Catia Cillóniz, coordina una línea de investigación en Neumonía del Hospital Clínic de Barcelona y la jornada y campaña PneumoLight

En 2019, la neumonía mató a 2,5 millones de personas, 672.000 eran niños

La campaña «Pneumoligh» recuerda con motivo del día mundial de esta enfermedad que hay neumonías que matan pese a tener cura

Ma Xiaowei, ministro de Sanidad chino, fue uno de los grandes ausentes del I Foro Global de Neumonía Infantil que se celebró en enero en Barcelona. Entonces, el nuevo coronavirus parecía ser un negociado de China y aún no robaba protagonismo a otras enfermedades. En ese encuentro, Quique Bassat, pediatra, investigador de ISGlobal y presidente del foro, denunció que la neumonía mata cada día a 2.000 niños y si no se hace nada en los próximos diez años, se cobrará 9 millones de vidas más. Hay fórmulas para evitarlo, por ejemplo con la vacuna neumocócica, que sí que existe y cuesta 5,4 euros. Catia Cillóniz, investigadora del Hospital Clínic y coordinadora de la línea de investigación en neumonía del grupo de Infecciones Respiratorias y Enfermo Crítico del IDIBAPS, decidió salir de su laboratorio para llamar la atención de los políticos. «Yo publicaba mucho, pero no veía avances», lamenta. Entonces, lanzó la Campaña Mundial de Concienciación de la Neumonía «Pneumolight». Poco después, la covid se convirtió en pandemia y el mundo descubrió que la neumonía mata. Aunque ya lo hacía antes: en 2019, 2,5 millones de personas fallecieron por una neumonía, 672.000 eran niños. Con motivo del Día Mundial de la Neumonía, Cillóniz organiza hoy una conferencia global desde el Clínic.

-¿Qué es una neumonía?

Es un infección del sistema respiratorio que afecta a los pulmones. Puede ser causada por varios microorganismos –bacterias, virus y hongos–. La causa más conocida de la infección son las bacterias, pero con las nuevas técnicas moleculares, sabemos que los virus respiratorios como los de la influenza, que causan la gripe, están cobrando mayor importancia como patógeno.

-¿Ha crecido la incidencia?

-Se diagnostica más. Pero la incidencia también tiene que ver con que la salud mundial de la población ha empeorado. El último informe «Global Burden of Disease», que estudia las causas de muerte a lo largo de un año y la salud de la población mundial, alerta de que aumenta la obesidad, la diabetes y la hipertensión. Son tres patologías que advierten de que la salud de la población empeora. Y son factores de riesgo para la neumonía

-¿Por qué?

-Porque el sistema inmune de una persona con alguna de estas patologías no responde igual que el de una persona sana y si enferma es más difícil de tratar

-¿La neumonía es más frecuente en invierno?

La tenemos todo el año, pero en invierno hay más transmisión de bacterias como el neumococo o del virus de la influenza. La temporada de gripe arranca los meses de invierno. Se transmite mejor cuando las temperaturas bajan y en espacios interiores, igual que la covid. Por eso, pedimos a la gente mayor y con comorbilidades que se vacune. Una gripe puede causar una neumonía y poner en peligro la vida de una persona con el sistema inmunitario debilitado.

-¿La neumonía causada por bacterias, se puede prevenir con vacunas?

-La neumonía más común la produce una bacteria llamada neumococo (Streptococcus Neumoniae). Pero hay otras bacterias que también pueden causar una infección en el pulmón. Algunas son poco comunes en la calle, pero circulan en los hospitales y son más resistentes. La vacuna antineumocócica evita neumonías causadas por un neumococo. Está recomendada para personas mayores de 65 años o mayores de dos años con enfermedades que pongan en entredicho su sistema inmune. Pero el último informe de sanidad señala que ni todas las personas ni todas las comunidades tienen acceso a esta vacuna y no se llega a niveles óptimos para cubrir a toda la población.

-¿Es la misma vacuna de la que se habló en el I Foro Global sobre Neumonía Infantil y que podría evitar que cada 39 segundos muera un niño?

-Sí, de ese encuentro surgió la idea de organizar la Campaña Mundial de Concienciación de la Neumonía «PneumoLight». Coincidiendo con el Día Mundial de la Neumonía, que se celebra el 12 de Noviembre, se iluminarán de color azul 225 edificios y monumentos de 49 países de todo el mundo. En Barcelona, la Torre Agbar, La Pedrera o la Facultad de Medicina de la UB.

- ¿La neumonía se ha subestimado hasta la llegada de la COVID-19?

-Con el apoyo de Every Breath Counts, desde el Hospital Clinic, hemos organizado una conferencia global para hablar de la situación de la neumonía, el papel de la vacunación para prevenirla, la importancia un diagnóstico temprano y un abordaje multidisciplinar, así como la neumonía en el contexto de la pandemia de la COVID-19. Participarán representantes del la Organización Mundial de la Salud, Unicef, Save The Children, Gavi -la alianza por la vacunación-, y los presidentes de las sociedades científicas más importantes.

-¿Cuál es el propósito?

-La idea es dar a conocer el impacto de la neumonia. En 2019, 2,5 millones de personas murieron por una neumonía: 1,2 millones tenía más de 70 años y 672.000 niños. La mortalidad infantil baja, porque dos años antes fallecían más de 700.000 niños, pero sigue muy elevada. El problema es que aunque existe la vacuna neumocócica, sólo 48% de los niños se vacunó. En Europa, la neumonía mata a gente mayor, pero en países pobres se lleva a los niños.

-Quique Bassat, pediatra, investigador del ISGlobal y presidente del I Foro Global sobre Neumonía Infantil, dijo que la neumonía es la primera causa de mortalidad infantil

-Las muertes infantiles a causa de la neumonía se concentran en países pobres. Entre otras cosas, porque las bacterias que la causan, se hacen fuertes cuando bajan las defensas –aumentando los esfuerzos para reducir la desnutrición se evitarían 3,9 millones de muertes por neumonía–.

- ¿Y la neumonía que causa la covid es distinta?

-Es diferente. La causa un virus que no conocemos. Lo que tiene en común es que ataca a más a gente con comorbilidades, obesa y el sistema inmune débil. En las personas que desarrollan una neumonía muy grave, los órganos colapsan y la gente muere.

-¿No hay tratamiento?

-Si es una neumonía de origen bacteriano, se trata con antibiótico y si es viral, con antivirales. Pero ahora sólo tenemos tratamiento antiviral para el virus de la gripe. Aquí no hay tanto problema porque se diagnostica y se trata, pero en países pobres donde no se puede diagnosticar porque faltan medios y terapias con oxígeno, sí es un problema. Lo hemos visto en la pandemia, sin oxígeno, la enfermedad se complica.

-¿Es una de las lecciones que nos deja la pandemia?

-La pandemia nos ha enseñado que los sistemas de salud estaban debilitados y no estaban preparados. Pero el lado positivo es que las autoridades han entendido que hay que invertir en sanidad. Los planes creados para contener la covid deben seguir para contener la neumonía.

-¿La neumonía deja secuelas?

-Sí, por su puesto, se puede tardar entre 3 o 4 semanas para recuperar el tono muscular. Hay gente además que tiene muchas complicaciones, los últimos estudios dicen que entre un 10-15% de las personas que ingresan con neumonía, desarrollan problemas cardíacos, sobre todo las neumonías por neumococo.

-¿Cuáles son los síntomas?

-Cuando una neumonía debuta se empieza con tos fiebre y dificutad para respirar. Pero la gente mayor, como tiene el sistema inmune más debilitado, puede tener otros síntomas como perder el apetito o si tienen otras enfermedades, descompensarse. El diagnóstico es más difícil y el desenlace fatal.

-¿Cuáles son los retos inmediatos de la neumonía?

-Más allá de la COVID-10, distribuir oxígeno en países africanos y herramientas para facilitar el diagnóstico. El pulsioximetro, que sirve para detectar neumonia, sólo cuesta entre 20 y 30 euros podría ayudar a salvar la vida de muchos niños.

-¿Cómo?

-Con el pulsioxímetro se detecta hipoxemia, falta de oxigeno. Cuando marca menos de 92 ya nos dice que el pulmón no ventila bien. El problema en países de África, sobre todo, es que e detecta a los niños con falta de oxígeno demasiado tarde y cuando llegan al hospital no hay nada que hacer.