Castellana, del que también forman parte Ávila, Salamanca, la localidad burgalesa de Santo Domingo de Silos, la madrileña de Alcalá de Henares o la riojana de San Millán de la Cogolla.
Muy cerca de allí está la calle que lleva el nombre de Gaspar Núñez de Arce, que da nombre también a un instituto de enseñanza secundaria. El poeta, cronista e incluso político pasó parte de su infancia en Valladolid antes de trasladarse a Toledo para dar un paso adelante en el mundo de las letras.
También el rapsoda Leopoldo Cano, hijo predilecto de Valladolid, tiene su espacio en la capital del Pisuerga. Concretamente, junto al Teatro Calderón y el arzobispado de Valladolid.
No muy lejos hay otra calle literaria y con enjundia en la capital castellana: "La Calle del Paraíso", que hace referencia a una de las obras más importantes de otro escritor vallisoletano, Gustavo Martín Garzo. Una calle que en las décadas de los 80 y 90 del pasado siglo, fue unno de los lugares de marcha y ocio de los jóvenes de la ciudad.
El recorrido literario puede continuar junto a la Plaza de San Pablo, donde se encuentran varios edificios de relevancia y conmucha historia de Valladolid: el Palacio Real, el Palacio de Pimentel, donde nació Felipe II, o la misma iglesia de San Pablo, uno de los mejores ejemplos del Gótico Isabelino junto al colegio de San Gregorio, donde se encuentra el Museo Nacional de Escultura.
Una zona en la que, dicho sea de paso, transcurren algunas de las peripecias que plasmó el universal Miguel Delibes en "El Hereje".
En la iglesia de San Pablo, además, fue enterrada Beatriz Bernal, la primera mujer española en escribir una novela para su publicación. Se sitúa su nacimiento entre 1501y 1504 en Valladolid. La primera edición de su obra Cristalián de España, no fue firmada por ella, sino por 'una señora natural de la noble y mas leal villa de Valladolid'.
Y frente al Palacio de Villena se erige una estupenda escultura de Eduardo Chillida que rinde homenaje a su amigo, el poeta vallisoletano Jorge Guillén. Casi al lado, en una calle que sale de Cadenas de San Gregorio, de nombre Fray Luis de Granada, se encuentra la casa en la que nació José Zorrilla y en la que vivió durante siete años.
Una Casa-Museo que se puede visitar de forma gratuita para quien quiera, donde disfrutar desde el jardín que preside el busto de Zorrilla y por el que se accede al interior de la vivienda, hasta la habitación en la que nació el poeta y que cuenta con algunos de sus enseres, como su escritorio o un un piano, donados por su viuda.
La presencia de José Zorrilla en Valladolid es más amplia, ya que además de dar nombre al estadio de futbol del equipo de la ciudad, junto a la plaza que lleva su nombre se encuentra la estatua del considerado como máximo representante del Romanticismo español.
El libro, la lectura, la literatura y la poesía y el teatro tienen en la Casa de Zorrilla un lugar de encuentro y convergencia. Además de la actividad museística propiamente dicha, la Casa se ha convertido en anfitriona de recitales, lecturas, talleres, conferencias, actuaciones, espectáculos o teatro. Tanto en la recoleta Sala "Narciso Alonso Cortés", como en su espléndido jardín romántico (temporada estival).
La Casa natal de José Zorrilla puede ser visitada, de forma guiada y gratuita, durante todo el año; de martes a sábado, 10 a 14 y 17 a 20 horas; domingos y festivos, solo mañanas). La visita dura 30 minutos y tienen lugar cada 45 minutos, con comienzo en la recepción de la casa-museo.
No muy lejos de allí, en la Plaza de Poniente de Valladolid, hay una estatua que recuerda a la escritora vallisoletana de la Generación del 27 e Hija Predilecta de la ciudad: Rosa Chacel, sobrina nieta de José Zorrilla, y autora, entre otras, de novelas como "Estación: ida y vuelta" o "Teresa".
Y dentro del parque de la Plaza de Poniente, hay otra escultura en recuerdo de Jorge Guillén, que hace referencia a la infancia del poeta. Como curiosidad, en los barcos que hay dentro del estanque del parque están escritos los nombres de dos de sus obras: Cántico y Clamor.
Justo enfrente de la Plaza Zorrilla está el Campo Grande, conocido por ser el pulmón de Valladolid. Y junto a la abundante flora y fauna de la zona se encuentra otra estatua imponente: la de Miguel Delibes, que vivió a pocos metros de la entrada a Campo Grande, en el número 12 de la calle Acera de Recoletos.
Un parque precioso que bien merece una visita para desconectar un rato del mundanal ruido y enel que hay otras esculturas que recuerdan a más escritores importantes de la ciudad, como los mencionados Leopoldo Cano o Núñez de Arce.
Valladolid no es un destino de sol y playa, aunque también tiene ambas cosas. Un verano en el que está calentando y en el que el turistas pude descansar un rato en la playa fluvial del Pisuerga.