Turismo

Los pueblos más bonitos de la provincia de Ávila para disfrutar del Puente de Mayo

Gastronomía, naturaleza y patrimonio destacan entre su oferta

Castillo de Arenas de San Pedro.
Castillo de Arenas de San Pedro.Lancastermerrin88creative commons

Se acerca uno de los fines de semana más esperado para todos los españoles, pero principalmente para los madrileños, que tienen cuatro días de fiesta, el Puente del mes de mayo. Pues si no les apetece conducir mucho, ni irse muy lejos de su casa, la provincia de Ávila, a poco más de una hora de la capital de España, cuenta con una amplia y variada oferta turística, así como algunos de los pueblos más bonitos de nuestro país. La gastronomía, la naturaleza y la riqueza patrimonial destacan entre sus atractivos.

La provincia abulense, cuenta con una capital y un total de 248 municipios. Su relieve está marcado por la presencia al sur del sistema Central, que la divide en dos zonas: la mayor parte del territorio abulense se ubica en la submeseta norte, si bien incluye también una franja al sur de la sierra de Gredos. Ávila, que limita con Valladolid, Salamanca, Cáceres, Toledo, Madrid y Segovia, es una de las provincias menos pobladas del país, con 158 421 habitantes.

Uno de sus potenciales es la gastronomía y entre sus platos más emblemáticos se encuentran las patatas revolconas, la sopa de ajo castellana, las judías del Barco de Ávila, el chuletón, el cochinillo asado, el cocido, la morcilla de cebolla, los torreznos, los huevos rotos, la ternera abulense, la gallina en pepitoria, las manos de cerdo, la sopta de pan, los huevos al plato, el conejo a la cazadora, la bolla de chicharrones y las famosas yemas de Ávila, también conocidas como yemas de Santa Teresa.

 

Entre los 248 pueblos con los que cuenta destacan:

- Arévalo: Situada en el norte de la provincia, la localidad es la capital de la comarca de La Moraña​ o Tierra de Arévalo. El municipio cuenta con una población de 7.986 habitantes, lo que lo convierte en la segunda población en número de habitantes de la provincia abulense, después de la capital. La localidad —conocida también por el apodo de Ciudad de los cinco linajesestá rodeada de grandes llanuras y se encuentra enclavada en la lengua de tierra que forman al reunirse al norte de la población los ríos Adaja y Arevalillo.

Este emplazamiento entre dos cursos de agua es típico de muchas localidades fundadas en la Edad Media al sur del río Duero, y está relacionado con la defensa militar de la villa.​ El casco antiguo de Arévalo está declarado bien de interés cultural; en él se conservan una notable cantidad de ejemplos de arquitectura mudéjar castellana — también llamada «románico de ladrillo»— y constituye uno de los lugares más destacados en este aspecto.

Cuenta con muchos atractivos patrimoniales como el Castillo de Arévalo: También conocido como castillo de los Zúñiga. Ocupa la parte más extrema del triángulo amesetado formado por la confluencia de los ríos Adaja y Arevalillo. En su origen la fortificación primigenia estaba unida a la muralla.​ La torre del homenaje fue construida sobre un torreón de estilo mudéjar.​ La fortaleza actual data de la segunda mitad del siglo XV, aunque sufrió posteriormente importantes reformas a principios del xvi, cuando la fortaleza estuvo en mano de los Reyes Católicos;​ con estos cambios pasó de una planta cuadrada a la planta pentagonal que le caracteriza.​ Durante el siglo xix sufrió fases de abandono y también fue utilizado como campo sacro y cantera de piedra. Finalmente el municipio cedió el inmueble al Ministerio de Agricultura, que acometió diferentes reformas y obras de restauración.​ Acoge un museo de cereal. Actualmente está abierto para su visita durante los fines de semana y festivos nacionales, realizándose visitas guiadas cada media hora hasta las seis de la tarde.

Muralla:Sólo apreciable en parte, debido a su deterioro.Tenía cinco puertas y formaba un triángulo en cuyo vértice superior se encontraba el castillo. Los dos lados del triángulo están formados por los ríos Arevalillo y Adaja. La base del triángulo constaba de un doble lienzo de muralla con foso al sur. Se puede ver la puerta denominada «Arco del Alcocer», llamado popularmente «Arco de la Cárcel» por haberse utilizado como cárcel local en determinados periodos, y que fue la entrada principal de la muralla, acogiendo en la actualidad la oficina de turismo de la ciudad.

 

Iglesia parroquial de Santo Domingo de Silos: Construida extramuros y situada en la actualmente conocida como plaza del Arrabal. En ella se veneran los restos de San Vitorino, patrón de Arévalo, así como la nueva imagen de la Virgen de las Angustias, patrona de la ciudad, rescatada después de su abandono provisional al producirse el derribo de la iglesia del convento del Real, donde históricamente había recibido fervoroso culto. Cuenta con varias obras de arte de muy buena factura destacando su imagen de San Francisco de Asís y la impresionante rejería. En lo referente al culto diario, es la principal iglesia de Arévalo.

Iglesia de San Juan Bautista: Incrustada en la muralla,​ su torre formaba parte del 'Camino de Ronda', era la iglesia del palacio de los Trastámara en Arévalo. Su origen se fecha entre finales del siglo XII y comienzos del siglo xiii.68​ Entre el siglo XVI y el siglo XIX la iglesia sufrió importantes remodelaciones;​ entre ellas las comprendidas en los siglos xviii y comienzos del siglo XIX, se remiten sobre todo a la adecuación del templo a un estilo barroco.70​ Es la única que, junto con la parroquial, se mantiene abierta al culto de los fieles aunque no a diario sino en fechas y novenarios determinados. Actualmente acoge muchas de las obras de arte que estuvieran en su día en la iglesia de San Nicolás de Bari, de la Compañía de Jesús. También se encuentra allí la talla original de la Virgen de las Angustias, patrona de la ciudad y de la que fuera muy devota la reina Isabel la Católica (tanto es así que hizo que se llevaran esta imagen a la Toma de Granada, pasando a ser después de la conquista la patrona de dicha ciudad).

Iglesia de Santa María: Situada en la plaza de la Villa, presenta la peculiaridad de que su torre, la más alta del municipio, es atravesada por la calle del mismo nombre. Durante su restauración aparecieron restos policromados de un Pantocrátor que se cree proceden de la Iglesia original (siglos XII-XIII). Entre los meses de mayo y noviembre de 2013 acogió, junto con las de San Martín y El Salvador, la exposición de las Edades del Hombre.

- Arenas de San Pedro:Los orígenes del municipio se remontan a la Edad Media, cuando un grupo de pobladores de un núcleo anterior fundó la población en el emplazamiento actual. Recibió el título de villa en 1393, bajo reinado de Enrique III de Castilla. Durante el resto de la Edad Media y la Edad Moderna fue cabeza de un señorío que agrupaba a Arenas de San Pedro y a las aldeas de El Arenal, Guisando, Hontanares, El Hornillo, La Parra, Poyales del Hoyo y Ramacastañas. En el siglo XVIII la villa fue testigo de la presencia de la familia del infante Luis Antonio de Borbón y Farnesio y su pequeña corte de artistas (Francisco de Goya, Luigi Boccherini y Ventura Rodríguez entre otros) que le acompañaron por un tiempo en el palacio neoclásico que el infante mandó construir en la localidad.

Esta histórica localidad situada en la vertiente Sur de la Sierra de Gredos, en la comarca natural del Valle del Tiétar, cuenta con un clima benigno, y desde los primeros albores del núcleo, fue el Convento de San Agustín el primer asentamiento, ubicado en la zona que se conoce como el Alto de San Agustín (queda constancia del paso de Fray Luis de León como novicio); fue incendiado y destruido en la Guerra de la Independencia. Con sus piedras se construyó el actual edificio junto al Castillo, donde se encuentran Correos y los Juzgados. Dichas personalidades han dejado edificios históricos de reconocida belleza, como huella de su paso por Arenas de San Pedro.

 

Castillo del Condestable Dávalos: También conocido como Castillo de Don Álvaro de Luna o de la Triste Condesa, se construye bajo los auspicios del buen condestable Ruy López Dávalos (Úbeda 1357 - Valencia 1428). Incendiada la fortaleza durante las diferentes guerras, se conserva (con trabajo de restauración) gran parte del mismo. Sirvió de prisión y de cementerio. Ahora es Auditorio municipal, Museo y Sala de exposiciones y congresos, fue declarado Monumento Histórico Artístico en 1931. Historia del Castillo»

Tiene una planta cuadrada con torreones circulares y almenados en cada esquina y una torre del Homenaje, de planta rectangular, junto a la entrada principal, con sólidos matacanes y bellos ventanales góticos y mudéjares. En los lienzos laterales hay un estribo cuadrangular como torre barbacana.

Palacio Real de Don Luis de Borbón y Farnesio: El Infante Don Luis Antonio de Borbón mandó edificar este palacio al arquitecto Ventura Rodríguez (1780) en el alto de la Mosquera. A causa de la muerte del infante se levantó sólo el ala este, en donde habitó. Destaca la fachada principal con su pórtico granítico de seis columnas dóricas adosadas. Palacio Real»

Se conoce como Santuario de San Pedro de Alcántara al último convento que erigió el santo extremeño; fue en un sitio apartado del término arenense en el que había una ermita dedicada a San Andrés del Monte, junto a la cual, fray Pedro de Alcántara mandó edificar un pequeño convento para que los frailes se dedicasen a la contemplación y a la vida de penitencia dentro de la línea de ascetismo que él propugnaba entre los miembros de su Orden. Santuario de San Pedro»

La Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción: Se trata de una amplia iglesia situada en el centro del municipio, junto a la plaza del Ayuntamiento. Se levantó por orden de Don Ruy López Dávalos, primer señor de Arenas, a finales del siglo XIV en estilo gótico, aunque posteriores intervenciones fueron modificando a la vez que enriqueciendo su estructura inicial.

- Piedrahíta: Se trata de un municipio situado al sur de la provincia de Ávila, en el Valle del Corneja, en la vertiente norte de la Sierra de Villafranca y flanqueada al Oeste por la Sierra de Peñanegra. Dos partes forman el término municipal: El Valle o llano y la montaña.

El Valle es parte de Valdecorneja. Es este espacio de clara comarca natural que toma el nombre del río Corneja que la cruza de este a oeste. La anchura media de esta depresión es de unos 10 km y su longitud aproximada es de 45 km. La superficie de la cuenta es de 40.000 ha, afluente del Tormes. Nace en las inmediaciones del Cerro del Santo (2.294 m), junto a los restos de una antigua ermita erigida en honor de San Martín de Tous, en la vertiente meridional del macizo de la Serrota (Villafranca de la Sierra) y vierte sus aguas, en el Río Tormes, en los términos municipales de Navamorales (Salamanca), en su margen derecha y la Horcajada (Ávila) en su margen izquierda.

Desde su nacimiento hasta el puente reconstruido de la Aldea, (aproximadamente un kilómetro), el río está acotado para la práctica de la pesca deportiva y constituye una de las reservas más importantes de trucha común a esa latitud. A lo largo del término municipal recibe una serie de arroyos con el Gargantas, Pozas y Pesquera, con cuyas aguas se riegan pardos y huertos. En los márgenes de los regatos desde antiguos se hicieron linares y huertos de algunos frutales. Parte del terreno de Piedrahíta es sedimentario; en la llamada La Fuente de los Huevos Hueros, en la Vega, lo confirma, dado que el amargor del agua lo adquiere al pasar por suelos sedimentarios. El nombre de “La Vega” es apropiado y significativo para esa parte del término municipal pues responde perfectamente los que es el sitio: tierra llana y fértil cruzada por un río.

 

La otra parte del término municipal es la ladera de la montaña, en la que el terreno gana rápidamente pendiente y elevación. Sostiene un conjunto de prados, conseguidos por exagerada deforestación histórica. Al lado occidental, el cerro de la Cruz. El roquedo granítico configura el suelo. Son los suelos del término municipal en general silíceos, algo ácidos y pobres en nutrientes minerales. Si bien hay una amplia gama que va desde los francos y fértiles de la Vega a los franco-arenosos tradicionalmente destinados a cereales.

Esta preciosa villa de la provincia de Ávila cuenta con la declaración de Conjunto Histórico Artístico. La Plaza Mayor de la Villa, cercana al lienzo sur de la muralla, con forma poligonal está rodeada de soportales adintelados con distintas formas de arcadas, sobre columnas de piedra. En las construcciones domina la piedra de granito o berroqueña. El pilón central data de 1727 . Fue escenario de espectáculos públicos: torneos, juegos, autos de fe, procesiones, representaciones teatrales, corridas de toros y mercado semanal, que sigue celebrándose todos los martes del año.

El Palacio de los Duques de Alba: Se trata de la residencia veraniega de los duques, se construyó donde estaba el antiguo Castillo de los Señores de Valdecorneja , siguiendo la moda borbónica imperante en la corte. Las obras se realizan entre 1755 y 1766, por el francés Jaime Marquet, según los planos del arquitecto Manuel de Lara Churriguera.

El palacio, de dos pisos, de estilo barroco francés. Con plaza de entrada, edificios de servicios y residencia, con cuerpos laterales en avance. Tiene una red de galerías que se pueden dividir en tres grupos, según su sección. El jardín que posee en la parte trasera, quedó reflejado en algunos cuadros de Goya, como es el caso de 'La Vendimia'. Anexa al Palacio de los Duques de Alba se ecuntra la conocida como Torre del Reloj, a la que Gabriel y Galán dedicó su conocida poesía ‘Los dos nidos’.

La Iglesia de Santa María la Mayor: Este templo construido sobre el Palacio donado por la Reina Doña Berenguela en el siglo XIII, según la tradición. Muy reformada en los siglos XVI y XVII con el añadido de algunas capillas particulares. Consta de tres naves, con arcos apuntados sobre pilares. El hastial conserva el ventanal gótico original. Algunos elementos, como la torre, llevan almenas. La portada se protege por pórtico de la segunda mitad del siglo XVI. En su interior se encuentra el Museo de Arte Sacro, donde se puede disfrutar de piezas únicas como el sepulcro de los García de Vargas, el retablo de Santa Ana, el púlpito de madera tallada del siglo XV o la reja y sillería del Coro Bajo.

- Candeleda: Está situada en la ladera sur de la sierra de Gredos, a 432 metros sobre el nivel del mar, por lo que tiene un microclima con un rango térmico mediterráneo de inviernos suaves y veranos calurosos, con temperaturas medias en verano de 26 °C. El municipio cuenta con los núcleos de población de Candeleda y El Raso, el segundo una pedanía. Judicialmente pertenece al partido de Arenas de San Pedro, el número 2 de la provincia, cuya cabeza es la homónima localidad vecina.

De origen medieval, la localidad recibió el título de villa de Enrique III en el año 1393. Candeleda está relacionada, en su economía y su cultura, con el valle del Tiétar, en Castilla y León; con la comarca de La Vera, en Extremadura; así como con la Campana de Oropesa y la ciudad de Talavera de la Reina, en Castilla-La Mancha. Las fiestas y romerías en honor a la patrona del pueblo, la Virgen de Chilla, se celebran el segundo domingo de septiembre, aunque también forman parten de la tradición local las Fiestas de la Vela, que tienen lugar la siguiente semana. Su particular emplazamiento en la Ribera del Tiétar, a la vera de Gredos y al abrigo de los cierzos, en la depresión mas profunda de Castilla y León, hacen de Candeleda un lugar mágico.

Entre sus monumentos destacan La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción: Declarada Bien de Interés Cultural pertenece, en su parte primitiva, al gótico arcaico y rústico de finales del siglo XIV o principios del XV. Alberga en su interior, entre otras obras, el Retablo Mayor esculpido hacia 1570, la Capilla del Baptisterio construida en piedra berroqueña, la reja de forja de la Capilla de San Antonio del siglo XVI, y como pieza de valor artístico singular el Retablo de Cerámica construido alrededor del año 1540, obra realizada por el talaverano Juan Fernández, de profesión “pintor de azulejos” y autor de una parte de los azulejos del Monasterio de El Escorial.

 

Plaza Mayor: Se trata del centro neurálgico del municipio y está presidido por el Ayuntamiento que al igual que el resto de la plaza, contó antiguamente con soportales sostenidos por columnas de granito y cuyo rastro encontramos hoy día en el interior de algunas de las casas y en la entrada de un bar contiguo a la Casa Consistorial.

En dicha plaza está ubicada una de las casas entramadas más bellas y mejor conservadas que podamos encontrar: La Casa de las Flores , un museo en si misma. En su interior alberga el Museo del Juguete de Hojalata, espacio cultural en el que podremos contemplar una tienda de juguetes de hojalata de todo el mundo.

Tres secciones compuestas por más de 3.000 piezas relacionadas con los juguetes con que disfrutaron los niños españoles desde finales del siglo XIX hasta el inicio de la segunda mitad del siglo XX. El museo es privado, para visitarlo se requiere cita previa.

Santuario de Nuestra Señora de Chilla: Cuenta con varias las leyendas que circulan sobre el origen de la actual advocación de la ermita, la tradición cuenta que allá por el 1300, la Virgen se apareció a un joven pastor llamado Finardo que lloraba la muerte de una de sus ovejas. Compadecida, la Virgen le devolvió a la vida y le pidió, a cambio, que construyese un templo en el lugar del milagro.

Finardo contó la sucedido en Candeleda, pero sus vecinos pensaron que aquel lugar era demasiado intrincado y empezaron a levantar la ermita en otro lugar. Misteriosamente, todas la noches se destruía lo construido hasta que, finalmente, se levantó el templo en su ubicación actual.

- Las Navas del Marqués: Este municipio se encuentra en la vertiente meridional de la sierra de Malagón, en el sistema Central. Flanqueada esta sierra por la sierra de Guadarrama y las Parameras de Ávila. Son tierras altas y de clima frío, de ricos pastizales y arbolado de robles y pinares, lo que explica la dedicación tradicional de sus habitantes a la explotación forestal y ganadera.

La existencia de tumbas rupestres antropomorfas junto al arroyo Poveda demuestra que la zona estaba ya poblada en época altomedieval, pero la villa como tal no aparece documentada hasta finales del siglo XIII. Desde finales del siglo XIII la villa fue señorío de la Casa de Esteban Domingo Dávila y, a partir de 1533, en que Carlos I otorgó a don Pedro Dávila y Zúñiga el título de marqués, se convirtió en cabeza del marquesado.

Rodeada de pinares, desde finales del siglo XIX personas acomodadas de Madrid escogieron la villa como lugar ideal para pasar en verano sus vacaciones y empezaron a construir los primeros chalets y hotelitos familiares. En cuanto a sus monumentos destacan el Castillo Palacio de Magalia: Es el principal monumento civil, su figura domina las vistas desde cualquier punto del valle que la rodea. Fue construido en 1540 por orden de don Pedro de Dávila y Zúñiga, primer Marqués de Las Navas. Cuando el linaje se unió con el de la Casa de Medinaceli, éstos utilizaron el castillo como sede administrativa de su ducado.

En 1906 se vendió a la empresa Unión Resinera Española, quienes más tarde lo cedieron al Estado para que se encargara de su mantenimiento y explotación. Actualmente depende del Ministerio de Cultura, siendo utilizado en los últimos años para organizar eventos culturales. En 1931 fue declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional.

Se edificó siguiendo un estilo renacentista, incorporando componentes defensivos característicos de los castillos medievales. El elemento más antiguo es el torreón de planta circular, se construyó en el siglo XI y hoy se utiliza como capilla. Además los balcones, ventanas, puertas, patios y escudos nobiliarios recuerdan su glorioso pasado.

 

Normalmente no es posible acceder al interior del Castillo Palacio de Magalia, únicamente durante los eventos culturales o las visitas guiadas que organiza la Oficina de Turismo. Tienen lugar los jueves y sábados de julio y agosto, a las 10:00 y 11:30 horas, los sábados del resto del año son las 16:30 horas. Para reservar plaza hay que contactar con antelación con la Oficina de Turismo. Lo que sí se puede es acceder libremente a los jardines y el patio, de lunes a viernes de 08:00 a 21:30 horas.

Iglesia de San Juan: Ubicada junto al Castillo Palacio de Magalia, es actualmente la iglesia parroquial de Las Navas del Marqués.Fue construida entre los siglos XIV y XVI, por lo que mezcla varios estilos arquitectónicos en su diseño. Sólo se puede visitar durante el horario de misas, los días festivos a las 11:00 y 12:00 horas.

El mayor atractivo se encuentra en su interior, se trata del retablo mayor barroco. En el centro se puede ver la imagen de San Juan Bautista, flanqueado por San Pedro, San Pablo, San Estanislao de Kostka y San Luis de Gonzaga. En las capillas laterales están las imágenes de la Virgen de la Paz y el Cristo de la Salud, ésta última obra del escultor Aniceto Marinas. También resalta el órgano, que data del siglo XVII.

Convento de Santo Domingo y San Pablo: Fue construido a mediados del siglo XVI también por orden del primer Marqués de Las Navas, don Pedro de Dávila y Zúñiga. Los primeros moradores fueron los frailes dominicos, a finales de ese siglo se transformó en una iglesia colegial y más adelante en una Escuela de Gramática.

El siglo XIX trajo un período de decadencia, primero los frailes fueron exclaustrados por orden de José Bonaparte y unos años después saqueado por las tropas francesas. Con la Desamortización de Mendizábal de 1837, fue definitivamente abandonado por la comunidad religiosa. En 1845 se procedió a la subasta del convento, pasando a manos de un vecino de La Navas que pagó por él algo más de 200.000 reales. Se quedó el terreno y cedió las construcciones sacras a la parroquia.

Durante la Guerra Civil las principales posesiones artísticas se trasladaron al Museo Arqueológico Nacional, muchas otras fueron saqueadas, siendo finalmente el edificio abandonado. En 1982 fue declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional para ayudar a su conservación. La decoración es bastante sobria, sigue un estilo herreriano seguramente influenciado por el cercano Monasterio de El Escorial, construido en la misma época. En la fachada el elemento más destacado es el óculo ubicado sobre la portada, en lugar del tradicional rosetón; está flanqueado por los escudos del Marqués de Las Navas. Remata el conjunto el frontón con el escudo de la Orden de los Predicadores y tres pináculos con bolas.

Del interior el mayor tesoro que se conserva es la lauda de bronce de los Marqueses de Las Navas, una obra de arte del escultor renacentista Pompeo Leoni. Sólo se puede acceder al interior durante los eventos culturales que suele organizar el Ayuntamiento de Las Navas a lo largo del año.

Ermita del Santísimo Cristo de Gracia: Fue erigida en el siglo XV para guardar la imagen del Cristo de Gracia, santo del gremio de la ganadería hoy convertido en patrono de Las Navas del Marqués. En el interior llama la atención la imagen del Santísimo Cristo de Gracia, donada por el escultor segoviano Aniceto Marinas en 1948. Es sacada en procesión la segunda semana de julio, durante las fiestas patronales.

Mirador Eiffel: Ubicado en lo alto de una atalaya contra incendios, se ha convertido en el mejor mirador de Las Navas del Marqués. Originalmente formaba parte del Parque del Chalet, construido a finales del sigo XIX como lugar de recreo de la XV Marquesa de Las Navas.

La estructura es de hierro y madera, fue construida en el taller del diseñador de la Torre Eiffel, de ahí su nombre.Una escalera de caracol de doble rampa lleva a lo más alto del mirador, desde donde se obtienen vistas privilegiadas del entorno.