
Turismo
De ruta por el valle "más estrecho" de toda España
Viaje a la provincia palentina a un lugar con unos increíbles paisajes y con unos pueblos que esconden auténticos tesoros

Adentrarse por la provincia de Palencia es hacerlo en un lugar mágico. Tierra con muchos encantos que visitar y donde se entremezcla patrimonio, naturaleza. montaña y mucha agua. Además, son innumerables los pueblos que la habitan, la mayoría de ellos con auténticos tesoros patrimoniales (estamos hablando de la mayor concentración de arte románico de toda España) y con una gastronomía sobresaliente, en especial al norte de la provincia, que es donde nos llevan nuestros pasos.

Estamos en el conocido como "Valle Estrecho", un pequeño valle a los pies de Cervera de Pisuerga, ya en la Montaña Palentina, y con un protagonista de excepción como lo es el rio Ribera que discurre por estos lares. Nuestra primera parada nos lleva hasta Cervera de Pisuerga, villa montañosa que no hay que dejar de visitar en especial su iglesia parroquial de Santa María del Castillo, que en su día ocupaba el solar del antiguo castillo o torre. Merece la pena conocer su interior ya que allí destacan los sepulcros de Gutiérrez y de Mier y su mujer Isabel de Orense, así como el retablo hispano-flamenco de la capilla de Santa Ana, con esculturas de Felipe Bigarny y pinturas de Juan de Flandes. Llama la atención la Adoración de los Reyes Magos. Y si hay tiempo, uno puede observar pequeñas piezas históricas en el museo adyacente.
Paseando por la villa podemos contemplar casonas blasonadas de época, porticados de las antiguas villas castellanas y en una pequeña plaza nos aparece la ermita barroca advocada a la Cruz. También cerca de la localidad se encuentra la ermita rupestre de San Vicente. Con un paisaje inigualable con aguas cristalinas.

De panorámicas y miradores anda muy sobrado esta zona, pero basta con que uno se acerque hasta el Parador Nacional de Fuentes Carrionas, para conocer de primera mano los paisajes en los que nos vamos a adentrar a pie posteriormente. Desde aquí se vislumbra Peña Redonda, con sus casi 2.000 metros de altitud y el embalse de Ruesga, lugar de peregrinación para campistas de antaño que se refrescaban en sus limpias pero frías aguas.
Al llegar a la antigua venta arriera de Ventanilla nos topamos con la ermita de San Roque, para después atravesar dos bellos pueblos como son San Martín y Rabanal de las Llantas. En el segundo de ellos se halla su iglesia parroquial con una antigua pila bautismal. Y para los andarines, multitud de rutas por estas zonas para conocer los Altos de Brañosera o la Cueva del Oso o Peña Miranda, todos ellos con bosques de hayas y robles.
Finalizamos nuestro recorrido en Santibáñez de Resoba, con un antiguo casería que hace de mirador. Y desde esta localidad, y si las fuerzas nos lo permiten, se puede llegar hasta la Peña de Santa Lucía y disfrutar de los paisajes que tendremos a nuestros pies. Toda una auténtica maravilla.
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