Danza

Lola Eiffel, la coreógrafa y bailarina que ha puesto a Valladolid en el mapa mundial de la danza contemporánea

La también Académica de Artes Escénicas de España defiende los meses de enero o febrero como fechas idóneas para albergar el certamen vallisoletano de manera fija

La coreógrafa y bailarina Lola Eiffel homenajea al escultor Eduardo Chillida
La coreógrafa y bailarina Lola Eiffel homenajea al escultor Eduardo ChillidaLola EiffelLa Razón

Este fin de semana arranca una nueva edición, y van seis, del Certamen de Danza Contemporánea de Valladolid, que sigue creciendo cada año a pesar de las dificultades económicas y de la variación de fechas, de la mano de la directora, coreógrafa, bailarina y académica de Artes Escénicas de España vallisoletana, Mar Espinillla García, más conocida por su nombre artístico Lola Eiffel, que debe a su admiración por Lola Flores y su amor a Francia, yque,entre otrasmuchas cosas,ha conseguido situar no sin esfuerzo en estos años a Valladolid en el mapa mundial de la danza artística y contemporánea.

La edición de este año tendrá a la pintura como eje vertebrador, como ya lo fueron en otras ediciones las mujeres, la moda, el cine o la libertad y el amor, mientras que la formación tendrá nuevamente un papel protagonista. De hecho, el certamen, que se desarrollará durante los primeros fines de semana de este mes de mayo y junio, dará el pistoletazo este sábado con una clase maestra o masterclass para jóvenes que se celebrará en el Centro de danza Bailarte y otra más amateur el domingo en Andén 47, que serán dirigidas por las vallisoletana Sara Vinagrero, profesora de danza urbana y organizadora de Faro Urbano, y Lúa Ruiz, actriz y bailarina becada en la actualidad en Descalzinha Danza. Si bien, estas profesoras no estarán solas puesto que tendrán a su lado al bailarín y coreógrafo canario Daniel Fernández, director de la compañía Wettribute y ganador del anterior CDC Valladolid así como al sevillano David Eusse, bailarín y actor de teatro, cine y televisión. Todo un lujo para los participantes.

Además, este domingo se llevará a cabo otra masterclass pero profesional con la coreógrafa francesa Marion Castaillet como protagonista, que impartirá en el Salón de los Espejos del Teatro Calderón de Valladolid, uno de los tres escenarios principales de este certamen junto al Laboratorio de las Artes Escénicas de Valladolid (LAVA) y el Museo Patio Herreriano, con acceso libre hasta completar el aforo.

"Queremos acercar la danza contemporánea a los ciudadanos a través de la formación y trasladarles el amor que sentimos por este arte, pero también buscamos que haya un intercambio de experiencias", señala a LA RAZÓN Lola Eiffel, quien, como novedad, destaca la importancia de las becas que se van a conceder en esta edición por vez primera a uno de los participantes de cada una de las ‘masterclass youth’ y ‘amateur’ qu podrán elegir en qué escuela colaboradora quieren recibir el mes de formación gratuita: Andén 47, Centro de Danza y Arte Bailarte y Escuela Estela Sanz, de Valladolid, además de Danzarella, del municipio del alfoz, Laguna de Duero.

Unas becas a la que sumará otra no menos importante como la que ofrecerá la Escuela Superior de Diseño de Granada para alguno de los seis coreógrafos que participarán en la gala que se celebrará el 3 de junio en el LAVA, a través de la cual podrá crear su propia imagen corporativa y visual.

Lola Eiffel pone en valor la presencia en esta edición de algunos de los mejores nombres de la coreografía nacional e internacional, como Margarita Reyna, Alicia Verdú, Julio Ruiz, Ana Cotoré, el vallisoletano Diego Garrido o Sandra Navazo, que, según la directora, permiten mantener vivo el interés y el cariño de los vallisoletanos por la danza, además de situar a Valladolid como uno de los lugares marcados en rojo ya por los bailarines y compañías de este sector.

El jurado estará integrado por el músico, compositor y soundpainter multidisciplinar Ricardo Gassent; la crítica de arte contemporáneo Eva Alcaide; la exbailarina brasileña y ganadora de la segunda edición del CDC, Natali Camolez, y la directora del CDC, Lola Eiffel.

Un evento especial abierto a toda la ciudadanía por vez primera en estos seis años, pondrá el broche de oro a esta edición. Será el 4 de junio en el Museo Patio Herreriano, con la actuación de los coreógrafos Julio Ruiz, Alicia Verdú y Eduardo Vallejo mostrarán sus creaciones Vendehumo, Minerva y Time X, a cargo de nuevo de la bailarina Michaela Lanteri.

En esta gala, además, se entregarán un año más los Premios de este certamen en forma de "Velos" y de color rojo, por el movimiento y la pasión por la danza.

La directora del certamen y coreógrafa Lola Eiffel
La directora del certamen y coreógrafa Lola EiffelLola EiffelLa Razón

Fecha fija

A su regreso a Valladolid procedente de París en el año 2014, Lola Eiffel vio las enormes diferencias que había en la visibilidad que tenía la danza contemporánea en Francia y en Valladolid, por lo que se puso manos a la obra para conseguir revertir la situación y lanzar este certamen que le sigue costando sangre, sudor y lágrimas, como suele decirse por estos lares. De hecho, reconoce a este periódico que ha tenido que poner dinero de su bolsillo en más de una ocasión para que pudiera salir adelante a lo largo de estos seis años.

La también entrenadora y jueza de gimnasia rítmica apunta a la variación de las fechas de este certamen como una de las cuestiones que afectan en lo económico, y pone como ejemplo que celebrar en mayo y junio este evento supone multiplicar por dos los gastos.

"Que cada año se celebre en una época distintas nos condiciona y dificulta la formación y el show", señala Lola Eiffel, para quien es "frustrante" que un certamen como este que moviliza a tanta gente no pueda tener una fecha fija como sí la tiene, por ejemplo, la Semana Internacional de Cine (Seminci). En este sentido, apunta a los meses de enero o febrero como los adecuados para albergar este evento de danza contemporánea.

Valladolid, en auge

Preguntada por la situación del sector, Lola Eiffel asegura que la pandemia les hizo polvo, ya que se quedaron sin contratos de golpe y con las restricciones les ha costado arrancar. "Faltaron más ayudas en esos momentos", señala, mientras pone en valor el crecimiento cultural de Valladolid en los últimos años, con muchas actividades y gente en las calles, y con más posibilidades para trabajar en todos los ámbitos, ya sea teatro, música o la danza.

Sin embargo, no opina lo mismo a nivel autonómico, donde afirma que se está boicoteando y censurando a los creadores y cree que la Junta debería valorar más el talento existente así como mirar más lo que se está haciendo en otras autonomías, sobre todo en fiestas locales. "Hace falta un mayor análisis entre los programadores y los políticos y que miren más como se está trabajando en otros lugares de España", apunta.

Pese a todo Lola Eiffel es optimista, y apela al trabajo como terapia. De hecho, no para, dice que es como una hormiguita que sigue soñando e intenta crear cosas nuevas cada día, vitalidad que traslada a quienes la rodean.

Su lema: "Cada mañana comienza una nueva vida" refleja bien como es su personalidad, basada sobre todo en la cultura del esfuerzo que amasó en su experiencia en Francia donde tuvo que sacarse las castañas del fuego ella sola.

Una mujer, además, muy solidaria, feminista e implicada en lo social y la igualdad así como a favor de la memoria democrática por una promesa que le hizo a su abuela, desde el activismo y el arte. "Todo lo que hago es en beneficio de la libertad, lo más importante de la vida", afirma esta joven e inquieta creadora vallisoletana.

Lola Eiffel, durante un taller de danza sobre Eduardo Chillida
Lola Eiffel, durante un taller de danza sobre Eduardo ChillidaLola EiffelLa Razón

De cara al futuro, le gustaría que el día tuviera 48 horas, pero también llevar fuera de Valladolid y España los proyectos que desarrolla y en los que está implicada, como por ejemplo su compañía de danza amateur para personas de entre 19 y 59 años.

Pero, sobre todo, avanzar más en la faceta educativa de la danza, con el objetivo de que este arte pueda arraigarse cada vez más a la Educación y llegar en las aulas a los más pequeños de la casa.

"Creo que esto es necesario en un mundo como el actual, con cada vez más máquinas y en el que se está perdiendo sensibilidad y humanidad", finaliza.