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Coronavirus

La desazón de las navidades catalanas: a las diez en casa en Nochebuena y Fin de año

La Generalitat sigue sin concretar su plan para las fiestas y lo fía todo a la evolución de la pandemia

Un viajero a su llegada al aeropuerto de El Prat de Barcelona
Un viajero a su llegada al aeropuerto de El Prat de BarcelonaAlejandro GarciaEFE

A menos de cuatro semanas para que comience la Navidad más atípica que se recuerda, las diferentes administraciones autonómicas se apresuran a desvelar los detalles de sus planes y todas parecen compartir un denominador común: una tímida relajación de las restricciones. Tras más de nueve meses de confinamientos de todo tipo, la pandemia hace mella en los estados de ánimos y las fiestas pueden servir como válvula de escape. La dicotomía a la que se enfrentan los gobiernos, sin embargo, no es menor. Los números de una economía cada vez más menguada son insostenibles mientras los epidemiólogos advierten de una tercera oleada a la vuelta de la esquina. En este contexto, Cataluña, que se había distinguido en los últimos meses por extremar la prudencia, ha comenzado a abrir la mano salvo, por ahora, en las fiestas más señaladas.

El propio secretario de Salud de la Generalitat, Josep Maria Argimon, reconocía la difícil situación de Cataluña. «Si tuviéramos la capacidad de dar ayudas como Francia o Alemania no habríamos reabierto bares y restaurantes». En este contexto, según el plan de desescalada en Cataluña de la segunda ola de la pandemia, el toque de queda se alargará, al menos, hasta mediados de enero de 2021. Será entonces cuando, si todo va bien, se levantará la prohibición de estar en la calle más allá de las 22 horas.

Así las cosas, en base a este calendario y siempre que no se establezcan nuevas excepciones, Nochebuena y Nochevieja no se podrían celebrar más allá del núcleo de convivencia y a las diez de la noche cada uno en su casa a comerse las uvas. No obstante, el presidente de la Generalitat en funciones, Pere Aragonés, ha dejado la puerta abierta a cambiar esta circunstancia pero en ningún caso las reuniones familiares podrán superar las 10 personas.

Esta semana, sin embargo, la Generalitat ha filtrado que el toque de queda Nochebuena y Nochevieja podría trasladares a la 1 de la madrugada. Al respecto, la portavoz de la Generalitat, Meritxell Budó, señaló esta semana que es «evidente que estas dos fiestas son fechas especiales» y, por ello, están trabajando para que «se pueda hacer algo diferente estos días (con el toque de queda a las 22 horas en Cataluña) «. Pero siempre, ha afirmado, teniendo en cuenta la evolución de la situación sanitaria. «Estamos valorando, estamos trabajando y somos sensibles que son fechas especiales», ha asegurado la consellera. En cambio, el Gobierno plantea encuentros de seis personas y reducir el toque de queda para el 24 y el 31 de diciembre para dejarlo de 1 de la madrugada a 6 de la mañana.

Al Govern le consta que el plan de la Moncloa es todavía un borrador que debe pasar por el Consejo Interterritorial, por lo que Budó ha pedido prudencia. «Quiero recordar que por parte del Govern de Catalunya tenemos nuestras propias competencias para tomar nuestras propias decisiones», destacó la portavoz del ejecutivo catalán.

El único consuelo, para todos aquellos que tienen a la familia fuera de su ciudad e incluso de su autonomía es que l confinamiento perimetral por localidades tocará a su fin el 21 de diciembre, siempre que no haya cambios en las condiciones de la desescalada. Es decir, siempre que todos los indicadores sigan bajo los límites que se han establecido.