Patrimonio
Uno de los pueblos más bellos de España cuenta con una Iglesia Monumento Nacional
Se trata de un templo del siglo X que esconde muchos secretos
Acaba de llegar el mes de mayo, el de las flores, y el ideal para descubrir nuevos paraísos durante un fin de semana. Uno de los pueblos más bellos de España y su iglesia Monumento Nacional puede ser una de esas opciones. Y es que cada rincon de nuestro país ofrece unas alternativas ideales para disfrutar de esos parajes en muchas ocasiones desconocidos.
En esta caso estamos hablando de la localidad leonesa de Peñalba de Santiago, situada en el corazón de El Bierzo leonés, entre las alturas de los Montes Aquilanos. El pueblo tiene la distinción de Bien de Interés Cultural desde 2008 con categoría de Conjunto Etnológico, y desde 2016 también forma parte de la red de Los Pueblos Más Bonitos de España. La principal actividad económica de la localidad se basa en la restauración y el turismo rural, gracias a sus atractivos naturales y culturales, sus múltiples rutas de senderismo y por tratarse de uno de los mejores ejemplos de conservación de la arquitectura rural en El Bierzo.
Las características geográficas de un lugar tan aislado propiciaron, a partir del siglo IV, la llegada de eremitas y monjes anacoretas a estos valles. Este fenómeno eremítico tuvo como primer protagonista a San Fructuoso, que fundó entre otros, los monasterios de Compludo y San Pedro de Montes, muy próximos a Peñalba de Santiago.
Dos siglos después de las fundaciones de Fructuoso, una vez frenado el avance de la conquista musulmana y bajo la frágil protección de los primeros reinos cristianos, el Valle del Silencio conocería una nueva etapa de esplendor gracias a la figura de San Genadio. Nombrado obispo de Astorga, aunque ante todo era un eremita, Genadio llega a la Tebaida Berciana en el siglo X con la misión de repoblar la vida monástica, en decadencia tras la ocupación árabe, fundando el monasterio de Peñalba.
San Genadio, en su autobiografía conservada en un documento llamado Testamento (919), cita que después de las fundaciones de San Pedro de Montes y San Andrés: "Fundé algo más apartado y en recuerdo de Santiago, un tercer monasterio llamado Pennalba"
Después de abandonar el Obispado de Astorga Genadio se retiró al monasterio de Peñalba, donde vivió como eremita durante 19 años más, en una de las cuevas del valle del Silencio. Fue enterrado en el contra-ábside occidental de la iglesia, hasta que en el siglo XVI la Duquesa de Alba trasladó sus restos a Villafranca del Bierzo y posteriormente a Valladolid.
A mediados del siglo XIII, Alfonso IX cede todos los bienes del monasterio de Peñalba al cabildo catedralicio de Astorga. A partir de ese momento desaparecen las noticias relativas al monasterio, perdurando solo las referentes a la iglesia. En torno a la misma irá creciendo la aldea medieval de Peñalba de Santiago tal y como la conocemos hoy, que mantendrá el culto del templo mozárabe como iglesia parroquial, sin alterar su estado original.
Desde entonces, Peñalba de Santiago se mantuvo ciertamente aislado y con una población dedicada íntegramente a la ganadería y a las cosechas. No sería hasta la segunda mitad del siglo XX cuando empezaría a despertar interés por su arquitectura rural y su entorno, que fue declarado «Paraje Pintoresco» por decreto del 6 de junio de 1969.
Una de las principales señas de identidad de Peñalba de Santiago es su arquitectura popular que comparte, en gran parte, con el resto de aldeas de la montaña de El Bierzo y la comarca vecina de la Cabrera. Son construcciones caracterizadas por tejados (llamados enlosados) de pizarra; muros de piedra caliza-mármol; corredores en voladizo, muchas veces con acceso a través de escalera exterior, que pueden ser abiertos o, habitualmente, cerrados, debido a los rigores invernales; cuadra para ganado y caballerizas y/o bodega en el piso inferior.
En cuanto a su principal monumento es, la Iglesia de Santiago de Peñalba, que perteneció a un monasterio fundado en las primeras décadas del siglo X y finalizada por el abad Salomón. La existencia del monasterio, como en tantos otros sitios, favoreció el asentamiento de pobladores y sus respectivas viviendas hasta constituirse en aldea.
Se trata, indudablemente, de una de las mejores obras conservadas del arte mozárabe. Fue declarada Monumento Nacional en junio de 1931. Estaba terminada en el año 937 y se encuentra en la parte alta del Valle del Silencio, cerca de Ponferrada. El material constructivo es bastante modesto, constituido por pizarra y otros materiales de mampostería.
Al exterior, el edificio se muestra como un conjunto armónico de gran severidad pero atractivo por la superposición de diferentes volúmenes cúbicos, que enriquecen la aparente sencillez de la planta, en el que destacan el tejado de amplios aleros.
Santiago de Peñalba es una iglesia también de ábsides contrapuestos. El occidental parece que tiene igualmente un carácter funerario. Tiene una sola nave compartimentada en dos tramos. El más occidental se cubre con bóveda de cañón y en él estaría la entrada. El más oriental esta cubierto por una cúpula gallonada y sería el tramo equivalente al transepto.
La puerta de acceso es el elemento más sugerente del exterior. Se encuentra en el lado sur y se constituye como un vano bíforo con sendos arcos de herradura pronunciada, al estilo califal, con recuadro de alfiz. El mainel central y las columnas laterales son de mármol y sus capiteles muestras formas propias mozárabes, es decir, imitando los acantos de los capiteles corintios romanos pero de manera más esquemática y sencilla. A imitación de muchas iglesias visigodas y asturianas, tiene una sacristía en cada extremo del transepto.
La cabecera es de un sólo ábside que está cubierto con cúpula gallonada y que tiene el perfil exterior recto y el interior de herradura. El arco de herradura que da paso al ábside, el arco triunfal, está enmarcado por un alfiz de influencia islámica.
En el interior, la iglesia está recubierta de pinturas murales datadas de la época califal. La pintura cubría originalmente todo el edificio, aunque ahora se conserva especialmente en los arcos de la cúpula gallonada de la nave central y en los dos ábsides.
Las pinturas poseen tres momentos diferentes, siendo el más primitivo coetáneo a la Iglesia, del siglo X, y fueron ejecutadas con la técnica de pintura al fresco sobre un motero de arena y cal; sobre el muro todavía húmedo se trasladó -utilizando el punzón, la regla y el compás-, el esquema compositivo; y posteriormente se aplicaron los pigmentos.
Entre los motivos pictóricos destaca el ladrillo fingido, además de otras pinturas con motivos vegetales y geométricos. El zócalo de almagra (pintura roja hecha a base de óxido de hierro de tipo arcilloso) es sorprendentemente similar al encontrado en Medina Azahara en Córdoba. Se trata de una decoración ejecutada con una excelente técnica y empleando unos pigmentos de gran calidad. Han sido restauradas parcialmente en el año 2004, un proceso que continúa en la actualidad.
En el interior de la iglesia, especialmente sobre las paredes del coro, se conserva una extensa colección de grafitos medievales: distintos grabados en estuco de figuras humanas, geométricas e incluso de animales. Se trata de una colección compleja y diversa, entendida como un reflejo espontáneo de la vida de los distintos moradores del templo. Algunos grafitos corresponderían a pruebas realizadas por los monjes antes de transcribir dichos dibujos al papel, ya que el papel era un bien muy preciado. En otros casos, las obras se atribuyen a dibujos realizados por los monjes para entretenerse o incluso como reafirmación de la identidad personal.
Cueva de San Genadio
Otro de sus atractivos es la Cueva de San Genadio, de origen geológico y lugar de culto situada en el Valle del Silencio, en la zona más agreste del municipio español de Ponferrada.Su uso como eremitorio se remonta al siglo X, cuando San Genadio se retiró a esta cueva para vivir como anacoreta durante sus últimos años de vida, tras fundar el monasterio de Santiago de Peñalba y ser obispo de Astorga. Forma parte del espacio cultural de la Tebaida leonesa.
Está ubicada en una pared de roca calcárea en el interior del Valle del Silencio, en la zona más escarpada de los montes Aquilianos. La cueva está muy cerca del nacimiento del arroyo Silencio, que abre un corto y fragoso valle de apenas un kilómetro, que desemboca en el arroyo Peñalba, tributario este, a su vez, del río Oza. Se encuentra próxima a la localidad de Peñalba de Santiago, desde la que se puede acceder a través de una ruta de senderismo.
También el pueblo leonés es reconocido este pueblo por sus rutas:
- Camino de Santiago: Ésta es una variante del tramo El Acebo-Ponferrada hacia y por el majestuoso Valle del Silencio y el estrecho valle del río Oza en pleno Bierzo (en vez de la clásica por Molinaseca). El premio es la Iglesia mozárabe de Peñalba de Santiago (siglo X); incluso, el pueblo que la alberga es de una especial belleza que les sorprenderá gratamente. Por supuesto, no es casual que tenga en su nombre la advocación «de Santiago». (Fuente Wikiloc).
- Ruta circular: Parte de Peñalba de Santiago hacia el valle del silencio. Tras salir del pueblo por la parte baja, se desciende una cuesta hasta un giro a la izquierda y a partir de ahí es cuesta arriba, siempre bien indicada la dirección. Es una ruta que se puede hacer en familia porque está bien señalizada y el camino no da lugar a ambigüedades. El terreno es una senda de tierra con alguna piedra, que no es estrecha hasta los ultimos cien metros, antes de llegar a la cueva. Aunque se puede hacer en poco tiempo es recomendable hacerla con pausa para poder disfrutar de las vistas y del entorno. Realizada en una mañana de verano, cabe destacar que el camino está mayormente a la sombra debido a la vegetación, por lo que no es agotadora en cuanto a sol se refiere.
- Tebaida Berciana ( Valle del Silencio ): Ruta circular que permite conocer los espectaculares paisajes desde el cordal de los Montes Aquilanos y sus circos de Pico Tuerto, Silencio y Friguera hasta las frondosas riberas del Río Oza.
- Travesía de los 2.000, Montes Aquilianos: Recorrido que, partiendo desde el Puerto de los Portillines, pasa por las cinco cimas por encima de los 2.000 metros de los Montes Aquilianos: Silla de la Yegua 2.142 m, Berdianinas 2.116 m, Funtirín o Noceo 2.126 m, Pico Tuerto 2.051 m y Cruz Mayor 2.031 m.
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