Ganadería

La trashumancia atraviesa Valladolid camino de Madrid de la mano de la mayoral Mariti

Un rebaño de 1.000 ovejas merinas de lana fina y 200 cabras atraviesan la capital vallisoletana

 Trashumancia por la ciudad de Valladolid de unas 2.000 ovejas y cabras que discurren desde los Picos de Europa a la Sierra de Guadarrama
Trashumancia por la ciudad de Valladolid de unas 2.000 ovejas y cabras que discurren desde los Picos de Europa a la Sierra de GuadarramaRubén CachoIcal

Un rebaño trashumante de mil ovejas merinas de lana fina y doscientas cabras ha atravesado esta mañana la capital vallisoletana para a través de la red de cañadas llegar el 22 de octubre a la fiesta de la trashumancia en Madrid, en esta edición comandado por una de las pocas mujeres que pueden trashumar, la mayorala Mariti González, de Cantabria.

El 18 de setiembre ese rebaño, que es propiedad de la Asociación Concejo de la Mesta, con sede en Guadarrama (Madrid), partió de San Salvador de Cantamuda, en la montaña palentina, donde tienen alquilados pastos durante varios años, para tras casi cinco semanas llegar en octubre a Madrid, protagonizar distintos talleres educativos y aprovechar los pastos madrileños hasta final de mayo.

Así lo ha relatado a EFE el pastor y presidente de la Asociación Jesús Garzón, un extremeño de la Sierra de Gata que vive en Cantabria y que a sus 77 años lleva 30 con el oficio trashumante, del que sólo la enfermedad le ha retirado, por primera vez, este 2023.

En el 2017, ante el riesgo de que ninguna familia quisiera trashumar, la asociación constituyó su propio rebaño, que va ahora de los pastos palentinos a los de Guadarrama, para volver a desandar el camino a final de mayo.

Desde su obligada baja por enfermedad, Garzón ha destacado que este año será una fiesta de la trashumancia especial la que se celebre en Madrid este domingo 22 de octubre, ya que se cumplen los 750 años desde que Alfonso X el Sabio creó el Concejo de la Mesta y 30 del proyecto trashumante de la asociación para poner en valor el oficio.

Garzón ha reivindicado la trashumancia como alternativa ante las consecuencias del cambio climático, ya que hay más de 400.000 hectáreas de cañadas en España que pueden ser usadas libremente por cualquiera, lo que cobra especial importancia años especialmente secos, ya que permite acceder a zonas de pasto.

De hecho, hay casi cien familias trashumantes en España, cincuenta de ellas en Castilla y León, en las zonas de Babia, Sanabria o Gredos.

A principios del siglo XX, el tren supuso una revolución para la trashumancia, que era muy dura y sin comodidades, lo que llevó a que se abandonaran las cañadas y quedaran si utilidad, que se recuperó a partir de la ley de vías pecuarias de 1995.

Un año antes, en 1994, pasó por Madrid el primer rebaño trashumante de la Mesta, con una acogida "tremenda" que llevó a mantener la iniciativa y resucitó el oficio, ha referido Garzón.

Además, el tren desapareció como medio de transporte del ganado, se encareció el uso de camiones, que además comportaba accidentes y mayor número de bajas de animales, lo que empujó volver a lo tradicional, ha añadido.

Y en esos seis meses en los que los rebaños no están en las fincas, éstas se regeneran y descansan, mejorando los pastos, encinas y ecosistemas, ha señalado como beneficio de la trashumancia el presidente de la Asociación Concejo de la Mesta.

Y así, año a año se ha ido perdiendo el miedo a moverse y la trashumancia ha ido en aumento, con rebaños que son recibidos con cariño allí por donde pasan, con un papel también importante en la limpieza de prados a la hora de evitar los incendios.