Investigación oncológica

Un estudio describe un mecanismo para sensibilizar tumores resistentes a la terapia

También ayudaría a predecir qué pacientes se beneficiarán de la radioterapia y la quimioterapia

Investigadores de IDIBELL e ICO, liderados por el doctor Pujalte, han desarrollado el estudio
Investigadores de IDIBELL e ICO, liderados por el doctor Pujalte, han desarrollado el estudioIDIBELL

Conocer de qué manera actuará un tratamiento sobre un tumor concreto es clave en lo que se refiere a las terapias oncológicas, ya que de esta manera es posible llevar a cabo una medicina personalizada. Pero si además esa información permite también incidir sobre aquellos tumores resistentes a los tratamientos convencionales para conseguir que éstos sean sensibles a la radioterapia y la quimioterapia, entonces también es posible mejorar el pronóstico, incluso la supervivencia, de los pacientes.

Y ambos son ahora dos objetivos que parecen más alcanzables gracias a los resultados de un estudio liderado por el Instituto Catalán de Oncología (ICO), el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) y la Universidad de California San Francisco, gracias al cual se ha identificado un mecanismo molecular que es el que decide de qué manera se va a reparar el daño en el DNA de las células tumorales.

Tal y como explica el doctor Ángel Pujana, jefe del grupo Procure del ICO-IDIBELL y líder del proyecto, “la radioterapia y algunas quimioterapias actúan provocando daños en el DNA de las células tumorales y esos daños causan unas señales que podrían provocar la muerte de la célula”. Ante ese daño, existe un mecanismo que decide de qué manera se van a reparar las propias células tumorales: con pocos errores y, por lo tanto, ese tumor va a ser más resistente al tratamiento, o bien de forma menos fidedigna, con más errores, lo que va a provocar que ese tumor sea más sensible a la radioterapia y la quimioterapia”.

En este contexto, gracias a esta investigación se ha descrito una nueva propiedad de la proteína TGFβ, muy conocida en cáncer porque interviene en cómo se relacionan las células tumorales con su ambiente, la cual consiste en su capacidad de inhibir el proceso de reparación del ADN que conlleva muchos errores. “Cuando el tumor tiene activo TGFβ puede reparar de forma más fidedigna los daños en el ADN haciéndole más resistente a la radioterapia y las quimioterapias basadas en esta lesión, pero cuando esta proteína no está activa, no se lleva a cabo una reparación fiel, se acumulan los errores y entonces ese tumor será más sensible a las terapias”, indica Pujana.

Por lo tanto, “si, mediante un análisis genético, comprobamos si TGFβ está o no activo vamos a poder predecir si ese tumor va a ser resistente a la radioterapia y las quimioterapias basadas en el daño del DNA”, indica el doctor, quien además señala una segunda lectura de los resultados de la investigación, que se ha llevado a cabo gracias a un estudio Big Data: “Si aquellos tumores con TGFβ activado son resistentes, podemos intentar inhibirlo para hacerlo más sensible a la terapia”. Es decir que “se podrían sensibilizar tumores a priori resistentes mediante inhibidores de la proteína”, lo cual estaría especialmente indicado para aquellos pacientes que no han respondido a los tratamientos”.

Todos estos nuevos conocimiento adquiridos gracias a este estudio serían aplicables a prácticamente todos los tumores sólidos, pero, tal y como apunta el doctor Pujana, llegados a este punto, “sería necesario llevar a cabo un ensayo clínico para comprobar si la combinación de esos inhibidores con radioterapia y quimioterapia es eficaz”. “Sabemos que en modelos con animales puede funcionar, pero hay que probar en pacientes”