Salud

Los superhéroes son los niños

El Hospital Vall d’Hebron inventa las Superbox, unas cajas con ilustraciones personalizadas para recubrir los sueros y quimioterapias infantiles

El programa para los niños se desarrolla en el Hospital del Vall d'Hebron
El programa para los niños se desarrolla en el Hospital del Vall d'HebronLa Razón

Ironman, Hulk o el increíble hombre araña están sobrevalorados. Aunque en Carnaval, el disfraz de Spiderman no tiene quien le haga sombra, a la hora de la verdad, cuando a un niño le preguntas quién es su superhéroe, responde que sus hermanos, padres y amigos, pese a que no lancen rayos por los ojos ni se hagan invisibles. Porque a la hora de la verdad, la risa es un superpoder, la amistad es un superpoder y el cariño es un superpoder. Esto dice un «estudio» del Hospital Vall d’Hebron. «Estudio», entre comillas, porque no tiene base científica ni intención de publicarse en ninguna revista médica.

Las conclusiones salen del proyecto Superbox, unas cajas innovadoras con ilustraciones que recubren las bolsas de los sueros, quimioterapias o transfusiones de los pacientes. El proyecto ha arrancado con pacientes pediátricos oncológicos, pero se extenderá al hospital de adultos y a otros centros. Y la idea es empoderar a los enfermos, además de intentar que vivan de una manera más amable el trago de medicarse. ¿Cómo? «Los pacientes deciden qué ilustraciones decoran las cajas. Pueden escoger superhéroes, ilustraciones que el equipo de Mr Wonderful ha hecho para el proyecto o fotos de famosos que han cedido su imagen. Aunque lo que más demanda tiene son fotos de sus familias, amigos y mascotas», resume la coordinadora de Trabajo Social del Hospital Vall d’Hebron, Eunice Blanco.

Hace cinco años Blanco y el doctor Pablo Velasco, adjunto del servicio de Oncología y Hematología Pedriátricas del Hospital Vall d’Hebron vieron una noticia que les entusiasmó. Una empresa de publicidad de Brasil había creado unas cajas que cubrían la medicación de la quimioterapia con imágenes de superhéroes de Marvel y DC. «Querían transmitir la idea de que la quimioterapia tenía poderes para curar», explica el doctor Velasco.

«Quisimos comprarlas, pero no se distribuían. Y proyectos similares para cubrir la medicación, no eran un producto seguro. Así que nos liamos la manta a la cabeza y nos engrescamos a crear un diseño innovador y seguro. Convencimos a un grupo de profesionales diverso, trabajadores sociales, médicos, enfermeras, psicólogos, trabajadores del Servicio de Farmacia e ingenieros y constituimos el Superbox Thing Tank. Y con metodología del Design Thinking, para generar soluciones innovadoras en el entorno sanitario, salieron estas coberturas elaboradas con plástico seguro, 100% reciclables, resistentes a productos de esterilización. Tienen una parte descubierta para que las enfermeras puedan chequear la medicación o cuánto queda de transfusión», resume Velasco.

«Como los pacientes eligen qué imagen quieren, tenemos la oportunidad de observar cómo se siente en función de cómo diseñan su caja», explica el doctor. «Hay niños que rechazarán las imágenes con mensajes positivos de Mr Wonderful, por ejemplo», cuenta. No es el caso de David, de once años, que para su primera tanda de medicación ha elegido el dibujo de un huevo frito, «porque me ha parecido divertido», y para la segunda quimioterapia, una ilustración con el mensaje de «juntos podemos con esto y mucho más». El 4 y 5 de enero, tiene sesión de quimioterapia. Llegarán justos a casa para la noche de Reyes. «Vivimos en Lleida», explica su madre. Y el problema que han tenido es que por culpa de la pandemia no han podido alojarse en la Casa dels Xuklis, como solían hacer, una residencia para hospedar a niños con cáncer y a sus familias, sobre todo, de fuera de Barcelona, que tienen tratamientos en los grandes hospitales de la ciudad. «Hemos tenido que coger un hotel para pasar la noche», lamenta.

En el box de enfrente, otro David, de dos años a punto de hacer tres, recibe la quimioterapia con una cobertura ilustrada con una foto de sus hermanas, Lucía y Helena. Aunque esta semana vengan los Reyes, los médicos no le han dado fiesta y le toca cuatro días de quimioterapia. «Aunque hayamos puesto la foto de sus hermanas en el suero, el superhéroe de la familia es él», dice Ángela, su madre, señalando a David.

El 16 de octubre, cuando la restauración bajaba las persianas para frenar la escalada de la segunda ola de la pandemia en Cataluña, David ingresaba en Urgencias pediátricas del Hospital Vall d’Hebron. La PCR descartó un coronavirus, pero las analíticas le detectaron una leucemia. Y empezó una aventura en la que David, con sólo dos años, se convirtió en el puntal de la familia. «Su vitalidad nos dio una lección a todos», explica su madre. Los niños de dos años no entienden de pesimismo ni optimismo. Tienen una capacidad extraordinaria de celebrar los microprogresos y eso ha ayudado a su familia a enfocar esta aventura que les ha tocado vivir con esperanza. Eso y los datos. «El porcentaje de supervivencia a una leucemia infantil es de un 85% en España», confirma el doctor Velasco.

«Gracias a Dios este coronavirus no afecta de manera grave a los niños, aunque tengan patologías de base como el cáncer», dice Velasco. «Tampoco ha demorado su diagnóstico, porque mientras los adultos desarrollan tumores que son muy silenciosos, una leucemia infantil es muy llamativa», constata el doctor.