Opinión

Estado de pánico

El líder de los mossos indpendentistas, Albert Donaire
El líder de los mossos indpendentistas, Albert DonaireLa Razón

Resulta que, en los últimos días, han corrido por las redes sociales una serie de afirmaciones de ilustres independentistas que nos han provocado un estado de pánico a los que no lo somos.

Uno de ellos que al parecer es un “mosso indepe” nos ha llamado colonos, otro que parece ser de algo que se llama Reagrupament nos quiere meter en un CIE a los españoles aprovechando las siglas, y otro supuesto jurista afirma que tomarán el Colegio de Abogados y que sufriremos.

Al tener conocimiento, me quedé sentado en el sofá imaginando el agobio con el que deben estar aquí los guardias civiles o los policías nacionales. Sufrí por ellos, por sus hijos. Ellos no podrán negar la condición de españoles. Su futuro de colonos, según el mosso; el sufrimiento, según el presunto jurista; o, el CIE, según el señor del Reagrupament, deben haberles provocado un desvelo por su triste destino.

Después pensé en los jueces, fiscales, funcionarios de Hacienda, trabajadores de la Seguridad Social etc., ¿cómo podrán justificarse? Tal vez puedan dar explicaciones a estos tres hombres de que ellos, en realidad, en todos sus sueños, ¿deseaban servir a una Cataluña liberada y que solo hacían su trabajo al servicio del Estado Español por obligación impuesta por la tiranía de Madrid?

Luego llamé a un amigo militar, que está en el Líbano, y su respuesta fue tajante: “aquí puedo asumir que unos y otros se lancen misiles y que alguno nos caiga a nosotros que estamos en el medio, pero el futuro que me augura el mosso indepe, el presunto jurista y el señor de reagrupament, no puedo ni imaginármelo, así que me quedo en el Líbano”.

A estos hombres que nos auguran y nos advierten de su futuro con sus enfervorizadas masas de manifestantes, que igual que los del Capitolio cogen el autobús a tiempo y se van a casa a la hora indicada porque al día siguiente han de servir a Cataluña abriendo la tienda, a estos hombres debemos pedirles perdón y someternos a su clemencia o estamos perdidos.

Dicho esto, enciendo un puro y me pongo un “gintónic” a ver si se me pasa el agobio.