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La película que Jerry Lewis no quiso que viéramos

La obra maldita “The Day the Clown Cried” podría finalmente estrenarse dentro de tres años en Washington

Un divertido Jerry Lewis durante los American Comedy Awards, en Los Ángeles, en 1998.
Un divertido Jerry Lewis durante los American Comedy Awards, en Los Ángeles, en 1998.larazon

La historia del cine está repleta de películas malditas, aquellas que han sufrido todo tipo de adversidades, algo que a la larga ha perjudicado su comercialización. Pero también hay trabajos que no han llegado a estrenarse porque su autor ha creído que no tenía la calidad buscada. Probablemente el filme más famoso en ese último grupo sea una película protagonizada por un payaso en un campo de concentración nazi, un drama con toques de humor, una tragedia que quería ser contada a todo tipo de públicos. Se titula “The Day the Clown Cried”, es decir, “El día que el payaso lloró” y su director, actor y productor era Jerry Lewis. Poco antes de morir, en 2017, Lewis depositó una copia en la Biblioteca del Congreso en Washington con una condición: como muy pronto la película no se podría ver -según un primer montaje- en 2024.

En 1971, Lewis se encontraba en un momento dulce de su carrera. Con éxitos como “El profesor chiflado”, “El Ceniciento” o “Lío en los grandes almacenes”, parecía que quedaba muy atrás su primera etapa compartiendo escenario con Dean Martin. Francia se había convertido en el país que parecía mejor entender su sentido del humor, su manera de comprender la comedia. Eso hacía que cada uno de sus estrenos fuera un acontecimiento que superaba la recepción que podía tener en Estados Unidos tanto por parte del público como de la crítica. Nuestra historia comienza cuando Jerry Lewis ofrece uno de sus espectáculos en el mítico Olympia de París. Uno de los espectadores visitó al cómico en el camerino del teatro para hacerle una propuesta. Era un productor llamado Nat Wachsberger que traía bajo el brazo un guion escrito por Joan O’Brien y Charles Denton. En él se contaba la historia de un payaso llamado Helmut Doork al que habían secuestrado los nazis hasta llevarlo a un campo de concentración. Pese a lo terrible de la situación, Helmut decide divertir a los niños que están allí presos y los acompañará hasta el final, muriendo con ellos en la cámara de gas. En un primer momento, a Lewis no le sedujo la idea y le parecía demasiada terrible esa historia que ya habían rechazado otros actores, como Dick Van Dyke.

Tras mucho pensarlo y una vez se le dio permiso para poder reescribir a su gusto el guion inicial, Jerry Lewis acabó aceptando el ofrecimiento. No solo la protagonizaría sino que también dirigiría la película.

Lewis, como contó en sus memorias, se involucró todo lo que pudo en el proyecto. Tras concluir sus compromisos actuando en Las Vegas, se trasladó a Europa para trabajar en la que iba a ser la película de su vida. Por eso, lo primero que hizo fue visitar los campos de concentración de Auschwitz y Dachau, hecho que le impresionó profundamente. Pero no sería allí donde rodaría “The Day the Clown Cried” sino en Suecia donde se aprovechó una base militar para construir el set de rodaje. Lewis fue todo lo perfeccionista que pudo y llegó a fichar a un antiguo guardia de las SS como asesor.

Pero empezaron los problemas y estos fueron importantes, demasiado importantes. Faltaba dinero. Las cantidades que Wachsberger se había comprometido a sufragar no llegaban. Solamente había abonado 5.000 dólares en la fase de preproducción faltando todavía 50.000 dólares. Fue Jerry Lewis quien tuvo que poner lo que faltaba, unos 2 millones de dólares que salieron de la venta de algunas de sus propiedades, como explicó el hijo del artista en una entrevista reciente. Sin embargo, pese a su empeño, la producción tuvo que ser cancelada quedando sin rodar algunas escenas.

Pese a todo, con el material existente, Jerry Lewis hizo un primer montaje que prácticamente no ha sido visto con nadie. El cómico consideró que aquello no tenía la calidad suficiente para ser proyectado y lo guardó en un cajón. A ello se sumaban algunos problemas de derechos consecuencia de los impagos durante el rodaje.

Podríamos decir que aquí acaba la historia. Circulen, no hay nada que ver. Aquí no ha pasado nada. Sería un error porque fue aquí donde empezó la leyenda. Una copia del guion circula por las redes y un actor realizó una serie de lecturas dramatizadas hasta que fue amonestado por los abogados del actor y director. Una parte del metraje también circuló por Youtube, pero fue retirado por infringir temas de derechos.

Lewis se negó siempre a mostrarla y contestó en una conferencia que “nunca” la proyectaría. Sin embargo, en agosto de 2015 entregó la que parece ser la única copia del negativo original a la Biblioteca del Congreso. Tras la muerte de Jerry Lewis comenzaron los rumores sobre un posible estreno. El hijo de Lewis dice que faltan materiales. En la Cinemateca Sueca existen algunos rollos donados, pero no parecen que pudieran servir para completar la película. Lo que sí es seguro hoy es que no se puede proyectar lo que está depositado en Washington hasta dentro de tres años. La institución se ha comprometido a hacerlo, pero afirma que no prestará la película y que no piensa comercializarla.