Turismo
Este es el pueblo medieval español más impresionante para hacer una escapada en febrero, según National Geographic
Es una villa que ha contado con numerosos encuentros reales a lo largo de su historia
La riqueza patrimonial de España cuenta cada vez con más adeptos. Por este motivo, la prestigiosa publicación National Geographic ofrece un recorrido por los pueblos más espectaculares de nuestro país para visitar durante esta época del final de invierno.
El preferido para la publicación es una impresionante villa segoviana, en la que los primeros que se asentaron fue el pueblo celtíbero, como demuestran los abundantes restos de cerámica roja y negra con línea horizontales y circunferencias concéntricas parecidas a las encontradas en Numancia y otros lugares de Soria, y que fueron descubiertas en el cerro donde hoy se alza la torre de La Martina. Este espectacular pueblo es Ayllón, que según fuentes del Consistorio, se trata de un asentamiento celtibérico guardaba estrecha relación con la ciudad prerromana de Tiermes o Termancia, que fue destruida por los romanos, al mando de Tito Didio, en el año 94 a.C.
Repoblado durante la ocupación árabe en el siglo X se nombra por primera vez con el nombre de «Aellon» en el año 1076. Después llegaron los godos, los visigodos y los musulmanes.
Personajes ilustres
Por la villa pasaron Alfonso VI de León (1040/1041-1109), Alfonso VII«el Emperador» (1105-1157) Fernando III de Castilla llamado «el Santo» (1199 -1252) Fernando IV , llamado «el Emplazado» (1285-1312), María de Molina (c.1264-1321) y el Cid Campeador (c.1048-1099), santos como San Francisco de Asís (1181/1182-1226), al que se le atribuye la fundación del convento de San Francisco, San Vicente Ferrer (1350-1419) o Santa Teresa de Jesús (1515-1582).
Juan II de Castilla (1405-1454) concedió el señorío de la villa de Ayllón a Don Álvaro de Luna(c.1390-1453), quien en 1423 sería nombrado condestable de Castilla, hecho que se celebra en la localidad con la fiesta de Ayllón Medieval el último sábado del mes de julio.
Está catalogado como uno de Los Pueblos Más Bonitos de España desde el año 2013.
Atractivos monumentales
- Plaza Mayor: La villa cuenta con una majestuosa Plaza Mayor porticada, que proyecta sus lados sobre el Ayuntamiento, primer palacio de los marqueses de Villena, ubicado a la derecha de la mágica iglesia románica de San Miguel.
Desde la Plaza se contemplan la Torre de La Martina, en lo alto del cerro que preside la villa. En el centro de la Plaza se levanta la fuente de Cuatro Caños, que ha sido testigo de la historia y el avance de un pueblo y sus costumbres. Fue mandada construir para conmemorar el IV centenario del descubrimiento de América, en 1892.
- Casa del Ayuntamiento: Este palacio, construido en el siglo XVI y reformado en profundidad en 1804, fue arrasado por un incendio en 1945, del que sólo se salvó la fachada. En su pared frontal, tanto a derecha como a izquierda, pueden verse los escudos de los marqueses de Villena. Al parecer, éste fue el primer palacio que los marqueses tuvieron en la Villa, antes de que decidieran cederlo al Consejo de Ayllón en el año 1620.
- La Casa de la Torre: Tiene una completa historia documentada desde principios del siglo XVI, y perteneció, indistintamente, al Cabildo eclesiástico, a las familias Téllez y Girón, al Colegio de Lugo y a los condes de Puebla, entre otros. Es el edificio civil más antiguo de Ayllón. Utilizado en su día como cárcel, también fue cuartel de la Guardia Civil y acabó siendo adquirido posteriormente por Caja Segovia (hoy Bankia). Ubicado frente a la iglesia de San Miguel.
- Hospital del Santi Espíritu: Antiguo hospital fundado a finales del siglo XVI por la Cofradía del Sancti Spíritus, en el que se criaba y alimentaba a niños expósitos y se asistía a enfermos. Sirvió como hospital y como colegio, y hoy alberga la residencia de ancianos de la localidad. Ubicado junto al puente de entrada a la Villa.
- El Puente y el Arco: Tras pasar el puente que salva el río Aguisejo se alza el Arco, una de las tres puertas que tenía la villa y entrada principal sobre la que descansan cuatro escudos pertenecientes a cuatro de las más ilustres familias de Ayllón.
Al cruzar la puerta medieval para entrar al pueblo, el visitante se encuentra, a la derecha, la majestuosa presencia del palacio de los Contreras, mandado construir por Juan de Contreras en 1497. Su exquisita fachada está recuadrada por un cordón franciscano y tres escudos de armas inclinados, algo muy poco usual. El artesonado encontrado en su interior, indica que algunas partes del edificio son anteriores a la citada fecha.
- Iglesia de San Juan: Es, en origen, un templo románico de una sola nave rematado por cabecera semicircular. Su orientación es la característica de este estilo, con el presbiterio hacia el este. Fue intensamente reformado en el siglo XVI.
El arco triunfal es apuntado, sobre ábacos decorados con taqueado jaqués que originan una imposta que recorre toda la cabecera. Sobre ella se han reconstruido con fidelidad las bóvedas de medio cañón y horno apuntadas. Los capiteles se decoran con unas raquetas muy peculiares, inéditas en el repertorio de decoraciones románicas. Cinco aspilleras daban luz a la cabecera, todas enmarcadas con arcos de medio punto. Se adornan con baquetones, taqueado, junquillos, baquetones, y en sus capiteles aparecen, entre otros motivos, animales y pájaros.
Se ha conservado la portada que daba acceso a la nave por el lado norte. Es de tres arquivoltas, compuestas la interior y la intermedia. La interior se decora con flores de cuatro pétalos y zigzag; la intermedia es abocelada y en la exterior se repiten los mismos motivos que en la primera. Más elaborada es la portada de mediodía, de cuatro arquivoltas decoradas con flores de cuatro pétalos, medias esferas, taqueado y ábacos con estrellas de sabor oriental. En el lado del Evangelio, un sepulcro plateresco con figura yacente tapa la ventana románica. Según el cronista Artigas, perteneció a la ilustre familia de los Daza, de gran relevancia en Ayllón, en concreto al ilustre don Juan de Daza, gobernador del condado de San Esteban de Gormaz.
La capilla de San Sebastián es de estilo gótico postmedieval, construida en 1526 en el lado sur de la nave. Sus altos muros de sillería se refuerzan en las esquinas con grandes contrafuertes, uno de los cuales permite el discurrir del antiguo paseo de ronda. En el muro sur se abre una ventana redonda con una estrella de cinco puntas inscrita, tenida como símbolo de la libertad, bajo el cual se firmaban documentos ante notario como señal de hacerlo sin coacciones. Dicha estrella también es de simbología templaria y actualmente existen 3 estrellas en el mundo colocadas en esta posición.
En el interior, la capilla se cubre con bóveda de crucería con forma de estrella de cuatro puntos. Las ligaduras forman una cruz y los combados un trébol. En todas las intersecciones de los nervios se situaban claves decoradas, muchas desaparecidas. En la inscripción que recorre los muros puede leerse: «Esta capilla (la) hizo y dotó el muy noble y así discreto varón Pedro Gutiérrez, natural de esta villa, tesorero y secretario que fue de los más ilustres señores don Diego López Pacheco y doña Juana Enríquez, marqueses de Villena. Año de 1526 años». En el lado del evangelio se conserva un sepulcro plateresco con figura yacente perteneciente a don Juan Gutiérrez, padre de don Pedro. El sepulcro de los fundadores se conserva en la iglesia de San Miguel.
Suprimida la parroquia en 1796, en 1821 ya estaba arruinada. Sus actuales propietarios, tras consolidar los restos, instalaron pegado a la finca un museo de Art Brut.
- Palacio del obispo Vellosillo: Fue mandado construir a mediados del siglo XVI por Fernando de Vellosillo (1567-1587), hijo destacado de esta Villa, que llegó a ser obispo y señor de Lugo.
Sin embargo, el inmueble nunca fue ocupado por el obispo, sino por un sobrino, del mismo nombre. El edificio, de sobria elegancia, pasó a manos privadas, hasta que en la década de los setenta del pasado siglo XX el Ayuntamiento lo adquirió como bien público.
En la actualidad, el edificio alberga la biblioteca y el Museo de Arte Contemporáneo de Ayllón, de gran riqueza artística y cultural, donde se puede disfrutar de obras de autores tan relevantes como Juan Galea Barjola (1919-2004) pintor español entre la abstracción y cierto expresionismo representativo de estilo ‘tremendista’, Lucio Muñoz Martínez (1929-1998) pintor abstracto, Juan Genovés Candel (1930-2020) pintor español cuya obra se considera símbolo de la defensa democrática durante la transición española, etc...
Más allá de los monumentos culturales e históricos de Ayllón, la visita a la villa merece mucho la pena para degustar los platos típicos de la gastronomía segoviana.
Uno de ellos son los conocidos como Judiones de la Granja, un plato de cuchara que es fácil de encontrar en cualquier restaurante. Un guiso con sofrito de verduras y diferentes tipos de carne de cerdo acompañado de los clásicos judiones de la zona.
El cordero y el cochinillo asado es muy popular en la cocina castellana. Se sirve con patatas y la carne es muy tierna y sabrosa, crujiente por fuera. La sopa castellana se sirve caliente y en cazuela de barro, perfecta para los meses de invierno. La receta es muy simple pero está realmente deliciosa: caldo con pan duro, huevo, ajo, pimentón y jamón.
Las Tortas, entre ellas la de chicharrones. Hogazas y tendidas, pastas y dulces hechos en la Villa.
El jueves lardero, que es el jueves antes del miércoles de ceniza, con la tortilla de chorizo metida en su tendida y el "cagadillo de monja" de postre. Todo ello acompañado con un buen vino local en porrón.
National Geographic también destaca, en su artículo otros pueblos: - Sigüenza (Guadalajara): Está situada en el alto valle del río Henares conocido como el «valle de Sigüenza». Estratégicamente emplazada sobre el valle cumplió una gran función defensiva durante la Edad Media. Sin embargo, se cree que su primitivo emplazamiento estuvo en la otra orilla del río, sobre el cerro del Mirón, donde se han encontrado restos de asentamientos humanos de la Edad del Hierro, según señala Wikipedia. Fue señorío episcopal desde el siglo XII hasta el siglo XVIII. Dentro del término municipal se encuentra el castro de Castilviejo de Guijosa.
Tras los vestigios de antiguos pobladores: celtíberos, romanos, visigodos y árabes; se impone una Sigüenza medieval que secuestra la mirada ya en la primera vista general.
El castillo domina la ciudad, la postal y contiene en sus cimientos, que ascienden hasta sus almenas, secretos de sus pobladores, que fueron todos. La Casa del Doncel, de obligada visita; la iglesia de San Vicente o de Santiago, los restos de murallas imbricados por la ciudad; la catedral, con su imponente interior de bóvedas y mausoleos, completan el puzle de este periodo.
Su Catedral es, en conjunto, un bello ejemplar del cisterciense o primer gótico y en ella merecen especial interés: las Capillas de los Arces, de San Pedro, de la Anunciación, o de San Marcos, la estatua del Doncel y rosetones góticos de los siglos XII-XVI.
En la visita tampoco conviene no perderse la parte renacentista y barroca que se imprime en las calles y plazas, que se refleja en palacios y casas, que se percibe en conventos y ermitas. Esta Sigüenza la encontramos en la Plaza Mayor o el Barrio Humanista, en la casa Plateresca o el Palacio Episcopal, en el Convento de San Francisco o Nuestra Señora de los Huertos… y en cada uno nos detendrá el paso la observación de sus fachadas, la visita interior o el descanso bajo las arquerías.
Tres son los espacios naturales protegidos en la comarca: el Parque Natural del Río Dulce, el Lugar de Interés Comunitario del Río Salado y la Microrreserva de los Saladares del Río Salado.
En su gastronomía destaca su gran calidad, tradición y buenas manos, basada en productos de la zona. Son destacables el asado de cordero o cabrito; las migas acompañadas con chorizo, torrezno y huevo frito; la sopa castellana; los productos de caza o matanza; la trucha escabechada o con jamón y, como postres, no se pueden dejar pasar las yemas del Doncel, los bizcochos borrachos y los elaborados con miel. Desde 2017 cuenta con una Estrella Michelín en el Restaurante "El Doncel".
- Santillana del Mar (Cantabria): Se encuentra en la costa occidental de Cantabria. La villa fue declarada conjunto histórico-artístico en 1889. En sus inmediaciones se encuentra la cueva de Altamira, protegida como Patrimonio de la Humanidad.
Es uno de los pueblos más turísticos y más visitados de Cantabria, siendo una parada imprescindible para los turistas que visitan la región. Esto ha hecho que gran parte de los habitantes del municipio vivan de la actividad turística, especialmente de la hostelería, los alojamientos rurales y las tiendas de productos típicos. Desde julio de 2013, Santillana del Mar forma parte de la Asociación de "Los pueblos más bonitos de España".
La excelente conservación del patrimonio histórico no hace de Santillana una villa anclada en el pasado, si no que la empuja a continuar evolucionando y convertirse en uno de los mayores focos de actividad cultural de Cantabria. Un lugar de reunión, de exposición, de congresos y de arte, que sobre su vibrante pasado no deja de mirar al futuro. Entre sus principales atractivos destacan:
- Colegiata de Santa Juliana: Tiene su origen en la expansión del antiguo monasterio del mismo nombre, a mediados del siglo XII. Fue construido por un grupo de monjes para contribuir a la repoblación de la zona y crear una pequeña ermita en la que exponer las reliquias de la mártir Juliana, que traían consigo. Por aquel entonces la aldea toma el nombre del monasterio: “Sancta luliana”, que declinó en la actual Santillana.
Hoy en día no se conservan restos del monasterio primitivo. Se supone que era una sencilla construcción de piedra con ábside rectangular y cubierta de madera, a semejanza de otras edificaciones visigóticas o mozárabes. De la estructura actual destaca la iglesia, de estilo románico influenciada por las corrientes del sur, a partir del paso del Camino de Santiago por las provincias de Burgos y Palencia.
Su fachada principal se encuentra orientada al sur y precedida de un amplio atrio, cuenta con un arco de medio punto rodeado de arquivoltas con un friso que representa al Pantocrator y una hornacina con la imagen de Santa Juliana en el friso. Sus capiteles reflejan una gran variedad de motivos florales y figurados, ambos representativos de la iconografía románica.
El claustro se encuentra situado en la fachada norte del conjunto y sus capiteles muestran los principales elementos decorativos utilizados en la época, florales, geométricos y figurados.
Predominan los arcos sobre dobles columnas, aunque también se encuentran pilares de cuatro columnas, que hacen las funciones de separadores de temas. Entre los temas representados se encuentran escenas del Antiguo y del Nuevo Testamento.
Cabe destacar su retablo mayor, realizado entre finales del siglo XV y comienzos del siglo XVI y que mezcla elementos del gótico flamígero y del plateresco.
- Las torres del Merino y Don Borja: Ambas de estilo gótico y carácter militar. La primera fue la sede del merino, representante del rey, desde que en 1209 se concediera a Santillana la capitalidad de las Asturias de Santillana, que abarcaba toda la zona occidental de la actual Cantabria excepto Liébana.
Otros edificios iniciados en esta época son la casa de Leonor de la Vega, madre del primer Marqués de Santillana y la torre de los Velarde.
- Castro de El Cincho: El yacimiento arqueológico del castro de El Cincho, ubicado en la localidad costera de Yuso, es un asentamiento característico de la Edad del Hierro. Se localiza en un alto dominante de 273 metros de altura que se erige frente a la costa, a escasos 1,95 kilómetros de distancia de ésta y a menos de 1 kilómetro de Santillana del Mar. El topónimo que da nombre al monte (cincho), y por ende al enclave, proviene del latín cingo (proteger, cubrir, circundar, rodear, ceñir) que hace referencia al cinturón amurallado en torno a la cima. La superficie total del poblamiento supera las 6 hectáreas.
- Cueva de Altamira: Es un icono cultural de nuestra época. Su hallazgo en 1879 por D. Marcelino Sanz de Sautuola supuso el descubrimiento del arte rupestre paleolítico para la ciencia prehistórica. Sus famosos bisontes polícromos pronto se convirtieron en un hito de la historia universal del arte y en uno de los referentes fundamentales de la prehistoria europea.
A lo largo de la cueva aparecen centenares – y muy diferentes – pinturas y grabados, destacando la Sala de los Polícromos con sus espectaculares representaciones de bisontes, caballos, ciervos, signos y manos.
Destaca Altamira entre otras cuevas por ser el primer lugar donde se identificó el primer Arte de la Humanidad.El arte de Altamira recoge todas las técnicas y temas del arte rupestre paleolítico, en grado de excelencia. Su relevancia y estado de conservación permitieron que UNESCO la inscribiera en la Lista de Patrimonio Mundial en 1985.
Actualmente la cueva de Altamira está cerrada a las visitas públicas, y la mejor manera de conocer Altamira es visitar su Museo, un lugar dedicado a Altamira como lugar excepcional de arte rupestre y lugar habitado durante la Prehistoria, según destacan desde el Ayuntamiento del municipio.
- Buitrago de Lozoya (Madrid): En plena Sierra de Guadarrama, en el Valle medio del Lozoya y entre los embalses de Riosequillo y Puentes Viejas, se alza, sobre un promontorio rodeado por el río, Buitrago de Lozoya. Por la villa, que es Conjunto Histórico Artístico, y Bien de Interés Cultural, han dejado huella Juana la Beltraneja, y el mismísimo Picasso.
Las murallas de Buitrago se alzan sobre un meandro del Lozoya. Antaño importante enclave defensivo, hoy sus muros siguen guardando el casco histórico, al que se accede a través de la Torre del Reloj, una torre albarrana de unos 16 metros de altura.
También del siglo XV data el Castillo o Alcázar anexo al recinto amurallado, erigido por orden de la familia Mendoza, y de clara herencia mudéjar resultó seriamente dañado durante la guerra de Independencia. De planta cuadrada cuenta con siete torres que presidieron la estructura, todas diferentes entre sí, que se pueden visitar. El resto del espacio se emplea para distintos actos culturales.
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