Sociedad

Esta es la frontera más antigua de Europa

También es la más extensa con más de 1.200 kilómetros

El Duero encañonado desde el mirador de Rupitín en Aldeadávila. Arribes del Duero
El Duero encañonado desde el mirador de Rupitín en Aldeadávila. Arribes del DueroEduardo Margareto/ICAL

España es particular por muchas cosas y única por otras. Hoy no vamos a hablar de monumentos, ni de naturaleza, ni de gastronomía, sino de la frontera más antigua de la Unión Europea (UE), que también se encuentra en nuestro país. Hoy no somos tan conscientes de la existencia tan claramente de fronteras, ya que hace muchos años desaparecieron esas barreras en los territorios, más concretamente en primavera del año 1995, se quitaron las aduanas en España.

A pesar de que no existan aduanas, las fronteras siguen existiendo, ya que frontera es la zona territorial de tránsito social entre dos culturas, entre países, o en sentido general y amplio, es el límite o línea de una parcela o un predio. Restringido al ámbito político, este término se refiere a una región o franja, mientras que el término límite está ligado a una concepción política y administrativa.

Pues la frontera más antigua de Europa está en España, y es la que divide a nuestro país con Portugal, la conocida como La Raya, que cuenta con un total de 1214 kilómetros de longitud, al extenderse desde A Guarda (Pontevedra) hasta Ayamonte (Huelva) y por la parte portuguesa desde Caminha (Minho) hasta Castro Marim (Algarve).

Fue constituida a través de los siglos, a partir de los tratados de Zamora de 1143, Badajoz de 1267 y Alcañices de 1297, pactos que delimitaron, en lo esencial, la frontera tal y como la conocemos en nuestros días; aunque será con la firma del tratado de Lisboa de 1864, complementado por el Acuerdo de Límites de 1926, cuando se llegó al trazado actual, según wikipedia.

 

A lo largo de su recorrido atraviesa las cuencas hidrográficas del Miño, Limia, Duero, Tajo y Guadiana. De hecho, no en pocas ocasiones los ríos han sido utilizados para delimitar la frontera entre ambos países. Es el caso del Miño en Pontevedra; del Manzanas en Zamora; del Turones en Salamanca; del Duero en Zamora y Salamanca; del Erges y el Tajo en Cáceres; del Ardila en Badajoz; del Guadiana en Badajoz y Huelva, o del Chanza en Huelva. El conjunto de estos tramos fluviales internacionales suma unos 400 kilómetros lineales de frontera entre España y Portugal.

La Raya es uno de los principales destinos para la observación de la naturaleza y en especial de las aves, dada la enorme riqueza ornitológica de este territorio. En este vasto espacio se localizan espacios naturales protegidos como el parque natural de Baja Limia y Sierra de O Xurés, el parque nacional de Peneda-Gerês, el Parque natural de Montesinho, la sierra de la Culebra, Arribes del Duero y el parque natural del Duero Internacional, entre otros.

Son muchos los puntos de esta kilómetrica frontera, pero de entre todos, vamos a destacar los Arribes del Duero, situado en el oeste de Zamora y Salamanca, donde el Duero se hace frontera con Portugal y se encajona formando los cañones más profundos y extensos -casi un centenar de kilómetros- de toda la Península Ibérica. Un espacio natural privilegiado en el que destacan la belleza agreste de su paisaje Granítico y una rica y variada fauna y flora.

El relieve de Arribes pertenece al dominio del Zócalo Paleozoico y está constituido fundamentalmente por granitos y granodioritas. Sus paisajes más bellos y escabrosos han sido formados por los ríos Duero, Huebra, Tormes, Camaces y Uces. En el cañón de este último se localiza una de las cascadas más bellas y espectaculares de toda la Península: el Pozo de los Humos, donde el agua cae desde más de 50 metros.

 

Se trata de un salto de agua situado en el curso del río las Uces, a su paso por los términos municipales de Masueco en su margen izquierda y de Pereña de la Ribera en su margen derecha, al noroeste de la provincia de Salamanca. Este salto de agua se produce porque las aguas del río de las Uces se encuentran con un abrupto cambio de las rocas debido a una falla geológico, que pone en contacto un granito con rocas metamórficas, más fáciles de erosionar y que han desaparecido. En este punto el cauce del río se ensancha y busca una forma de continuar, que solo encuentra cuando rebosa por encima del obstáculo y se precipita formando el salto de agua que todo el mundo quiere ver. La granítica pared por la que fluye la cortina de agua tiene una caída libre de 50 metros, que al llegar abajo forma una nube de vapor que se eleva por todo el contorno siendo un espectáculo inolvidable.

Unos pocos metros antes de la caída de aguas del río de las Uces, su torrente se bifurca, dando lugar a que además de la cascada de los Humos haya otra por su parte derecha llamada el Pozo de las Vacas, llamado así según la leyenda del lugar que habla de que allí se despeñó un carro, tirado por dos vacas y cargado de trigo, cuando se dirigía en dirección a un molino cercano.

La ladera que baja hacia el río por la parte de Masueco se llama la Roblea, hay una senda que conduce a la coronación de la cascada donde una pasarela permite asomarse al vacío y por una angosta vereda serpenteante, llamada la Cañada de Zarzalino, se puede bajar al pozo. Por la parte de Pereña se llama Palla Rubia, donde otra senda baja hasta el estanque formado después de la caída. Unos cientos de metros más abajo el río de las Uces tributa al Duero en el paraje llamado el Trincalino en el reculaje de la presa de Aldeadávila. Al no tener embalse regulador, el caudal adecuado en el río río de las Uces para disfrutar del lugar es desde diciembre hasta mayo.

En Palla Rubia hay una cueva natural en la roca donde se pueden apreciar pinturas rupestres. Por la orilla de Masueco, a cien metros del pozo aguas abajo se despeña desde trescientos metros un regato llamado la Cribera y en el mismo estanque del pozo por la parte de Pereña de la Ribera cae desde cincuenta metros otro regato conocido como el de Palla Rubia.

La zona tiene un microclima mediterráneo cálido, en la cual florecen robles, quejigos, enebros, castaños, olivos, jarales, endrinos, escoba rubia, cantueso, alguna encina y matorral. Animales como el jabalí, zorro, perdiz, buitre leonado, alimoche, águila perdicera y multitud de pequeñas aves y roedores la pueblan.

Volvemos a los Arribes del Duero, y dentro de los límites del espacio se localiza interesantes y bellas localidades como la villa de Fermoselle en la parte zamorana o San Felices de los Gallegos en la parte salmantina, ambas declaradas Conjunto Histórico Artístico. Aunque casi todas las localides de Arribes del Duero, presentan un rico Patrimonio en vestigios vetones, como los castros, tumbas antropomórficas, estelas, fuentes medievales y un rico legado de la vida de labranza y ganadera como molinos, almazaras o chiviteros.

 

Este Espacio Natural se caracteriza por unas peculiares características topográficas, correspondientes a un valle encajado, resguardado de los vientos y con mucha insolación, lo que se traduce en una temperatura media anual suave, la inexistencia de heladas a lo largo del año, y unas ciertas condiciones de humedad (precipitación media en torno a los 700 mm/año).

Todos estos rasgos dan lugar a una riquísima comunidad vegetal, caracterizada por la gran abundancia de especies típicamente mediterráneas, donde destacan cultivos impropios para esta latitud como: olivo, vid, almendro, frutales. Junto al "arribe" propiamente dicho, aparece la penillanura, destinada al cultivo del cereal, principalmente centeno, en alternancia con pastos agostantes y semiagostantes. Cuando la tierra de labor ha sido abandonada, se cubre con el matorral en el que se intercalan enebros, encina, quejigos, alcornoques, acompañados de gramíneas y labiadas.

 

Los cortados y las formaciones de roquedos de las márgenes fluviales resultan el biotopo más característico de este Espacio Natural, donde se localizan las especies de mayor valor faunístico que se corresponden con las aves, especial relevancia adquieren buitre común, águila real, águila perdicera, cigüeña negra, alimoche, halcón peregrino, sin olvidar otras especies de interés como águila culebrera, águila calzada, búho real, chova piquirroja, vencejo real, roquero solitario, collalba rubia... Destaca también la presencia de una gran riqueza de peces (barbo, carpines, bermejuela, boga, colmilleja, ...), reptiles (lagarto verdinegro, eslizón ibérico, culebra de herradura, lagartija colirroja, ...) y mamíferos (nutria, garduña, gineta, jabalí, zorro, ...). La comunidad de anfibios tiene especies como el tritón jaspeado, tritón ibérico, rana común, sapo corredor, sapillo pintojo, ...