Tradiciones

El pueblo de la campiña segoviana donde gobiernan e imparten justicia los "Santos Inocentes"

Los mozos protagonizan esta fiesta declarada Manifestación Tradicional de Interés Cultural de la que existen referencias documentales escritas desde el siglo XVIII

Los mozos, Santos Inocentes, que dictaron Justicia en 2022 en Juarros de Voltoya
Los mozos, Santos Inocentes, que dictaron Justicia en 2022 en Juarros de VoltoyaProdesturLa Razón

Este sábado, 28 de diciembre, Día de los Santos Inocentes, es una jornada marcada en rojo en el calendario de los bromistas y de quienes gustan de echarse unas risas a costa de los demás.

Si bien, aunque esta fiesta ha derivado en una exaltación del humor, no muchas veces entendido e incluso repudiado por mucha gente que ve en la broma que le gastan una falta de respeto, lo cierto es que se trata de una celebración de origen católico puesto que es la conmemoración de un episodio hagiográfico del cristianismo: la matanza de los niños menores de dos años nacidos en Belén (Judea), ordenada por el rey Herodes I el Grande con el fin de deshacerse del recién nacido Jesús de Nazaret.

Pero en estas líneas de LA RAZÓN de este sábado especial queremos acercar al lector una tradición ancestral que se celebra tal día como hoy en un pequeño municipio de la provincia de Segovia situado a unos 40 kilómetros de la capital del Acueducto.

Un pueblo histórico de la campiña segoviana, cuya existencia se remonta al siglo XIII, que se encuentra asentado a orillas del rio Voltoya, concretamente en el margen derecho, y que cuenta con apenas 186 habitantes según el último censo.

Se trata de Juarros de Voltoya, una villa conocida históricamente como Xuharros de Boltoya (Xuharros proviene de la palabra vasca zuhar que significa olmo, pues cercano al pueblo se halla una olmeda), que tiene como patrona a la Virgen del Pollo y en el que, como curiosidad, se produjo un extraño fenómeno en el siglo XVII. Concretamente, un 26 de junio de 1638, donde según se cuenta en un texto los "juarreños" vieron caer del cielo serpientes y ‘otras cosas’.

Pero dicho esto, en Juarros de Voltoya hoy, Día de los Santos Inocentes, es una jornada más que especial, por cuanto en esta localidad se celebra esta festividad como en ningún otro sitio de España.

Una fiesta, dicho sea de paso, que está declarada como Manifestación Tradicional de Interés Cultural Provincial por parte de la Diputación segoviana, del a que existen referencias documentales escritas desde el siglo XVIII, aunque se dice que ya se llevaba acabo este rito mucho tiempo atrás.

Los jóvenes, protagonistas

Esta fiesta está protagonizada por los jóvenes o mozos del pueblos que tengan entre 15 y 30 años, si bien ha habido bastantes años en los que se ha tenido que tirar de alguno un poco más mayor, hasta los 35 años, para poder llevar a cabo esta tradición debido a la despoblación que sufre el pueblo, como muchos otros lugares de la España del interior.

Los jóvenes se encargan de organizar y costear los gastos de la fiesta de los Santos Inocentes, en la que se eligen a ocho mozos como la "Justicia del año”, cada uno con un título y unas labores específicas de su cargo.

Así, durante la fiesta, dicha Justicia, compuesta por estos ocho jóvenes, sustituye a la Corporación municipal en sus labores. O dicho de otra forma, los mozos elegidos se hacen con el poder y el bastón de mando.

¿Qué cargos son y cómo se eligen?

El más joven del grupo, el que tenga 15 años, suele ser elegido como alguacil y su labor depende de lo que le diga y ordene el alcalde de la Justicia. Se le reconoce bien ya que viste de manera informal, con una gorra y sin capa. Además, a hombros porta una barra de hierro con una remolacha clavada.

Seis mozos conforman el núcleo principal de la Justicia, entre ellos el alcalde, que es el de mayor edad del grupo, y el teniente de alcalde, quienes llevan las varas de la justicia, mientras que a los otros cuatro se les diferencia por las chapas identificativas ya que todos ellos visten con traje y zapatos oscuros, un sombrero y una capa castellana.

El octavo en discordia de este grupo de "justicieros" es El Perrero, que tradicionalmente suele ser el Alcalde del año anterior, y tiene la responsabilidad del grupo de mozos.

Su vestimenta es única también y muy particular, por cuanto además de la gorra, viste con zahones de cuero sobre los pantalones, se hace acompañar de una bota de vino y una mochila de cuero a la espalda, además de un palo al que han insertado tripas de cerdo hinchadas que se conocen como “zambombas”. Su misión es la guiar a la comitiva justiciera por el pueblo y ,marcar los tiempos de la celebración.

La Iglesia, el salón de plenos del ayuntamiento, el muro de las fotos, la plaza o las propias calles del pueblos son los lugares en los que se celebra esta tradición en la que, como pistoletazo de salida, los mozos elegidos como Justicia realizan una "ronda" para presentarse ante sus vecinos, antes comenzar con la animación del pueblo acompañados de las charangas y las músicas populares. Son, al fin y al cabo, el centro de la celebración.

Una tradición muy viva en Juarros de Voltoya con la que los jóvenes del pueblo representan el paso de la mocedad a la edad adulta y dan rienda suelta a sus pasiones.