Historia
Cuando Hitler quiso secuestrar al Papa
La apertura de los archivos vaticanos podría aclarar si existió un complot nazi contra Pío XII
El 3 de marzo de 1939, Galeazzo Ciano volvía a Roma. Desde 1930 estaba casado con Edda, la hija del hombre más poderoso de Italia, Benito Mussolini. Desde junio de 1936, Ciano era el ministro de Asuntos Exteriores de su suegro y lo apuntaba todo en un diario, hoy un documento de indudable valor histórico para conocer más cerca uno de los periodos más oscuros de Europa. En la entrada del día citado de 1939, apunta que Mussolini “está contento de la elección de Pacelli. Se propone hacerle llegar algunos consejos con respecto a lo que debe hacer para gobernar útilmente a la Iglesia”. De esta manera se hacía referencia a la elección de Eugenio Pacelli como nuevo Papa bajo el nombre de Pío XII, una de las figuras más controvertidas de la Iglesia católica en el siglo XX.
Sobre su papel durante la Segunda Guerra Mundial existen muchas lagunas y especulaciones.El hecho de que nunca condenara públicamente el Holocausto sigue siendo visto hoy como uno de los grandes fallos en la política del Vaticano durante el pontificado de Pío XII, aunque hay quien dice que ese silencio fue intencionado para no provocar más represalias sobre las victimas del nazismo. Dos obras, la pieza teatral “El vicario” de Rolf Hochhuth y el ensayo “El Papa de Hitler” de John Cornwell, son las que más criticado la ambigüedad de Pío XII durante el nazismo. La reciente apertura de los archivos sobre Pío XII, gracias a una iniciativa del Papa Francisco, puede permitir aclarar de una vez por todas el debate sobre una polémica que no parece tener fin.
Prefirió no hacer nada
Por ahora, uno de los primeros historiadores que ha consultado ese fondo, David I. Kertzer, ha encontrado evidencias que avalan la teoría de que Pío XII prefirió no hacer nada ante la persecución de los judíos. Buena prueba de ello es un memorándum del 16 de octubre de 1943, localizado por Kertzer, en el que se aconseja a Pacelli que no proteste tras saber que la Gestapo ha deportado a un millar de judíos al campo de concentración de Auschwitz.
Probablemente los documentos desclasificados también permitan arrojar luz sobre un tema poco investigado como fue el intento de Adolf Hitler de secuestrar al Papa. Se trata de un hecho del que no se conoce mucha información y que fue expuesto por John Cornwell. Fue el mismo Hitler quien había hablado de esa posibilidad durante una reunión en su cuartel general el 26 de julio de 1943: “Habría que ir directamente al Vaticano. ¿Pensáis que el Vaticano me asusta? No me importa lo más mínimo. (…) Nos podemos deshacer de esa banda de cerdos. (…) Luego pediríamos perdón. (…) No me importa lo más mínimo”.
El testimonio de Karl Wolff
La historia parte del testimonio de Karl Wolff, comandante supremo de las SS y la policía alemana en Italia durante la Segunda Guerra Mundial. El 13 de septiembre de 1943, siempre según Wolff, Hitler habría dado la orden de ocupar el Vaticano para apoderarse de sus tesoros y sus archivos. Secuestrar al Papa formaría parte de este operativo porque al Führer le preocupaba la posibilidad de que Pío XII cayera en manos de los aliados. Toda la documentación relacionada con el caso fue facilitada por el propio Wolff al padre Paul Molinari, de la Compañía de Jesús, en 1972. Finalmente Wolff habría logrado persuadir a Hitler de no dar ese paso en 1943. Otras fuentes sostienen que el Vaticano barajaba la posibilidad de trasladarse a Portugal si el Papa caía finalmente en manos de los alemanes durante la contienda.
Aparentemente no existe ningún documento que demuestre la posibilidad real del secuestro y buena parte de esta historia se basa en lo dicho por Wolff, cuyo testimonio ha sido en ocasiones desmentido por los historiadores. Sin embargo, en 2016 apareció alguien que podía demostrar que aquella trama era cierta. Se trató de Antonio Nogara, hijo del entonces director de los Museos Vaticanos Bartolomeo Nogara. En un artículo publicado en “L’Osservatore Romano”, el órgano oficial de la Santa Sede, Antonio Nogara expuso que su padre había sabido por boca de un cura llamado Giovanni Battista Montini, años después convertido en el Papa Pablo VI, que los nazis trabajaban en un plan para secuestrar a Pío XII. La información le había sido dada por la inteligencia estadounidense. Por esa razón, el Pontífice será escondido hasta que un comando de paracaidistas llegase a la capital italiana para realizar el rescate. Finalmente Hitler no dio la orden. Nogara encontró el relato entre los papeles de su padre tras su fallecimiento.
Puede que la verdad siga oculta entre los legajos ahora abiertos a los investigadores en el Vaticano. El propio Papa Francisco aseguró en 2019 que “la Iglesia no teme a la Historia”.
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