Educación

Laura Baena: “Hay madres que han tenido que dejar a sus hijos solos en casa”

La educación en tiempos de covid (2): La jefa del “Club de las Malasmadres” alerta de que el retraso del regreso a las aulas puede agravar la desigualdad entre hombres y mujeres

SITUACIÓN EN LA COSTA DE BARCELONA
La comunidad educativa pide al Gobierno que plantee la educación con la Covid pensando en los niños y el desarrollo curricular .EFE/ Enric Fontcuberta.Enric FontcubertaAgencia EFE

El virus con nombre SARS-COV-2, además de empujar a la humanidad a encerrarse en su casa, ha constatado que ningún padre tiene una paciencia infinita, ha puesto a prueba la relación padres-hijos y ha descubierto las necesidades de las familias más vulnerables. El regreso a las aulas está a debate. ¿Cómo será? ¿Jornadas partidas para que no coincidan 25 niños en una aula? ¿Enseñanza híbrida: presencial y on line? Los equipos de gobierno debaten y lanzan propuestas. Y al otro lado sindicatos de profesores, pediatras, asociaciones de padres y madres y también el Club de las Malasmadres, una comunidad virtual integrada por más de 80 mil mujeres trabajadoras que luchan a diario por conciliar su vida familiar y laboral, responden. La escuela no debe ser un lugar donde aparcar a los niños. Los nuevos proyectos educativos se han de diseñar pensando en el currículum escolar no sólo en la conciliación. O, la Covid-19 ha destapado años de recortes en educación. Son algunas de las respuestas de la comunidad educativa a las propuestas que han salido de los departamentos de Educación. Laura Baena, la “jefa” del Club de las Malasmadres recuerda que esta extraordinaria situación, en la que algunos padres han de regresar a su puesto de trabajo mientras que los hijos permanecen en casa completando su educación vía telemática, “está creando unos problemas sociales brutales”.

Más allá de que se está agravando la brecha social entre aquellos niños de familias con recursos y los más vulnerables, entre la escuela pública y la privada, “hay madres de nuestra comunidad que han tenido que dejar a sus hijos menores de 10 años solos en casa para poder ir a trabajar”, constata. En este sentido, la fundadora de Malasmadres apunta que “los abuelos eran antes la mejor herramienta para la conciliación, pero como son un colectivo de riesgo y los niños son fuente de contagio, los colegios se han convertido ahora en la clave de esa conciliación, cuando no debe ser así porque son centros de educación”.

En cualquier caso, el hecho de que se prolongue esta situación, en la que muchos niños estarán aún meses sin poder regresar a las aulas, generará, con toda probabilidad, un “aumento de la desigualdad entre hombres y mujeres”. “Ellos saldrán para acudir a sus puestos de trabajo, mientras que nosotras nos tendremos que quedar en casa, teletrabajando y cuidando a los niños; eso siempre y cuando uno de los dos no tenga que renunciar a su trabajo”, augura para a continuación señalar que es imprescindible que “se establezca por ley el fomento del teletrabajo”. Así pues, para Laura, las medidas propuestas por el Ministerio de Educación “ponen de manifiesto que la conciliación y las familias no son una prioridad y eso, junto con los problemas sociales añadidos, es un cóctel molotov”.

El argumento que defiende Laura acerca del aumento de las desigualdades laborales entre hombre y mujeres que puede conllevar esta anómala situación se ve refrendado por los datos que el año pasado arrojó al respecto un estudio de la empresa de empleo, orientación laboral y recursos humanos Adecco. Dicho informe ponía de relieve que un 27,4% de los trabajadores encuestados se había acogido a algún tipo de medida de conciliación dentro de su empresa y de éstos, el 68,7% son mujeres frente al 31,3% de hombres; y las medidas que más utilizan son la flexibilidad horaria (41,9%) y el uso de días de libre disposición (30,1%).

Perjuicio laboral para las mujeres

En este sentido, Carlos Viladrich, director de RRHH del Grupo Adecco, confirma que “el hecho de tener las escuelas cerradas impacta en el proceso gradual de desescalada que deben afrontar las empresas en las próximas semanas, ya que esto puede introducir una mayor complicación adicional en la ya de por sí difícil conciliación para las familias con hijos pequeños”.

Tal y como apunta Viladrich, “a pesar de que la responsabilización en el cuidado de los hijos se ha ido equilibrando entre padres y madres en los últimos años, no estamos todavía en una situación en la que podamos decir que exista una corresponsabilidad absolutamente equilibrada en todos los casos, por lo que es posible que el impacto del cierre de las escuelas afecte más al colectivo de madres que al de padres”. Por ello, “las empresas deben facilitar, en la medida de lo posible, la vida a los empleados mediante la incorporación de cuantas medidas de flexibilidad sean posibles”, pero “si no hay alternativas, está claro que las excedencias y reducciones de jornada son una opción cuando no hay otra solución”