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El Budokan japonés: el templo de Kiss, Deep Purple, Michael Schenker, Bob Dylan, Cheap Trick...

El mítico pabellón ha acogido algunos de los mejores conciertos de la historia del rock

El Budokan tiene capacidad para unos 14.000 espectadores La Razón

El Nippon Budōkan es un edificio de Tokyo, aunque con toda seguridad es muy poco conocido por personas poco melómanas o que desconozcan por completo las artes marciales japonesas. En este pabellón tan emblemático se han realizado y grabado muchos conciertos, de los que se han publicado algunos de los mejores discos en directo de la historia. Su nombre aparece en sus títulos casi siempre.

Está situado en el parque Kitanomaru en el centro de la capital nipona, a cinco minutos de la estación de Kudanshita, y cerca tanto del Palacio Imperial como del santuario Yasukuni. El edificio tiene una estructura octagonal de 42 metros de altura, con un techo que evoca la ladera del monte Fuji y está coronado por una esfera de oro. La superficie total que ocupa es de 21.133 metros cuadrados.2 El interior cuenta con un aforo para 11 525 personas en competiciones deportivas; si es necesario usar la superficie para conciertos, puede ampliarse hasta las 14 471 localidades.

Inaugurado en 1964, con motivo de los Juegos Olímpicos de ese año, saltó a la fama internacional cuando The Beatles actuaron durante cinco días seguidos en el pabellón, en 1966. Fueron algunas de sus últimas actuaciones en vivo. Ante una media de 10.000 personas, interpretaron un repertorio con 11 canciones: “Rock And Roll Music”, “She’s A Woman”, “If I Needed Someone”, “Day Tripper”, “Baby’s In Black”, “I Feel Fine”, “Yesterday”, “I Wanna Be Your Man”, “Nowhere Man”, “Paperback Writer” y “I’m Down”. La anécdota es que se les prohibió salir del Hilton Hotel, y no pudieron hacer turismo. También hubo quejas de los sectores más conservadores, que aún no sospechaban lo que se les vino encima en las siguientes décadas.

A partir de ese momento, el Budokan (y Japón en general) empezaron a formar parte de las giras mundiales de todo tipo de cantantes y grupos, aunque con el tiempo el templo ha quedado más vinculado a grupos de rock y de heavy metal. Prueba de su importancia en el mundo de las actuaciones en vivo es la dificultad que existe para reservarlo.

En 1966 albergó también el primer evento de lucha libre japonesa, lo que dio paso a otros deportes de combate. El 26 de junio de 1976 se celebró allí la pelea entre Muhammad Ali y Antonio Inoki, considerada precursora de las artes marciales mixtas. El Budōkan será la sede de las pruebas de judo y karate en los Juegos Olímpicos de Tokyo 2021. Ha albergado competiciones profesionales de boxeo, lucha libre japonesa y kick boxing.

Poco a poco, fueron creciendo los conciertos, como el de Led Zeppelin en 1972, en la cúspide de su éxito mundial, y el de Kiss, en 1977. La gira japonesa de la banda de Nueva York fue especialmente exitosa, con una gran histeria colectiva. Su estética quedaba y queda de maravilla en el país del sol naciente, por el maquillaje y el aspecto de superhéroes de cómic. Además, la portada de su segundo disco, “Hotter than hell”, está plagada de guiños a este mismo país y a Asia.

Además de The Beatles, Led Zeppelin y Kiss, durante estos más de 50 años han actuado en el Budokan grupos como Chicago, Deep Purple, Uriah Heep, Aerosmith, Rainbow, Fleetwood Mac, The Police, Asia, MSG, Toto, Iron Maiden, Skid Row, Mr Big, Oasis, Journey, Duran Duran y Judas Priest. Es decir, más de 100 bandas han pasado por el escenario de Budokan y varias de estas han dejado grabaciones para el recuerdo.

El nombre de Budokan aparece en muchos discos en directo emblemáticos, como los de Bob Dylan, Cheap Trick y Michael Schenker Group, entre muchos otros. A pesar de la inauguración del Tokyo Dome en 1988, con un mayor aforo, el templo musical ha mantenido su prestigio entre los artistas nacionales e internacionales. El artista que más veces ha actuado es Eikichi Yazawa, un total de 142 ocasiones hasta 2018.

Uno de los discos más emblemáticos grabado aquí es el de Bob Dylan. Llamado “At Budokan”, refleja dos conciertos de 1978, durante la gira del más que notable “Street Legal”. Es doble y un repertorio inmejorable, con muchísimos clásicos de los 60, pero también material fresco y más reciente de “Blood on the tracks”, canciones tan buenas como “Shelter from the storm” y “Simple twist of fate”. El problema con este disco son los arreglos, demasiado, digamos, novedosos, para muchos puristas. Fue otra polémica en la ya de por si controvertida carrera del cantautor de Duluth. Cuesta reconocer algunos temas, todo sea dicho.

Seguramente el más famoso doble en directo del Budokan es el “Made in Japan” de Deep Purple. Para muchos, el mejor concierto de la historia, o el más legendario, o el más mítico. Grabado en la primera gira de la banda en Japón, en 1972, los muestra en su cúspide, después de lanzar tres discos como “In Rock", “Fireball” y “Machine Head”. Un repertorio que ha influido a miles de grupos, con piezas angulares del hard rock como “Highway star”, “Child in time” -con una sobrenatural interpretación del vocalista Ian Gillan-, “Space Truckin’” y por supuesto el riff de guitarra más conocido, “Smoke on the water”. También hay un épico solo de batería de Ian Paice en “The Mule”. Un estandarte del hard rock en su mejor momento. Inmejorable, un recital de todo el grupo, con el guitarrista Ritchie Blackmore a la cabeza.

Arriba del todo en el ránquing de “Budokanes” míticos estaría el disco de Cheap Trick. Se llama “At Budokan” y fue grabado en 1978, en la primera gira nipona de la banda de Illinois. Estaban muy animados por el éxito en ese país de su sencillo “I want you to want me”, y el resultado es perfecto. El único defecto es que solo incluía 10 canciones, no era doble, y en un principio sabía a poco. No obstante, se trata de otra grabación en el momento cumbre del artista en cuestión, y ahí están el citado tema, “Surrender”, “Look out”, “Hello there”, la versión de “Ain’t that a shame” de Fats Domino...una fiesta, que encima sería mejorada muchos años después con la edición ampliada del disco. Ahora sí, fueron 2 CD apotéosicos, con “Downed”, “Southern girls”, “High roller”...el añadido casi era mejor que el original. En todos los surcos se aprecia la histeria total del público japonés.

Uno de los momentos culminantes de la extensa carrera de Eric Clapton en solitario fue grabado en diciembre de 1979 en este pabellón. El disco se llama “Just one night”, y muestra al guitarrista conocido como “Slowhand” en plenísima forma, cerrando la que seguramente fue su mejor década. En esa gira también toco en otros países asiáticos, como Tailandia, Filipinas y Hong Kong. En el repertorio, Clapton incorporó muy buenas versiones de clásicos blues como “Worried Life Blues” de Big Maceo Merriweather, “Double Trouble” de Otis Rush y “Ramblin´On My Mind” de Robert Johnson. califica como sobrevalorada, pero muy generosa.

Volviendo a sonidos más duros, los alemanes Scorpions también cerraron una etapa y casi una década en territorio nipón, aunque en realidad su emblemático “Tokyo Tapes” fue grabado en el Hotel Nakano Sun Plaza de la capital, no en el Budokan. Pero es representativo de ese sonido tan 70′s, y con la histeria habitual de los fans japoneses. Era la gira de “Taken by force”, y es importante porque fue el final del sonido de la banda en los 70, mucho más retro que todos los super éxitos que llegarían en las siguientes décadas. Fue el último momento de su guitarrista Uli Jon Roth en la banda, quien brilla en el disco, al igual que Rudolf Schenker. Aparte de su repertorio anterior, tocaron “Kojo na tsuki”, una canción tradicional japonesa.

Otro momento cumbre relacionado con el Budokan fue protagonizado por el hermano de Rudolf Schenker, Michael. Con su Michael Schenker Group (MSG) grabó el excelente “One Night Budokan”, muy legendario entre la audiencia heavy 80′s. Un doble disco perfecto, inmejorable. Fue lanzado en 1982, e incluye un repertorio lleno de clásicos, como “Attack of the mad axeman”, “Armed and ready”, “On and on”, “Doctor doctor”, la intro con música de “Star Wars” etc. De lo mejor que se ha grabado en el templo japonés. En el álbum, Michael demuestra que en ese momento era el mejor guitarrista del mundo, junto a Eddie Van Halen, y el cantante, Gary Barden, está pletórico con su voz.

Siguiendo en terrenos metálicos, aunque con un resultado esta vez más discreto, Ozzy Osbourne lanzó “Live at Budokan” en 2002. El problema es que estaba en el que ha sido con toda seguridad el momento más discreto de su carrera en solitario. Fue en la gira de “Down to earth”, un fallido intento de adaptarse a las nuevas corrientes metálicas. Lo mejor es la banda, con Zakk Wylde a la guitarra, Robert Trujillo (ahora en Metallica) al bajo y Mike Bordin (Faith No More) a la batería. Incluye un repertorio estándar de Ozzy, y dos temas nuevas, “Gets me through junkie” y “That I never had”, bastante flojas. Una obra correcta, pero sin tener ni mucho menos, el aura mítica de los discos anteriormente comentados.

Hay muchos otros conciertos importantes que la audiencia de Budokan ha presenciado, como el de Dream Theater, en 2004 o la presentación de Mr Big en 1997 donde se dio rienda suelta al virtuosismo de Billy Sheehan y Paul Gilbert, tanto fue el éxito de tal concierto que en el 2009, regresaron al mítico escenario en Tokyo y lanzaron otro álbum en vivo, titulado Back to Budokan.

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