Salud
“La covid no es una simple neumonía, hay problemas de fatiga, respiratorios o cardíacos que podrían ser crónicos”
El sistema sanitario afronta ahora la segunda ola de la pandemia: las secuelas físicas
Cuando Felip despertó después de 30 días encamado en la UCI por culpa del nuevo coronavirus, se puso a bailar. Quizás no lo recuerda, pero tres días después de ingresar en la unidad de cuidados intensivos del Hospital Vall d’Hebron, el equipo de la doctora Judit Sánchez Raya, jefe del Servicio de Medicina Física y Rehabilitación, se coló en su habitación. Los fisioterapeutas, rehabilitadores y terapeutas ocupacionales han trabajado en el pico de la pandemia con pacientes de la UCI como Felip, críticos y semicríticos, para ayudar con ejercicios de gimnasia pasiva a retirarles de manera gradual la ventilación mecánica y para minimizar las secuelas. Felip pudo ponerse en pie gracias a esta gimnasia pasiva. Para bailar, su fisioterapeuta eligió “Bailar Pegados”, de Sergio Dalma. Y bailaron juntos como ya sólo hacen las parejas de ancianos en las fiestas mayores o las madres con sus hijos, cogidos del hombro. En tiempos de Rosalía y J Balvin ya sólo se baila agarrados del hombro por un acto de amor.
La doctora Sánchez Raya cuenta que en su intervención se guiaron por algunos estudios que llegaban de China e Italia y alertaban de que el virus dejaba secuelas motoras. “Nos coordinamos con los internistas, los neumólogos y neurólogos, y nos avanzamos con ejercicios de fisioterapia respiratorios y motores para prevenir el deterioro muscular. Pero ahora estamos viendo que algunos síntomas persisten semanas después de superar la infección y estamos valorando si más más allá del tiempo que los enfermos pasan encamados y sin moverse, la enfermedad les ha dejado secuelas que afectan a la vida cotidiana”, advierte.
El abordaje de las secuelas, otro problema de salud pública
Los médicos como la doctora Sánchez Raya, que llevan tres meses lidiando con el nuevo coronavirus, avisan de que el abordaje de las secuelas de la covid es otro problema de salud pública derivado de esta pandemia. “Estamos en la segunda cresta de la ola del tsunami que ha provocado la covid en el sistema sanitario. Ha pasado ya la fase aguda, en la que atendimos las urgencias y los casos graves, y ahora estamos viendo las secuelas”, constata la doctora Sánchez Raya.
Por un lado, están los pacientes que pasaron el coronavirus y tienen alteraciones motoras, neurológicas y, sobre todo, respiratorias. Las más habituales son fatiga, dolor, sensación de ahogo, cansancio en las piernas, debilidad muscular, astenia, trastornos afectivos como la depresión o la ansiedad o el estrés postraumático. Pero hay enfermos que tienen síndromes menos frecuentes y mucho más graves, como complicaciones respiratorias, cardiovasculares, una inflamación cerebral (edema), un grupo de enfermedades neuromusculares que se traducen en un deterioro del tejido muscular y producen parálisis secundarias, atrofia muscular o plexopatías, que se manifiestan con dolor y pérdida de movilidad en el brazo y espalda. Ahora queda por ver si estos problemas persisten y pueden volverse crónicos.
Aunque estas dos últimas semanas, se habla mucho de las secuelas de la COVID-19 y esto ha generado alarmismo, Sánchez Raya matiza que aproximadamente sólo un 10% de los enfermos presentan síntomas. El problema es que aunque se dé en un porcentaje pequeño de pacientes, el número total de afectados puede ser grande.
Por otro lado, también hay que atender a pacientes con otras patologías como fracturas, secuelas neurológicas de un ictus o pacientes pediátricos que no pudieron ser atendido durante el pico de la pandemia. Son los daños colaterales de la pandemia.
Para atender a toda esta gente, el Vall d'Hebron tiene el comodín del polideportivo municipal “Olímpics”, que se transformó en Pabellón Salud.
Antes de tener el alta, pacientes como Felip hacen fisioterapia y terapia ocupacional en planta. Cuando están médicamente estables, si están recuperados, se van a casa y siguen con la rehabilitación ambulatoria en este espacio. Los más graves, ingresan en la Unidad de Neurorrehabilitación para hacer un tratamiento más intensivo, mañana y tarde.
Por las instalaciones del Pabellón Salud, cada día pasan unos 110 pacientes post covid, con secuelas graves, además de niños y adultos con otras patologías que esperaban la rehabilitación.
Como el nuevo coronavirus todavía es un desconocido y los síntomas van y vienen, el Vall d’Hebron hace un seguimiento a los cerca de 3.000 pacientes con covid que han pasado por el hospital. “Cuando se les da el alta, los llamamos a los diez días para saber cómo están y con este seguimiento nos hacemos una idea de las secuelas que puede presentar la COVID-19 y si son pasajeras o se cronifican”, explica la doctora Sánchez Raya. “Aún nos falta perspectiva para determinar si serán temporales o permanentes”, insiste. Para ello están haciendo un estudio. “Cuando tengamos los resultados, podremos saber con más seguridad si las secuelas de un paciente que ha pasado por la UCI con covid o sin covid son las mismas, o si algunas dolencias como la fatiga quedarán para toda la vida”, matiza.
“Lo que están claro es que la covid no es una simple neumonía, en algunos casos, hay afectaciones sistémicas”, advierte la doctora. “Hay pacientes con edemas cerebrales por microinfartos casculares o pacientes que se despiertan con una plexopatía que les impide mover un brazo y esto no es lo habitual en enfermos que pasan por la UCI”, constata. Hay síntomas llamativos, en gente joven, entre 40 y 60 años, que hay que estudiar para determinar si es un trastorno pasajero o una secuela del virus.
Consulta post covid para abordar problemas respiratorios en el Hospital Clínic
En las formas más severas predominan la fibrosis pulmonar y la trombosis vascular. Los médicos estudian estos y otros síntomas llamativos. El Hospital Clínic ha abierto una consulta post covid para hacer un seguimiento de las personas que han tenido de manera más grave la enfermedad. El principal temor es que les queden secuelas pulmonares. Por eso estas consultas se organizan desde el Servicio de Neumología y Alergia Respiratoria. El doctor Joan Albet Barberà, Jefe de Servicio de Neumología y Alergia Respiratoria, explica que se han programado tres tipos de consultas. Una, para los pacientes que tuvieron una inflamación persistente en los pulmones, a la que los médicos llaman neumonía organizativa y que provocan las defensas naturales cuando reaccionan en exceso contra el virus, en estos momentos hay más de 100 pacientes programados. Dos, para los que han tenido una embolia pulmonar. Y tres, para los pacientes que han tenido una neumonia grave y que no presentaron complicaciones antes del ingreso, cerca de un 25% de las personas ingresadas.
En los tres casos, los pacientes reciben una llamada un mes después de recibir el alta para hacer una primera valoración. Y a los tres meses, se hace una visita presencia con pruebas de imagen, de función pulmonar y análisis de sangre. Con estos resultados se decide si se da el alta definitiva.
Primera unidad funcional del Covid de España en el Parc Taulí
Otros hospitales como el Mar, Bellvitge o Sant Pau también han desplegado programas de seguimiento de los pacientes. Y el Hospital Universitario Parc Taulí ha puesto en marcha la primera Unidad Funcional del Covid de España conjuntamente con los Centros de Atención Primaria (CAP). El doctor Manuel Cervantes, director de Servicio de Enfermedades Infecciones del Parc Taulí, lleva las riendas de esta unidad que cuenta con un comité asistencial formado por especialistas en diversas áreas hospitalarias y que está elaborando un estudio basado en pruebas serológicas a pacientes y personal sanitario, para determinar si se han generado anticuerpos a la enfermedad y cuál es su fortaleza o debilidad ante un segundo brote del virus. La fotografía que obtengan puede ayudar a los proyectos de respuesta inmune, base para las vacunas que se están investigando.
Tras las secuelas físicas, habrá que atender las secuelas psicológicas y económicas
“Hemos vivido meses vertiginosos en la UCI”, recuerda Sánchez Raya. En el Hospital Vall d’Hebron pasaron de tener 46 camas a tener 280. Y de tener un equipo de tres fisioterapeutas, se pasó a un equipo de 22 personas. El pico de la pandemia ya ha pasado, “pero eso no quiere decir que hayamos superado el reto”, insiste la doctora. Además de 12.200 fallecidos, la enfermedad deja secuelas físicas que hay que tratar, psicológicas y económicas. El tsunami de la covid no se ha retirado. Vendrán más olas.
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