Cataluña
«A Puigdemont le preguntaría si el senador Matamala es un buen sustituto de su señora»
El periodista Albert Soler es una de las voces más críticas e irónicas contra el independentismo
Antes de que todos nos encerráramos en casa, poco a poco se había colado en la lista de los más vendidos un libro escrito por el periodista Albert Soler. Se trata de "Estàvem cansats de viure bé” donde se reúnen los artículos que ha publicado en “Diari de Girona” y que son una mirada distinta, crítica e irónica sobre la situación en Cataluña. En estos textos encontramos protagonistas como Carles Puigdemont, al que Soler ha rebautizado como el “Vivales”.
-Tomando como punto de partida el título de su libro, ¿cree que “cualquier tiempo pasado fue mejor”?
-Sí, parece como si el título del libro fuera premonitorio. Evidentemente mientras escribía estos textos no pensaba en una pandemia como esta y que nos está haciendo ver que estábamos mucho mejor de lo que pensábamos. Lo peor es que puede que dentro de un tiempo pensemos que estábamos mucho mejor con la pandemia, encerrados en casa.
-Evidentemente no pensaba en la pandemia sino en la situación política en Cataluña. ¿El libro es una crónica ácida de Cataluña?
-La intención era esta. El editor, que no lo era hasta que se hizo este libro, tenía esa idea: recopilar estos artículos para que sirvieran como crónica de lo que han sido estos años del “Procés”. Al escogerlos intenté que, ordenados cronológicamente, explicaran este tiempo, que fueran una crónica con humor e ironía. Y los textos no podían ser de otra manera porque soy incapaz de tomarme en serio todo esto. Veo a articulistas que sí se lo toman en serio, pero yo no puedo, a pesar de que lo intento... pero es que veo al Vivales y no me resulta imposible.
-¿Cree que no nos han tomado en serio?
-Está claro que ellos no nos han tomado en serio, pero es que no se toman en serio ni ellos mismos. Supongo que nunca han creído que esto sirviera para algo, salvo para vivir bien. No creo que pensaran que alcanzarían la independencia. Lo que han logrado es engañar a cuanta más gente posible por su propio bien. Eso sí que lo han hecho en serio.
-¿Y a usted lo engañaron?
-Ni a mí ni a mucha otra gente. Para mí el periodismo es dudar de todo, sin embargo, me sorprende y me parece curioso que en la Cataluña del “Procés” existan plumas periodísticas que no hayan hecho su trabajo. Hay mucho periodista que cobra bien y que no ha dudado, todo lo contrario, pues han sido comprados y se les ha dado el máximo eco mediático posible. No se ha dudado, con alguna excepción, de lo que dicen estos iluminados. La mayoría de vividores de Cataluña han hecho un papel ridículo y triste.
-Usted pide una autocrítica. ¿La veremos en TV3?
-Lo de TV3 era esperable porque siempre ha estado al servicio del poder. Nosotros en casa miramos TV3 para reírnos. Con el “Telenotícies” nos partimos de risa. Estoy pensado en esa señora, Rahola, tenemos que entender que tiene un tren de vida alto entre la casa en Cadaqués, los restaurantes… Supongo que ponerse al lado del “Procés” le proporciona unos emolumentos. Ella no trabaja en TV3 sino que vive en TV3 y ha conseguido vivir bien sin hacer de periodista.
-En sus textos habla de presidentes, consellers, pero también de animadores del “Procés” en las redes sociales.
-Lo bueno que tiene todo esto es que nos ha provocado mucha risa. Al principio había gente que se tomaba esto en serio y que se espantaba con lo que ocurría, pero ya no es así. Los conozco de sobra y sé que no iban a hacer nada de nada. Nunca me espanté sino que me reí mucho. Ahora hay uno que se llama Joan Bona Nit, que ha sacado un libro y que tiene como único mérito ir con un megáfono a la cárcel a darle las buenas noches a los presos. Se lo prologa el Vivales. ¿Cómo puede pasar esto en Cataluña? Luego tenemos al que ha creado un grupo que se llama Mossos por la Independencia, algo que es como decir Mossos por el Macramé, una gran tontería que solo tiene un miembro y presidente. Este es muy bueno porque si se te ocurre atacarlo te llama homófobo. Él tiene la suerte de ser gay, así que si lo llamas idiota te dirá que eres homófobo.
-¿Qué le ha parecido la gestión de la Generalitat en estos días de pandemia?
-No soy más espabilado que los demás, pero estoy en la zona cero del lacismo y conozco de sobra a esta tropa. Ya sabía que si tenía lugar una gran crisis como esta, ellos seguirían con lo suyo y aprovecharían para hacer su politiquería. Les importa una mierda la salud de los catalanes. Todavía dicen, como Junqueras desde la prisión, que si fuéramos independientes habrían gestionado mejor la crisis. ¡Pero si no son ni capaces de repartir una triste mascarilla sin colapsar el sistema! No ha sido una sorpresa.
-En un artículo reciente hablaba muy críticamente de la gestión de las residencias en Cataluña.
-Es muy sospechoso que cuando empezaron a morir abuelos a patadas subieran el impuesto de sucesiones. Ya que mueren, al menos que entre dinero en la Administración. Y es que a ganar dinero no los supera nadie. También han aprovechado el decreto de la pandemia para colar el aumento de sueldo a los altos cargos, a los expresidentes. En Cataluña siempre se barre para casa.
-¿Ha tenido problemas su medio por publicar sus artículos?
-Mi director ha recibido llamadas. Un día le haré un monumento porque recibe las tortas que venían para mí. Puedo contar algo sobre esto. Una de las veces que volvió Josep Maria Matamala de eso que llama exilio le hicieron una recepción en Girona parecida a la del Papa cuando vino a Valencia: banderas, caravanas de coches… Y eso que era un tío que venía de vivir a cuerpo de rey en Waterloo. Hice un artículo titulado “Un botiguer torna de vacances”. Eso hirió a su hija que llegó a decir que si me encontraba por Girona me miraría fijamente. Al cabo de un tiempo, en uno de sus retornos del exilio, se encontró a mi director por la calle. Él, siendo senador de España, le dijo que estaba muy enfadado con nosotros. ¿Por qué? “Deberíais frenar a Albert Soler”, dijo. Mi director quedó acojonado. Un senador de España, alguien que debe ser un garante de las libertades, le estaba diciendo a un director de un periódico que hiciera callar a un periodista. Evidentemente no le hicimos caso. Esto sirve para ver cómo habría sido la republiquita que estos querían mandar de haber logrado un país independiente.
-Si entrevistara a Carles Puigdemont, ¿cuál sería la primera pregunta?
-¿Es un buen sustituto el senador Matamala de su señora?
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