Sociedad
¿Qué castillo español fue utilizado como fábrica de pólvora?
Sus orígenes se remontan al año 884
Las principales fortalezas del mundo se encuentran en España. Son muchas las instalaciones de estas características que presiden las colinas de nuestras ciudades y pueblos, que se han convertido en referentes turísticos en la actualidad, pero en su momento se caracterizaban, principalmente, por un «lugar fuerte, cercado de murallas, baluartes, fosos y otras fortificaciones».
Existe todo un conjunto de edificaciones militares que guardan analogías con el castillo, como el alcázar, la torre, el torreón, la atalaya, el fuerte, el palacio fortificado, la ciudadela o la alcazaba, lo que el castillo encierra es un patio de armas, en torno del cual se sitúan una serie de dependencias y que dispone por lo menos de una torre habitable.
Pero una vez acabados los periodos de guerras estos edificios tuvieron otros usos, como por ejemplo ser una fábrica de pólvora. Es el caso del Castillo de Burgos. Durante la Edad Moderna y por causa tanto de la evolución de las técnicas militares, como por la lejanía de los escenarios bélicos, la fortaleza pierde su antigua función defensiva. En su recinto se asentó durante el siglo XVI la primera escuela de formación para artilleros que ha habido en España, llegando a fabricar veinte quintales de pólvora diarios en 1542. Antes de esta utilización, la fortaleza burgalesa tuvo otra serie de utilidades como la de prisión.
El Castillo de Burgos es una fortaleza situada elevada 75 metros sobre el nivel de la ciudad.Existen pruebas de asentamientos del Neolítico, Calcolítico, Edad del Bronce y la Primera Edad del Hierro en el cerro del Castillo y en el cerro de San Miguel, relieves desde los cuales se domina la ciudad y el valle del Arlanzón.
La primera torre fue levantada por el conde Diego Porcelos en los tiempos de la Reconquista, en el año 884. Conforme fue aumentando la importancia del emplazamiento defensivo, se dio paso a un castillo y a elementos defensivos más complejos.
Según los estudios que se están llevando a cabo se han descubierto los restos de la Puerta Sur. Se trata de un muro quebrado, abierto a un vano flanqueado por sendas torres de planta semicircular. La puerta principal, abierta en el frente noroccidental, dispone de un pasadizo en bóveda.
Además, como parte del complejo subterráneo, el pozo (popularmente conocido como Cueva del Moro) cuenta con galerías de más de 300 metros de longitud. Data de los siglos XII y XIII, aunque las primeras noticias se remontan a 1475, durante el asedio de las tropas de Isabel la Católica, episodio de la guerra de sucesión al trono, estando defendido por los partidarios de Juana la Beltraneja.
Durante el siglo X sirvió de baluarte defensivo contra el Islam. Mas tarde, entre los siglos XI y XIII, con la frontera al sur del Duero, el castillo quedó bajo el control directo de los reyes de Castilla y se amplió para ejercer de prisión de nobles y, ocasionalmente, de lugar de celebraciones cortesanas. La cárcel estuvo ocupada por los reyes García de Galicia y Alfonso VI de León, así como por Tomás de Gournay, asesino del rey Eduardo II de Inglaterra.
En 1277, según refieren los Anales del reinado de Alfonso X, fue ejecutado en el castillo de Burgos el infante Fadrique de Castilla, hijo de Fernando III el Santo, por orden de su hermano Alfonso X el Sabio, quien ordenó ejecutar al mismo tiempo a Simón Ruiz de los Cameros, señor de los Cameros y yerno del infante Fadrique de Castilla.
En los siglos XIV y XV estuvo bajo la tenencia de diferentes nobles y en particular de la familia de los Estúñiga. En este tiempo fueron frecuentes los enfrentamientos del castillo con la ciudad y el concejo burgalés que culminaron en la Guerra de Sucesión (1475-1479) en que los Estúñiga apoyaron a Juana la Beltraneja y la ciudad a Isabel la Católica, librándose una larga batalla que acabó con la rendición de la fortaleza en 1476, tras ocho meses de asedio. A finales del siglo XVI estaba en franco abandono.
Un tiempo después, en el año 1736 sufrió un pavoroso incendio que duró varios días ante la indiferencia de la ciudadanía, quedando destruido casi en su totalidad.
La Guerra de la Independencia despertó viejos fantasmas; los franceses lo reconstruyeron activando con ello sus potencialidades militares y estratégicas.Con la invasión napoleónica los soldados franceses, se cuenta que fue el mismo Napoleón el que escoge la posición, establecen en el mismo su batería imperial. Entre septiembre y octubre de 1812 el castillo fue el centro protagonista del asedio de Burgos dirigido por las tropas angloportuguesas de Arthur Wellesley (futuro duque de Wellington), quien tenía su base de operaciones en un palacio situado en Villatoro. Entre los oficiales británicos que perdieron la vida en las operaciones bélicas se encontraba un estrecho colaborador de Wellesley, el mayor Edward Charles Cocks. Durante este asedio, los franceses volaron la iglesia de San Román.
Con la retirada de los franceses en junio de 1813, el castillo es testigo de los últimos preparativos que el contingente realiza antes de su marcha definitiva. Allí trabajan para hacer desaparecer cualquier material, bélico o documental, que pudiera serle útil al enemigo; el procedimiento elegido es volar la fortaleza. La hacen saltar por los aires sin dar tiempo a la evacuación de los últimos soldados. Más de doscientos militares franceses mueren en la explosión, que estremece a toda la población. La iglesia de Santa María la Blanca queda destruida; se pierde buena parte de las vidrieras de la catedral y se producen daños en el antepecho de la torre del crucero; así como en la iglesia de San Esteban. Además, en la chopera del Carmen se localizan bastantes cadáveres de soldados franceses.
Durante el resto del siglo XIX la fortaleza fue utilizada esporádicamente durante las guerras carlistas. Eduardo de Oliver Copons escribió a finales del siglo XIX un libro sobre la fortificación. El castillo también se usó a lo largo de la guerra civil de 1936, instalándose allí la defensa antiaérea de la ciudad.
La fortaleza burgalesa tuvo una importancia clave en el sistema de comunicaciones mediante telégrafo óptico ideado en España en el siglo XIX. En la provincia de Burgos aún se conservan restos, en diversos estados de conservación, de las numerosas torres que se construyeron para comunicar el centro de la península con el norte. El castillo de Burgos fue la posición 27 de la Línea de Castilla que comunicaba Madrid con Irún.
Hoy en día el entorno del castillo es un parque de recreo con calles dedicadas a poetas. La reconstrucción parcial de la fortaleza ha permitido su habilitación como Centro de Interpretación, abierto al público en el año 2003, pudiendo visitarse también el pozo y las galerías subterráneas, conocidas como Cueva del Moro. El centro está dividido en tres zonas. La primera es un aula expositiva, en la que se describen algunos de los principales ecosistemas de Castilla y León. La segunda es un humedal en el que conviven distintas anátidas, y la tercera es la zona de las aves rapaces, donde se pueden ver y estudiar buitres, águilas o búhos. Además se ha convertido en numerosas ocasiones en final de etapa de la Vuelta a España y de la Vuelta a Burgos.
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