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Seat cambia el bocadillo de chorizo por el de aguacate y los trabajadores mejoran su salud en sólo seis meses

Un estudio con 600 empleados confirma que un cambio de hábitos en los que incorporar el ejercicio y la dieta mediterránea rebaja el riesgo cardiovascular y el colesterol

SEAT ha cambiado los tradicionales bocadillos de embutido que ofrecía a medio turno por opciones más saludables, como aguacate, queso fresco, tomate o hummus en pan integral
SEAT ha cambiado los tradicionales bocadillos de embutido que ofrecía a medio turno por opciones más saludables, como aguacate, queso fresco, tomate o hummus en pan integralALBERT GEAREUTERS

Los trabajadores de la Seat han participado en un experimento que quería demostrar si adoptar hábitos saludables, como hacer ejercicio o seguir una dieta mediterránea, mejora de verdad la salud como se cree. Y el resultado ha sido afirmativo: cambiar de hábitos para seguir una dieta mediterránea mejora la salud de las personas. En sólo seis meses, los trabajadores de la Seat que han colaborado con el proyecto MedCARS bajaron de peso, redujeron el perímetro de la cintura, los triglicéridos y el riesgo a sufrir un accidente cardiovascular.

Para llevar a cabo este estudio, SEAT se ha asociado con el Hospital Clínic, IrsiCaixa, un equipo de psicólogos de ITAE Empresas y científicos de Harvard TH CHAN School of Public Health. Esta mañana, en la presentación de los primeros resultados del proyecto MedCARS, estaban todos ilusionados de haber participado en un experimento pionero en Europa, cuyos resultado son extrapolables al resto de la población. La doctora Patricia Such, directora de Salud, Seguridad y emergencias de SEAT, ha explicado que los investigadores contaron con 600 trabajadores voluntarios: 300 de la fábrica de la Zona Franca y 300 de El Prat. Todos pasaron por un exhaustivo examen médico a principio y a final del estudio, que incluía análisis de sangre y de heces. La media de los participantes es de 44 años, un 17% son mujeres y un 83% son hombres.

A los 300 trabajadores de la fábrica de El Prat sólo se les informó en qué consiste la dieta mediterránea. En cambio, los otros 300 trabajadores de la Zona Franca recibieron pautas durante seis meses para mejorar sus hábitos de vida. Para lograr que siguieran una dieta mediterránea, un equipo de médicos y nutricionistas del Hospital Clínic y de Harvard preparó menús de temporada y recetas saludables. Para cumplir con el primer punto del decálogo de la dieta mediterránea, "utilizar aceite de oliva como principal grasa de adición", repartieron cinco litros de aceite al mes por persona, además de 30 gramos de frutos secos al día. Las máquinas de vending cambiaron los ultraprocesados por productos saludables, como fruta fresca o frutos secos, también se dieron vales de descuento para productos saludables en una cadena de supermercados y, lo más importante, cambiaron el tradicional "bocadillo de chorizo" que Seat reparte a los trabajadores de cada turno por un bocadillo saludable.

La nutricionista encargada de elaborar el nuevo bocadillo, Mercedes Sotos-Prieto, cuenta que cambió el pan blanco por un pan integral o de cereales, y el chorizo o el fuet por aguacate, queso fresco, vegetales crudos o pescados en lata. Finalmente, para cumplir con el punto número diez del decálogo de la dieta mediterránea, que dice que realizar actividad física todos los días es tan importante como comer bien, fomentaron el ejercicio físico de los trabajadores a través de entrenadores personales. Además del consumo de alimentos ultraprocesados, el peor hábito de los trabajadores de la Seat es que tienen una vida muy sedentaria. "No tienen costumbre de hacer deporte", ha constatado la doctora Duch, "y es lo que más ha costado introducir".

Para superar las trampas en las que se tiende a caer cuando uno pretende cambiar de hábitos, los trabajadores contaron con un acompañamiento psicológico y emocional. Para integrar nuevos hábitos participaron en sesiones tanto individuales como en grupo de automotivación y se contó con el apoyo de los familiares. "Está demostrado que favorecer la implicación activa de los familiares beneficia la consolidación de los cambios", ha explicado la directora de ITAE Empresas, Laura Solana.

Además de reducir el peso, el perímetro de la cintura, los triglicéridos y la presencia de una proteína vinculada a la inflamación de las arterias, responsable de enfermedades cardiovasculares, el doctor Ramon Estruch, consultor de Medicina Interna del Hospital Clínic, ha constatdo que mejora la calidad del sueño y la salud mental y emocional.

Estruch ha dicho que con estos resultados su ilusión es extender estos hábitos en otras empresas para mejorar la salud de la sociedad. El 25 % de la población en España es obesa o tiene problemas de sobrepeso y el ritmo de crecimiento de esta enfermedad es ya tan acelerado como en Estados Unidos. España es el segundo país de Europa con mayor problema de sobrepeso, por detrás del Reino Unido.

Gracias al "big data", el estudio ha permitido recolectar un gran volumen de información que permitirá estudiar si la dieta mediterránea tiene un impacto en el microbioma, los millones de bacteterias que viven en el intestino y que el director de IrsiCaixa, Bonaventura Clotet, compara con las estrellas que hay en la Vía Láctea. Se han recogido muestras antes y después del experimento y con esta biblioteca se analizará cuál es el impacto de los cambios nutricionales en la salud intestinal. Clotet matiza que “la idea es evaluar si la dieta mediterránea permite que haya un microbioma más favorable y menos inflamación, asociada con el envejecimiento”.